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Una noble obesa fue entregada a un Apache como castigo por su padre_Pero él la amó como nadie(720P_HD)
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CortometrajesTranscripción
00:00La llamaban la gorda inútil de la alta sociedad, pero cuando su propio padre la entregó a un
00:06guerrero apache como castigo, nadie imaginó que encontraría el amor más puro que había
00:11existido jamás. En los salones dorados de la mansión Vázquez de Coronado, donde los
00:17candelabros de cristal reflejaban la opulencia de una de las familias más poderosas de México en
00:221847, vivía Ximena, una joven de 24 años cuyo nombre contrastaba cruelmente con la de Ximena
00:30que llenaba sus días. Su figura robusta, sus mejillas redondas y sus ojos color miel habían
00:37sido motivo de vergüenza familiar desde que cumplió los 15 años y no logró conseguir pretendiente
00:42alguno en su presentación en sociedad. Mira cómo se atiborra de dulces otra vez, susurraba su madre,
00:49Doña Guadalupe, mientras observaba a Ximena desde el balcón de mármol que daba al jardín principal.
00:56Una señorita de su posición debería tener más autocontrol. Las palabras caían como gotas de
01:02veneno sobre el corazón ya herido de la joven, quien había aprendido a encontrar consuelo en
01:07los libros de su abuela y en los dulces que le robaba a la despensa cuando nadie la veía.
01:12Don Patricio Vázquez de Coronado, un hombre de 60 años cuyas canas hablaban de décadas construyendo
01:19el imperio familiar, contemplaba a su hija desde la ventana de su despacho con una mezcla de
01:25decepción y cálculo frío. Sus otros cinco hijos habían contraído matrimonios ventajosos que habían
01:32expandido tanto la fortuna como la influencia política de la familia. Pero Ximena, su única
01:38hija mujer, se había convertido en una carga que crecía con cada año que pasaba soltera. La noche del
01:45gran baile de la temporada social había llegado como una última oportunidad desesperada. Doña
01:51Guadalupe había mandado a hacer el vestido más caro que el dinero podía comprar, de seda azul real
01:57con bordados de hilo de oro, esperando que la opulencia del atuendo pudiera distraer la atención
02:02de la figura corpulenta de su hija. Pero cuando Ximena descendió por la escalinata de mármol hacia el
02:08salón principal, los murmullos y las miradas de lástima fueron como dagas clavándose en su alma.
02:13¿Quién va a querer bailar con semejante ballena? Había murmurado el joven conde de Salvatierra sin
02:20molestarse en bajar la voz. Sus palabras fueron recibidas con risitas nerviosas por otros jóvenes
02:25de la alta sociedad, quienes veían en la humillación de Ximena una forma cruel de entretenimiento. La
02:32joven sintió como si el suelo de mármol se abriera bajo sus pies, pero mantuvo la compostura que años
02:38de educación aristocrática le habían enseñado. Durante toda la velada, Ximena permaneció sentada
02:44junto a las matronas mayores, observando cómo otras jóvenes de su edad danzaban elegantemente
02:50con pretendientes que jamás se acercarían a ella. Su abanico de nácar temblaba ligeramente en sus manos,
02:58mientras trataba de mantener una sonrisa digna, pero por dentro se desmoronaba pieza por pieza.
03:04Cuando el baile terminó y la familia regresó a casa en su carruaje dorado, el silencio fue más
03:11elocuente que cualquier reproche. Al día siguiente, don Patricio convocó a su hija a su despacho. Las
03:18paredes forradas de libros de leyes y mapas de sus extensas propiedades fueron testigos mudos de la
03:24conversación que cambiaría para siempre el destino de Ximena. El hombre se paseaba de un lado a otro,
03:30su bastón de caoba golpeando rítmicamente contra el suelo de madera mientras buscaba las palabras
03:36apropiadas para expresar su frustración. Ximena comenzó finalmente sin mirarla a los ojos. Tienes
03:4324 años. A tu edad, tu madre ya había dado a luz a tres hijos y consolidado alianzas que
03:50beneficiaron enormemente a esta familia. Pero tú se detuvo, gesticulando vagamente hacia ella. Tú has
03:58resultado ser una inversión fallida. Una vergüenza para el apellido Vázquez de Coronado. Las palabras
04:04golpearon a Ximena como martillazos. Había escuchado variaciones de ese discurso durante años, pero nunca
04:11expresado con tanta crudeza. Sus manos se cerraron en puños sobre su regazo mientras luchaba por mantener
04:18la compostura. He decidido, continuó su padre, que es hora de encontrar una solución definitiva a tu
04:25situación. Mañana llega un prisionero apache al fuerte militar. Un guerrero capturado durante las
04:31últimas escaramuzas en la frontera. Don Patricio se detuvo frente a su escritorio de caoba, tomando un
04:37documento oficial entre sus manos. Las autoridades han accedido a mi propuesta. Serás entregada a este
04:44salvaje como su... compañera. Así al menos servirás para algo útil, mantener controlado a un prisionero
04:51peligroso. El mundo de Ximena se tambaleó. Durante unos segundos, creyó haber escuchado mal.
04:58—¿Padre? —murmuró con voz temblorosa. —¿Está hablando en serio? —completamente en serio —respondió
05:05él con frialdad glacial. —Ya no puedo seguir manteniendo a una hija que no aporta nada a esta
05:10familia. Al menos de esta manera, tu existencia tendrá algún propósito. Evitarás que tengamos
05:16que ejecutar al apache. Y tú finalmente tendrás un... marido, aunque sea un salvaje. Ximena se puso
05:23de pie lentamente, sintiendo como si estuviera flotando fuera de su propio cuerpo. —¿Me está
05:29vendiendo a un prisionero de guerra? —preguntó. Su voz apenas un susurro. —Te estoy dando una
05:35oportunidad de ser útil por primera vez en tu vida —replicó Don Patricio sin un ápice de compasión.
05:41El apache se llama Tlacaelel. Mañana serás trasladada al territorio que le han asignado
05:47como reserva. Considera esto como tu matrimonio arreglado, solo que con alguien de tu... nivel.
05:54Esa noche, mientras empacaba sus pocas pertenencias personales en un baúl de cuero,
05:59Ximena lloró por primera vez en años. Pero entre las lágrimas de dolor y humillación,
06:05comenzó a germinar algo inesperado. Una extraña sensación de liberación. Por primera vez en su vida,
06:11estaría lejos de las miradas de desprecio, de los comentarios crueles, de la constante sensación
06:17de ser una decepción viviente. Al amanecer siguiente, cuando el carruaje se alejó de la
06:22mansión familiar llevándosela hacia lo desconocido, Ximena no miró atrás. No sabía que se dirigía
06:29hacia el encuentro que transformaría su vida de maneras que jamás habría imaginado posible.
06:34El territorio apache se extendía bajo el sol implacable como una tierra olvidada por Dios,
06:39donde las rocas rojas contrastaban con el cielo azul intenso y el viento llevaba historias de
06:45libertad y resistencia. Tlacaelel había sido llevado a este lugar no como castigo,
06:51sino como parte de un experimento del gobierno mexicano. Establecer reservas donde los guerreros
06:57capturados pudieran vivir en paz controlada, en lugar de ser ejecutados. El experimento incluía
07:04proporcionarles esposas mexicanas para civilizarlos y crear descendencia mezclada que fuera más fácil
07:11de controlar. Cuando el carruaje polvoriento se detuvo frente a la cabaña de adobe que sería su
07:17nuevo hogar, Ximena descendió con las piernas temblorosas y el corazón latiendo como un tambor
07:22de guerra. El aire del desierto era diferente a todo lo que había conocido. Seco, caliente,
07:28cargado de una energía salvaje que la hizo sentir extrañamente viva. Sus faldas de seda,
07:35tan apropiadas para los salones de la ciudad, se veían ridículamente fuera de lugar en este
07:40paisaje árido. Tlacaelel emergió de la sombra de la cabaña como una aparición surgida de las
07:46leyendas. Era un hombre de 30 años, alto y fuerte, con piel bronceada por el sol del desierto y cabello
07:53negro que le caía hasta los hombros. Sus ojos oscuros tenían la profundidad de quien ha visto
07:59tanto la gloria como la tragedia. Y cuando posó su mirada en Ximena, ella sintió como si estuviera
08:06siendo evaluada por un juez que veía más allá de las apariencias superficiales.
08:11¿Esta es la mujer que me envían? Preguntó en español claro, pero con acento marcado, dirigiéndose al
08:18capitán que había escoltado a Ximena. Su voz tenía un tono de incredulidad que hizo que las
08:23mejillas de la joven se encendieran de vergüenza. ¿Creen que voy a aceptar a alguien que me entregan
08:28como si fuera un perro al que lanzan un hueso? El capitán, un hombre mayor acostumbrado a tratar
08:34con prisioneros rebeldes, endureció su expresión. No tienes opción, Apache. Esta mujer es parte del
08:41acuerdo. ¿La tratarás con respeto o volverás a la prisión militar? Sus palabras colgaron en el aire
08:46como una amenaza que ambos prisioneros entendieron perfectamente. Ximena encontró su voz por primera vez
08:52desde que había llegado. Yo tampoco pedí estar aquí. Declaró con una dignidad que sorprendió a todos los
08:59presentes, incluso a ella misma. Pero aquí estamos ambos, así que tendremos que encontrar la manera de
09:05hacer que esto funcione. Sus palabras fueron directas, sin autocompasión, y Tlacaelel la miró con nueva
09:12atención. Después de que el capitán se marchó levantando una nube de polvo, Ximena y Tlacaelel se
09:18quedaron solos frente a la cabaña. Dos extraños unidos por circunstancias que ninguno había elegido.
09:24El silencio se extendió entre ellos como el desierto mismo, vasto, incómodo, pero lleno de
09:31posibilidades inexploradas. No voy a fingir que esto es un matrimonio real, dijo Tlacaelel finalmente,
09:38cruzando los brazos sobre su pecho desnudo. Eres una imposición del gobierno mexicano,
09:43una manera de humillarme más de lo que ya lo han hecho. Sus palabras eran duras pero no crueles,
09:50como si estuviera estableciendo reglas básicas para su convivencia forzada.
09:54Entiendo, respondió Ximena, sorprendiéndose de su propia calma. Yo tampoco elegí esto. Mi familia
10:01me envió aquí para deshacerse de mí. Supongo que ambos somos prisioneros de diferentes maneras.
10:07Era la primera vez que verbalizaba la verdad de su situación con tanta claridad,
10:11y sintió una extraña liberación al hacerlo. Los primeros días fueron una danza cuidadosa de
10:17evitar conflictos. Tlacaelel salía temprano para cazar y trabajar en los pequeños cultivos que
10:23había establecido, mientras Ximena se quedaba en la cabaña, explorando su nuevo hogar y tratando
10:30de adaptarse a una vida completamente diferente a todo lo que había conocido. La cabaña era simple,
10:36pero funcional. Dos habitaciones separadas, una cocina con hogar de piedra y muebles hechos a mano
10:43que mostraban la habilidad artesanal del guerrero. Fue cuando Ximena encontró las hierbas medicinales,
10:50secándose en la cocina que descubrió el primer punto de conexión con su compañero forzado.
10:55Reconoció inmediatamente varias plantas que su abuela le había enseñado a identificar en los
11:00jardines de la mansión familiar. Manzanilla para calmar los nervios, consuelda para sanar heridas,
11:06sauce para aliviar el dolor. Sin pensarlo, comenzó a reorganizar las hierbas según sus propiedades
11:12curativas. Cuando Tlacaelel regresó esa tarde y vio lo que había hecho, se detuvo en seco.
11:19—¿Cómo sabes de medicina herbal? —preguntó, acercándose para examinar su trabajo. Su voz había
11:25perdido el tono hostil de los días anteriores. Mi abuela era curandera antes de casarse con mi
11:31abuelo —explicó Ximena, tocando suavemente las hojas secas. Me enseñó en secreto, porque mi madre
11:38consideraba que no era apropiado para una señorita de sociedad. Pero siempre me fascinó la idea de poder
11:44ayudar a sanar a las personas. Por primera vez desde su llegada, Tlacaelel la miró con algo parecido
11:51al respeto. Estas plantas las uso para tratar heridas de caza y enfermedades menores, pero hay
11:58algunas que no sé cómo preparar correctamente. Hizo una pausa, como si estuviera considerando
12:04cuidadosamente sus próximas palabras. —¿Podrías enseñarme? Esa pregunta simple marcó el comienzo
12:10de una transformación sutil pero profunda en su relación. Durante las semanas siguientes,
12:16Ximena y Tlacaelel pasaban las tardes trabajando juntos con las plantas medicinales. Él le enseñaba
12:24sobre las propiedades específicas de las hierbas del desierto, mientras ella compartía las técnicas
12:30de preparación que había aprendido de su abuela. Sus manos a veces se rozaban mientras preparaban
12:36ungüentos y tinturas, creando momentos de intimidad accidental que ninguno de los dos sabía cómo
12:43interpretar. Una tarde, mientras preparaban una pomada para tratar las quemaduras de sol,
12:49Ximena se atrevió a hacer una pregunta personal. —¿Tenías familia antes de ser capturado? —preguntó
12:55suavemente, sin levantar la vista de su trabajo. Tlacaelel se quedó inmóvil durante un largo
13:01momento. —Tenía una esposa —dijo finalmente, su voz cargada de una tristeza que hizo que el corazón
13:08de Ximena se comprimiera. Se llamaba Itzayana. Murió durante un ataque del ejército mexicano a
13:14nuestro poblado. Por eso me volví tan recles en la batalla. Ya no tenía nada que perder. Ximena levantó
13:21la vista y vio el dolor crudo en los ojos del guerrero. Sin pensarlo, extendió su mano y tocó
13:28suavemente la suya. —Lo siento mucho —murmuró. Debe haber sido una mujer muy especial para inspirar
13:35tanto amor. —Lo era —respondió él, no apartando su mano. Era pequeña, delicada, siempre sonriendo.
13:43Todo lo opuesto a —se detuvo abruptamente, dándose cuenta de lo que estaba a punto de decir.
13:50—Todo lo opuesto a mí —completó Ximena con una sonrisa triste pero sin amargura.
13:54—No te preocupes. Sé exactamente qué clase de mujer soy y qué clase no soy. He vivido con esa
14:01realidad toda mi vida. Tlacaele la estudió con nueva intensidad. —¿Tu familia te trataba mal?
14:07—preguntó directamente. —Me trataban como una decepción constante —respondió Ximena con
14:13honestidad brutal. —Desde que tengo memoria, he sido la hija gorda que no sirve para nada. Mi único
14:19valor era el apellido que llevaba, y ni siquiera eso fue suficiente para conseguirme un marido.
14:25Se encogió de hombros con una aceptación que había costado años de dolor desarrollar. Esa noche,
14:31mientras cada uno se retiraba a su habitación separada como habían hecho desde su llegada,
14:36ambos llevaban consigo una nueva comprensión. Habían comenzado a verse no como extraños
14:41forzados a convivir, sino como dos personas heridas que tal vez podrían encontrar consuelo
14:47en su compañía mutua. Los meses que siguieron trajeron cambios sutiles pero profundos tanto al
14:52desierto como a los corazones de sus habitantes. Ximena había establecido un pequeño jardín medicinal
14:58detrás de la cabaña, donde cultivaba las hierbas que mejor se adaptaban al clima árido. Sus manos,
15:05antes suaves y cuidadas como correspondía a una dama de sociedad, ahora estaban curtidas por el trabajo
15:11y manchadas de tierra, pero nunca se habían sentido más útiles. La transformación física de Ximena era
15:18evidente para cualquiera que la hubiera conocido en su vida anterior. El trabajo constante bajo el sol
15:23del desierto había bronceado su piel y fortalecido su cuerpo. Había perdido peso naturalmente, no por
15:30las dietas estrictas que su madre le había impuesto, sino por la vida activa y la comida simple y
15:36nutritiva. Pero más importante que cualquier cambio físico era la nueva luz en sus ojos. Por primera vez en
15:43su vida se sentía verdaderamente útil. Los guerreros apaches de las tribus cercanas habían
15:49comenzado a acudir a ella cuando tenían heridas o enfermedades que los curanderos tradicionales no
15:55podían tratar. Ximena había desarrollado una reputación como sanadora que combinaba los
16:00conocimientos ancestrales apaches con técnicas medicinales mexicanas, creando tratamientos más
16:06efectivos que cualquiera de las dos tradiciones por separado.
16:09La mujer blanca del desierto puede curar lo que otros no pueden, decían los guerreros cuando
16:15regresaban a sus tribus. Y aunque algunos ancianos desconfiaban de una mexicana, los resultados hablaban
16:21por sí mismos. Niños con fiebres peligrosas se recuperaban completamente bajo su cuidado.
16:27Guerreros con heridas infectadas volvían a la batalla. Mujeres con dolores crónicos encontraban
16:34alivio por primera vez en años. Tlacaelel observaba estos cambios con una mezcla de orgullo y algo más
16:40profundo que no se atrevía a nombrar. La mujer que había llegado meses atrás como una imposición del
16:46gobierno se había convertido en una presencia indispensable, no solo en su vida, sino en toda
16:53la comunidad. Cada día que pasaba, encontraba nuevas razones para admirar su fuerza, su compasión,
17:00su capacidad de adaptación. Una noche de luna llena, mientras Jimena preparaba una tintura para tratar
17:07la artritis de una anciana apache, Tlacaelel se acercó llevando dos tazas de té de hierbas que
17:13había aprendido a preparar bajo su tutela. El ritual de compartir té al final del día se había convertido
17:20en su momento favorito, cuando hablaban de todo y de nada mientras el desierto se vestía de plata bajo
17:25la luz lunar. ¿Hechas de menos tu vida anterior? Preguntó él, sentándose en el banco de madera que
17:32había construido especialmente para esos momentos. Era una pregunta que había querido hacer durante
17:37semanas, pero que nunca había encontrado el momento apropiado. Jimena dejó de moler las hierbas y
17:42contempló las estrellas que brillaban como diamantes en el cielo infinito. Hecho de menos a mi abuela,
17:48respondió thoughtfully. Era la única persona en mi familia que me veía como algo más que una
17:54decepción. Pero el resto hizo una pausa, buscando las palabras correctas. No, no echo de menos sentirme
18:02inútil todos los días. No echo de menos las miradas de lástima o los comentarios crueles. Aquí,
18:08por primera vez en mi vida, siento que tengo un propósito. Tlacaelel estudió su perfil a la luz
18:14de la luna. Los meses de vida en el desierto habían transformado no solo su apariencia,
18:20sino toda su presencia. Donde antes había visto a una mujer derrotada, ahora veía a una guerrera
18:26silenciosa que había encontrado su campo de batalla en el arte de sanar. Yo sí echo de menos mi vida
18:32anterior, admitió él. Echo de menos la libertad de cabalgar por las montañas sin restricciones,
18:38de cazar donde quisiera, de vivir según las tradiciones de mis ancestros. Hizo una pausa,
18:45su voz volviéndose más suave. Pero ya no echo de menos la soledad. Durante mucho tiempo después de
18:51perder a Itzayana, pensé que estaría solo para siempre, que una parte de mí había muerto con ella.
18:57Jimena se volvió hacia él, sintiendo que estaban acercándose a territorio emocional peligroso.
19:03¿Y ahora? Preguntó suavemente. Ahora me despierto cada mañana esperando verte trabajar en tu jardín.
19:10Respondió con honestidad brutal. Espero nuestras conversaciones de la noche. Espero ver cómo ayudas
19:16a curar a mi gente. Has traído algo a mi vida que pensé que había perdido para siempre. Se detuvo,
19:23luchando con palabras que nunca había esperado decir. Has traído Jimena. El nombre resonó entre
19:29ellos como una revelación. Jimena sintió lágrimas corriendo por sus mejillas, pero por primera vez
19:35en años, eran lágrimas de alegría. Tlacaelel, murmuró. Yo, pero él se acercó lentamente,
19:43dándole tiempo para apartarse si quería. Cuando ella no lo hizo, tomó su rostro entre sus manos
19:49callosas y la besó con una ternura que la sorprendió. El beso fue suave, reverente,
19:55cargado de meses de respeto mutuo y comprensión creciente. Cuando se separaron, Jimena temblaba
20:02no de miedo, sino de una emoción tan intensa que amenazaba con abrumarla. ¿Estás seguro?
20:09Susurró. Soy todo lo que tu primera esposa no era. Soy... eres tú. La interrumpió él firmemente.
20:17No eres Itzayana. Y yo no estoy tratando de reemplazarla. Eres Jimena, la mujer que salvó mi
20:24alma cuando creí que estaba perdida para siempre. La mujer que encontró su fuerza en el desierto y me
20:30enseñó que el amor puede florecer en los lugares más inesperados. Los meses siguientes fueron los más
20:36felices que cualquiera de los dos había conocido. Su relación se profundizó naturalmente, construida
20:43sobre una base sólida de respeto mutuo, admiración y propósito compartido. Jimena se movía por la
20:50cabaña con una gracia que nunca había poseído en los salones de baile. Y Tlacaelel sonreía con
20:56una frecuencia que había sorprendido a los guerreros que lo visitaban. Trabajaban juntos en
21:01perfecta armonía. Él salía a cazar y recolectar plantas, mientras ella atendía a los pacientes que
21:08llegaban cada día. Por las tardes, preparaban medicinas juntos, sus movimientos sincronizados
21:14como una danza que habían perfeccionado con la práctica. Las noches las pasaban bajo las estrellas,
21:21hablando, riendo, descubriendo nuevas facetas el uno del otro. Mi tribu necesita establecer nuevas
21:28rutas comerciales. Le confió Tlacaelel una noche, mientras observaban las estrellas. Las medicinas que
21:34preparas podrían intercambiarse por herramientas y alimentos que necesitamos. Podrías ayudar no
21:40solo a curar cuerpos, sino a sanar las relaciones entre nuestros pueblos. Jimena sintió una emoción
21:46profunda al escuchar esas palabras. La idea de que su trabajo pudiera tener un impacto más allá de los
21:53pacientes individuales le dio un sentido de propósito que nunca había imaginado posible. ¿Crees que las
21:59otras tribus me aceptarían? Preguntó con una mezcla de Jimena y nerviosismo. Ya te han aceptado,
22:06respondió él con una sonrisa. Los resultados hablan por sí mismos, pero hay algo más que debo decirte.
22:13Su expresión se volvió seria. He recibido mensajes de mi hermano mayor. Está considerando establecer una
22:19alianza formal entre varias tribus apaches y quiere que sea parte de las negociaciones. Significa que
22:26tendríamos que viajar a territorio no controlado por el gobierno mexicano. El corazón de Jimena se
22:31aceleró. La perspectiva de mayor libertad era emocionante, pero también aterradora. ¿Qué
22:38significa eso para nosotros? Preguntó. Tlacaelel tomó sus manos entre las suyas. Significa que
22:45podríamos tener un matrimonio real según las tradiciones de mi pueblo. Significa que podrías
22:50convertirte oficialmente en mi esposa. No solo una asignación del gobierno. Sus ojos brillaron con
22:57una intensidad que la hizo temblar. Significa que podríamos empezar una familia si así lo deseamos.
23:04La palabra familia resonó en el corazón de Jimena como una campana. Después de años de ser considerada
23:11inútil por no poder tener hijos en su matrimonio arreglado anterior, la posibilidad de formar una
23:17familia basada en el amor verdadero le parecía un milagro. Pero su felicidad se vio interrumpida
23:23bruscamente cuando aparecieron jinetes en el horizonte. Tlacaelel se puso inmediatamente en
23:28alerta, reconociendo los uniformes del ejército mexicano incluso a distancia.
23:33Escóndete en la cabaña, murmuró urgentemente. Algo no está bien, pero ya era demasiado tarde. Los
23:41soldados los habían visto y entre ellos cabalgaba una figura que hizo que la sangre de Jimena se
23:46helara en sus venas. Su propio hermano, Rodrigo Vázquez de Coronado, acompañado por el capitán
23:53que la había traído meses atrás. Rodrigo Vázquez de Coronado desmontó de su caballo con la arrogancia
23:59típica de quien había crecido creyendo que el mundo le debía obediencia. A los 28 años, era la
24:05imagen perfecta del caballero mexicano de alta sociedad. Impecablemente vestido incluso en el
24:11desierto, con bigote cuidadosamente recortado y ojos fríos que habían heredado la crueldad calculada
24:18de su padre. Pero cuando vio a su hermana emerger de la cabaña, su expresión cambió de disgusto
24:24controlado a shock absoluto. La mujer que se acercaba no era la hermana obesa y derrotada que recordaba.
24:30Jimena caminaba con una dignidad natural que jamás había poseído en la mansión familiar. Su piel
24:37bronceada brillaba con salud, su cuerpo se había vuelto fuerte y proporcionado, y sus ojos tenían
24:43una luz de propósito que Rodrigo nunca había visto. Pero lo que más lo perturbó fue la forma
24:49en que Tlacaelel se colocó protectoramente a su lado, y cómo ella aceptó esa protección con
24:55naturalidad. Jimena, dijo Rodrigo con voz controlada pero tensa, he venido a llevarte a casa. Este
25:03experimento ha durado demasiado tiempo. Esta es mi casa, respondió Jimena con calma, gesticulando hacia
25:11la cabaña y el jardín medicinal que había creado. Y no voy a ir a ninguna parte. Su voz era firme, sin
25:18rastro de la inseguridad que había caracterizado todos sus años en la mansión familiar. El capitán
25:24militar se adelantó, mostrando unos documentos oficiales. Señora Vázquez de Coronado, hemos
25:31recibido reportes de que está siendo retenida contra su voluntad. Como ciudadana mexicana, tiene
25:37el derecho de regresar a la civilización. Tlacaelel se tensó visiblemente. Nadie la está reteniendo,
25:45declaró en español claro. Está aquí por elección propia. Su mano se movió instintivamente hacia el
25:51cuchillo en su cinturón. Pero Jimena lo tranquilizó con un toque suave en su brazo. Es cierto, confirmó
25:58Jimena, dirigiéndose directamente al capitán. Estoy aquí porque he encontrado un propósito y una vida
26:04que vale la pena vivir. No necesito ser rescatada de la felicidad. Rodrigo se acercó, estudiando a su
26:11hermana con ojos entrecerrados. Mira lo que te has convertido. Murmuró con una mezcla de disgusto y
26:18algo que podría haber sido envidia. Vestida como una salvaje, viviendo en una choza, trabajando con
26:25las manos como una india común. ¿Esto es lo que llamas felicidad? Sí, respondió Jimena sin vacilar.
26:32Llamo felicidad a despertar cada mañana sabiendo que mi vida tiene valor. Llamo felicidad a poder ayudar
26:39a sanar a las personas. A ser respetada por mis habilidades, en lugar de ser despreciada por mi
26:45apariencia. Llamo felicidad a estar con un hombre que me ama por quien soy, no por el apellido que
26:51llevo. Las palabras cayeron como bombas en el silencio del desierto. Rodrigo intercambió una
26:57mirada significativa con el capitán. Está claro que han lavado tu cerebro. Declaró finalmente. Padre me
27:04envió con instrucciones específicas. Si no vienes voluntariamente, tengo autorización para llevarte
27:10por la fuerza. Tlacaelel se adelantó, su presencia imponente llenando el espacio entre los soldados y
27:16Jimena. Tendrán que matarme primero, declaró con la tranquila certeza de un guerrero que había
27:22enfrentado la muerte muchas veces. Eso puede arreglarse, replicó Rodrigo con frialdad, haciendo
27:29una señal a los soldados que lo acompañaban. Seis hombres armados rodearon a la pareja, sus rifles
27:35apuntando directamente a Tlacaelel. Jimena sintió que su mundo se desmoronaba. Durante meses había
27:41vivido en una burbuja de felicidad, olvidando temporalmente el poder que su familia tenía para
27:47destruir todo lo que tocaba. Pero ahora la realidad la golpeaba con fuerza brutal. Seguía siendo una
27:53Vázquez de coronado, y eso significaba que nunca sería verdaderamente libre mientras su familia
27:59decidiera reclamarla. Está bien, dijo finalmente, su voz quebrándose ligeramente. Iré con ustedes.
28:07Se volvió hacia Tlacaelel, cuyos ojos mostraban una furia contenida que amenazaba con explotar. No
28:13quiero que te lastimen por mi culpa. No, rugió Tlacaelel, tomándola por los hombros. No voy a
28:20dejarte ir con ellos. Hemos construido algo hermoso aquí. No voy a permitir que te arrastren de vuelta a
28:26una vida que te estaba matando lentamente. Jimena tocó suavemente su rostro, memorizando cada línea,
28:33cada cicatriz, cada expresión de amor desesperado. Si me amas verdaderamente, susurró. Déjame
28:40protegerte. Encontraré una manera de regresar a ti. Te lo prometo. El viaje de regreso a la ciudad fue
28:48una pesadilla de calor, polvo y silencio tenso. Jimena cabalgaba entre los soldados como una
28:54prisionera, mientras su mente trabajaba febrilmente buscando una estrategia de escape. Rodrigo cabalgaba
29:01a su lado, lanzándole miradas ocasionales que mezclaban triunfo con algo que podría haber sido
29:06respeto reluctante. ¿Realmente te ama? Preguntó finalmente, cuando estaban a medio camino de la
29:13ciudad. ¿O solo te usa porque es lo que le dieron? Jimena lo miró con sorpresa. Era la primera
29:19pregunta personal que su hermano le había hecho en años. Me ama, respondió con certeza absoluta. Y yo
29:26lo amo a él. Es el primer hombre que me ha visto como una persona completa, no como una decepción que
29:32hay que tolerar. Rodrigo permaneció en silencio durante varios minutos. Padre dice que vas a ser enviada
29:38al convento de las hermanas de la caridad. Informó finalmente. Dice que tu alma necesita purificación
29:44después de esto, el convento. Jimena había escuchado historias sobre ese lugar. Mujeres
29:51problemáticas de familias acomodadas eran enviadas allí para ser reformadas a través de años de oración,
29:59penitencia y aislamiento total del mundo exterior. Era una prisión disfrazada de institución
30:05religiosa. ¿Y tú qué opinas? Preguntó Jimena, estudiando el rostro de su hermano. ¿Crees que
30:12necesito purificación? Rodrigo tardó en responder. Creo, dijo lentamente, que eres la primera persona
30:20en nuestra familia que ha encontrado algo real. Algo que no está basado en dinero, poder o
30:25apariencias. Hizo una pausa, como si las siguientes palabras le costaran un gran esfuerzo. Creo que padre
30:32está celoso porque has encontrado lo que él nunca tuvo. Amor verdadero. Esas palabras inesperadas le
30:39dieron a Jimena la primera chispa de Jimena que había sentido desde que vio aparecer a los soldados.
30:46Si había logrado tocar algo humano en el corazón de su hermano, tal vez hubiera una posibilidad de
30:51que otros miembros de su familia también pudieran ver la verdad. Cuando llegaron a la mansión familiar
30:58al atardecer, don Patricio los esperaba en el portal principal con expresión sombría. Pero cuando vio a
31:04su hija descender del caballo, su expresión cambió a shock, exactamente como había pasado con Rodrigo.
31:12La mujer que regresaba no era la misma que había enviado al desierto meses atrás.
31:17Jimena, murmuró, acercándose lentamente. Te ves diferente. Me veo como alguien que ha encontrado su
31:25lugar en el mundo, respondió ella manteniendo la cabeza alta. Me veo como alguien que ha aprendido
31:31a valorarse a sí misma. Don Patricio estudió a su hija durante un largo momento. Los cambios eran
31:37innegables. Había perdido peso, su postura era más erguida, su piel brillaba con salud y sus ojos
31:44tenían una determinación que nunca había visto en ella. Pero lo que más lo perturbaba era la ausencia
31:51total de la sumisión que había caracterizado todos sus años anteriores.
31:56Mañana irás al convento, declaró finalmente, como si pudiera restaurar su autoridad mediante la
32:02firmeza de su voz. Las hermanas se encargarán de limpiar tu alma de las influencias paganas que
32:07has absorbido. No, respondió Jimena simplemente. No iré al convento y no permitiré que destruyan lo que
32:16he construido. El silencio que siguió fue tan profundo que se podía escuchar el viento nocturno
32:22susurrando entre los árboles del jardín. Don Patricio no podía recordar la última vez que
32:28alguien en su familia se había atrevido a desafiarlo tan directamente. La guerra entre el pasado y el
32:34futuro de Jimena estaba a punto de comenzar. La noticia de que Jimena Vásquez de Coronado había
32:40regresado del cautiverio Apache se extendió por la alta sociedad mexicana como un incendio en época
32:47seca. Para el mediodía siguiente, la mansión familiar estaba rodeada de curiosos que esperaban
32:52ver a la mujer que había vivido entre salvajes durante meses. Pero las expectativas de encontrar
32:58a una víctima traumatizada se desvanecieron cuando Jimena apareció en el balcón principal con una
33:04dignidad que dejó sin palabras a los espectadores. Don Patricio había convocado al padre Sebastián,
33:12el director del convento de las hermanas de la caridad, para que evaluara el estado espiritual
33:17de su hija. El sacerdote, un hombre de 60 años acostumbrado a lidiar con mujeres rebeldes de familias
33:25acomodadas, llegó preparado para encontrar resistencia. Lo que no esperaba era encontrarse con una mujer que
33:32irradiaba una paz interior que él mismo envidiaba. Hija mía, comenzó el padre Sebastián con tono
33:39condescendiente. Entiendo que has pasado por una experiencia muy difícil. El contacto prolongado con
33:45paganos puede corromper el alma de maneras que no siempre son evidentes. En el convento te ayudaremos
33:52a purificar tu espíritu a través de la oración y la penitencia. Jimena lo escuchó con paciencia
33:58antes de responder. Padre, con todo respeto, mi alma nunca ha estado más pura que ahora. He pasado
34:06estos meses sirviendo a Dios a través del servicio a otros, sanando enfermos y aliviando sufrimiento.
34:13Si eso es corrupción, entonces no entiendo qué significa la virtud. Sus palabras cayeron como piedras
34:20en agua quieta. El padre Sebastián intercambió una mirada incómoda con don Patricio. Habían esperado
34:26encontrar a una mujer quebrada que necesitara salvación, no a alguien que hablara de su
34:31experiencia como una epifanía espiritual. Además, continuó Jimena con voz firme, he decidido que no
34:39iré al convento. He encontrado mi vocación verdadera y es una que puedo ejercer mejor en
34:44libertad que encerrada entre muros. Don Patricio se puso de pie bruscamente, su rostro enrojeciendo
34:50de furia. No tienes opción en este asunto. Eres mi hija. Y mientras vivas bajo mi techo,
34:56obedecerás mis decisiones. Entonces no viviré bajo su techo, respondió Jimena con calma sobrenatural.
35:03Me iré esta misma noche si es necesario. Prefiero dormir bajo las estrellas como mujer libre que en
35:09una cama dorada como prisionera. El impacto de sus palabras resonó por toda la habitación. Doña
35:15Guadalupe, que había permanecido en silencio observando la transformación de su hija, finalmente
35:20habló. Jimena, dijo con voz temblorosa. ¿Qué te ha pasado? Nunca habías hablado así en tu vida.
35:27Lo que me pasó, madre, respondió Jimena, volviéndose hacia ella con una mezcla de compasión y firmeza.
35:33Es que finalmente aprendí a valorarme. Aprendí que mi valor no depende de encontrar un marido que
35:39ustedes aprueben, o de producir herederos para perpetuar el apellido familiar. Mi valor viene de
35:46lo que puedo aportar al mundo, de las vidas que puedo tocar y sanar. Fue en ese momento cuando se
35:52escuchó el sonido de cascos aproximándose a galope. Todos se voltearon hacia la ventana,
35:57donde pudieron ver una nube de polvo acercándose rápidamente a la mansión. Cuando la polvareda se
36:03asentó, reveló una imagen que dejó a todos sin aliento. Tlacaelel montado en su caballo de guerra,
36:10pero no solo. Lo acompañaba una delegación de guerreros apaches, y también varios colonos
36:16mexicanos que Jimena reconoció como personas a quienes había tratado médicamente. El guerrero
36:21apache desmontó con gracia felina y caminó directamente hacia la entrada principal de la
36:27mansión. Su presencia era imponente. Vestía sus mejores galas de guerra, pero había venido en son de
36:34paz, como lo indicaban las plumas blancas que llevaba en el cabello. Los guerreros que lo
36:39acompañaban permanecieron montados, formando un círculo protector pero no amenazante. Don
36:45Patricio salió al portal, flanqueado por varios sirvientes armados. ¿Qué significa esta intrusión?
36:51Demandó con voz que intentaba sonar autoritaria pero que traicionaba nerviosismo. Vengo a reclamar
36:57a mi esposa, declaró Tlacaelel en español claro, su voz resonando por todo el patio. Vengo a reclamar
37:04a la mujer que eligió libremente estar conmigo y que fue tomada en contra de su voluntad. Jimena
37:10apareció en el balcón y cuando sus ojos se encontraron con los de Tlacaelel, sintió que
37:16su corazón se expandía hasta casi explotar de alegría. Tlacaelel, gritó, y antes de que alguien
37:23pudiera detenerla, corrió escaleras abajo hacia el patio. Deténganla, rugió Don Patricio, pero era
37:30demasiado tarde. Jimena se arrojó a los brazos de Tlacaelel, quien la recibió como si fuera lo
37:36más preciado del mundo. Pensé que no volvería a verte, murmuró ella contra su pecho. Prometiste
37:42que encontrarías una manera de regresar a mí, respondió él, apartándola lo suficiente para
37:48estudiar su rostro. Pero yo decidí no esperar. Decidí venir por ti. Uno de los colonos mexicanos
37:55se adelantó. Un hombre mayor con ropa simple pero limpia. Señor Vázquez de Coronado. Dijo
38:02con respeto pero firmeza. Mi nombre es Miguel Herrera. Esta mujer salvó la vida de mi nieta
38:08cuando los doctores de la ciudad dijeron que no había Jimena. Mi esposa tenía dolores
38:12terribles que ningún médico pudo curar, hasta que ella preparó las medicinas que la sanaron
38:17completamente. Otros colonos se adelantaron, cada uno con historias similares. Una mujer
38:23joven habló de cómo Jimena había ayudado en un parto difícil que había salvado tanto
38:28a la madre como al bebé. Un anciano describió cómo ella había curado una infección que
38:33amenazaba con costarle la pierna. Historia tras historia se acumuló, pintando el retrato
38:39de una mujer que había encontrado su verdadera vocación en el servicio a otros. Esta mujer,
38:46continuó Miguel Herrera, no es una cautiva que necesita rescate. Es una sanadora que ha elegido
38:52vivir entre nosotros porque su corazón está aquí. Separarla de su esposo y de su trabajo
38:57sería un crimen contra Dios y contra la humanidad. El padre Sebastián, que había estado escuchando
39:04en silencio, se acercó lentamente. Su expresión había cambiado completamente durante los testimonios.
39:11Señor Vázquez de Coronado, dijo con voz pensativa, he dedicado mi vida a servir a Dios y puedo reconocer
39:18una verdadera vocación cuando la veo. Esta mujer ha encontrado su manera de servir al
39:24creador. Interferir con eso sería interferir con la voluntad divina. Don Patricio se encontró
39:31en una posición imposible. La evidencia era abrumadora. Su hija no solo había encontrado
39:36la felicidad, sino que había encontrado un propósito que tocaba y transformaba vidas.
39:43Los testimonios de las personas comunes tenían un peso moral que no podía ignorar, especialmente
39:48frente a los ojos de la comunidad que observaba. Doña Guadalupe se acercó lentamente a su
39:54hija. Por primera vez en años, realmente la miró, no como una decepción que había que
39:59tolerar, sino como la mujer extraordinaria en la que se había convertido.
40:05Hija mía, murmuró con lágrimas en los ojos. Perdóname. Estaba tan preocupada por lo
40:11que la sociedad pensaría que nunca me detuve a ver lo que tú necesitabas.
40:15Ximena abrazó a su madre, sintiendo que una herida que había llevado durante años
40:20finalmente comenzaba a sanar. Te perdono, madre, pero ahora mi lugar está con mi esposo, sirviendo
40:27a quienes me necesitan. Tlacaelel se acercó a Don Patricio con dignidad solemne.
40:33Señor, dijo formalmente, pido la mano de su hija en matrimonio. Prometo amarla, protegerla
40:40y apoyar su trabajo de sanación por el resto de mis días. Prometo que juntos construiremos
40:46algo hermoso que honre tanto su herencia como la mía.
40:49Don Patricio miró a su hija, que irradiaba una felicidad que nunca había visto en ella
40:55durante todos sus años en la mansión familiar. Miró a Tlacaelel, cuyo amor por Ximena era
41:01evidente en cada gesto, cada mirada. Miró a las personas que habían venido a testificar
41:07sobre el impacto positivo que su hija había tenido en sus vidas. Finalmente, con una voz
41:13que temblaba ligeramente, dijo, tienes mi bendición. Cinco años después, en una próspera comunidad
41:20que había crecido alrededor de la clínica medicinal que Ximena y Tlacaelel habían establecido,
41:27la pareja contemplaba el atardecer desde el porche de su casa, mientras sus dos hijos pequeños
41:32jugaban en el jardín. La comunidad había atraído a familias de diversas culturas que
41:38buscaban un lugar donde las diferencias fueran celebradas en lugar de temidas.
41:43Ximena, ahora una matrona respetada cuya reputación como sanadora se extendía por toda la región,
41:49se recostó contra el hombro de su esposo con una sonrisa de completa satisfacción.
41:54¿Alguna vez te arrepientes? Le preguntó Tlacaelel, como había hecho muchas veces a lo largo de
41:59los años. Jamás, respondió ella, observando a sus hijos que corrían entre las flores medicinales
42:06que habían plantado juntos. Encontré mi lugar en el mundo, encontré mi propósito, encontré
42:12el amor verdadero. ¿Qué más podría pedir? En la distancia, el sol se ponía pintando el cielo
42:18de oro y carmesí, bendiciendo una historia de amor que había comenzado como castigo y se
42:23había transformado en el más hermoso de los regalos. Fin de la historia.
42:29¡Gracias!
42:30¡Gracias!
42:31¡Gracias!
42:32¡Gracias!
42:33¡Gracias!
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