Alfonso Rojo: “Feijóo, por fin, parece decidido a sudar la camiseta y darle a Sánchez donde duele”
  • hace 7 meses
Estoy de buen humor.

Y no porque me vaya personalmente bien, que siempre me ha ido.

Fui un niño feliz, un adolescente divertido, recuerdo con nostalgia el internado, no sufrí en la mili, he amado con intensidad, tengo una familia multitudinaria, algún gran amigo e incluso ahora, cuando ya asumes que San Pedro te convocará cualquier día a rendir cuentas a la entrada del Cielo, lo paso de cine trabajando como un negro en lo que más me divierte: el Periodismo.

Y estoy contento porque me da la impresión de que Feijóo no se resigna y que, por primera vez, parece decidido a sudar la camiseta como líder del centroderecha.

Sin incoherencias, sin medias tintas, sin complejos, sin intermitencia y teniendo perfectamente claro quienes son sus enemigos y quienes son sus socios, aliados y amigos.

Con el PP nunca se puede estar seguro del todo, porque es un partido alérgico a la pelea, pero la reciente y brillante actuación de su jefe durante su frustrada investidura deja un mensaje meridiano a la parroquia: se acabó el tiempo eludir las batallas, ya sea en el Congreso, en la calle, en los Tribunales de Justicia o en Europa, por temor a perderlas.

España está en un fase crítica y los populares deben interiorizar -como ya lo hacen Madrid y empiezan a hacerlo en Valencia y otras latitudes- que la política es mucho más que gestión y aritmética parlamentaria.

Como el felón Sánchez y este PSOE que funciona al dictado de golpistas, proetarras y delincuentes, tratan de burlar el Estado de Derecho alegando que hay que ‘desjudicializar la política’ y poner el ‘marcador a cero’, hay que saturar los tribunales de recursos y demandas.

Es imprescindible abrir auditorias, levantar alfombras, revisar papeles y exigir que rindan cuentas todos esos mangantes y mangantas que gestionaban hasta el pasado 28M gobiernos autonómicos y ayuntamientos de relumbrón.

La ‘Brunete Pedrete’ y los tertulianos del ‘pesebre sanchista’ los pondrán a caldo, pero más preocupante, aunque algunos todavía no se enteran, sería que les elogiaran.

Feijóo se ha quedado a cuatro escaños de ser investido Presidente del Gobierno, pendiente de otra votación este viernes que nada cambiará salvo milagro, pero salió del trance convertido en la referencia de la España decente, que se opone a los cambalaches, claudicaciones y sucios apaños de Sánchez.

Consiguió retratar al capo socialista y hacer visible ante la ciudadanía que España puede gestionarse sin asumir la delirante agenda de los racistas de Junts, los atolondrados de ERC, los proterroristas de Bildu, los sectarios de Sumar y los peseteros del PNV.

Feijóo se despidió del Congreso subrayando que los debates han tenido tenido la virtud de retratar a todos y con especial crueldad al socialista Sánchez y su cuadrilla.

No tardará mucho antes de que los españoles de a pie nos tengamos que retratar de nuevo, pero en las urnas.

Y para ese momento, sólo se me ocurre recordar que ser cobarde no es delito. Ser traidor lo es.

Y ser idiota, a la hora d
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