Alfonso Rojo: “A Feijóo lo vino Dios a ver con el tramposo Sánchez y la bocazas Chiqui Montero”
  • el año pasado
No es lo que dicen los tibios del PP, ni lo que proclama al dictado la Brunete Pedrete, esa panda de periodistas paniaguados que engorda a sueldo de la Moncloa, pero coincidirán conmigo en que a Feijóo lo vino Dios a ver.
Habría sido todo un papelón renovar el Poder Judicial con Sánchez, para acto seguido encontrarse al líder del PSOE mancillando el Código Penal al servicio de los separatistas.
Sin pretenderlo, y por una vez, la arrabalera Chiqui Montero prestó un servicio a España, yéndose de boca en la tribuna del Congreso y alardeando de que tenían cerrada la rebaja del delito de sedición, con los golpistas catalanes.
Si los indultos dejaron impunes a los cabecillas del golpe en Cataluña, la reforma del Código Penal impulsada por Sánchez indultaba el delito que cometieron, invitándoles a repetirlo cuando cambie el Gobierno y terminen las concesiones y rebajas con que les paga el PSOE a cambio de que dejen a su jefe seguir durmiendo en La Moncloa.
Lo de ‘le han temblado las piernas a Feijóo’ que dijo Sánchez y pasan como frase del día en el argumentario monclovita, es la versión macarra de la que usaba el inefable Zapatero, para justificar su pasteleo con los los asesinos etarras: “Hay que ser valiente para dialogar con ETA”
Manda huevos. Esto de llamar cobardes a los defensores de la democracia opuestos a ceder ante los terroristas, es una perversión ética que retrata a los promotores de la venenosa alianza entre izquierda española y nacionalismo extremista.

¿Y ahora que?

Pues ahora a pelear, porque es muy probable que Sánchez, arropado por Podemos, Bildu, ERC y compinches, modifique a las bravas la ley, para para que en lugar de mayoría parlamentaria de tres quintos, baste la mayoría simple para nombrar vocales del Consejo General del Poder Judicial.
Les importa un comino lo que diga la Unión Europea, que por cierto es muy diligente y activa cuando se trata de Hungría o Polonia y en temas LGTBI o de inmigración ilegal, pero ni respira cuando las tropelías anticonstitucionales suceden al sur de los Pirineos.

Será malo para España, pero que haga Sánchez lo que quiera, porque le queda un año.

Ningún bloqueo del Poder Judicial, por lamentable que parezca, es más grave que ayudar al socio de Txapote a manosear la Justicia para tenerla a su disposición en el futuro.
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