Alfonso Rojo: “El esperpento con txapela del País Vasco sería imposible sin la traición del PSOE”
  • hace 12 días
Tenemos este fin de semana elecciones vascas, que son las primeras de las tres que se celebrarán en España de aquí al verano.
Uno siempre ansía un milagro, pero Dios sólo ayuda a los buenos cuando son más que los malos y todas las encuestas indican que estos últimos nos superan en número y con holgura.
Si se cumplen los pronósticos, los proetarras de Bildu ganarán en escaños, los meapilas del PNV en votos y el podrido PSOE hará malabares para que unos y otros permitan a Sánchez seguir durmiendo en La Moncloa.
 Y hay una pregunta que deberíamos hacernos todos los españoles, incluidos los 8 millones de enajenados que votan socialista o aledaños.
¿Cómo es posible que un partido heredero de los terroristas que asesinaron a 853 de inocentes, mutilaron a cientos de personas y provocaron el exilio de más de 180.000 ciudadanos, casi el 10% de la población, sea ahora el mayoritario, el preferido de la sociedad vasca? 
Antes de meterme en honduras, ya les adelanto que este esperpento con txapela no sería posible sin la connivencia, la cobardía, el sectarismo y la cutre ambición del PSOE y sus dirigentes.
Todo eso sumado, por supuesto, a la amoralidad de los peseteros del PNV que siempre han chapoteado en la sangre y que, en su codicia, serían capaces de vender a los bilduetarras las sogas con las que algún día los ahorcarán en la barandilla del Puente Colgante de la ría de Bilbao.
Los Sánchez, Patxi López, Zapatero y colegas han ‘legitimado’ tanto a los nostálgicos del balazo en la nuca, que, ante buena parte del millón de vascos que acudirán a las urnas, los de Bildu aparecen como más ‘modernos’ que los rancios peneuvistas y por supuesto menos ‘corruptos’ que los socialistas.
Bildu, gracias a los masajes del marido de Begoña, y a la impericia de los Ortuzar y cofrades se ha merendado a un montón de tibios flojos de memoria y a la casi totalidad de los zarrapastrosos que antes votaban a Podemos.
Todo ello, obviando que las elecciones del País Vasco se realizan marcadas por la violencia, la amenaza y el chantaje, porque ETA ya no mata pero no deja en paz a nadie que recuerde sus crímenes y plante cara a sus tesis.
Lo ideal para el felón Sánchez es que el PNV siga en el Gobierno autonómico, lo que exige que el PSOE le de su respaldo.
Todo el mundo dice que Bildu tragará, con la vista puesta en próximos comicios, y se centrará de momento en la apestosa tarea de sacar de la cárcel a los psicópatas de ETA que todavía duermen tras los barrotes.
El panorama es desolador, pero no caigamos en la melancolía.
Hay tener claro -desde el PP, desde VOX, desde los sectores de la sociedad civil no putrefactos y desde los medios de comunicación que no sobrevivimos amarrados al pesebre monclovita- que habrá que hacer cosas distintas para que los resultados puedan ser diferentes.
Pase lo que pase el domingo… ¡a seguir luchando!
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