Alfonso Rojo: “Nadie dice que en el debate entre Feijóo y Sánchez, el del PP tenia el árbitro en contra”
  • hace 9 meses
Opacado por la paliza que Feijóo propinó a Sánchez en su cara a cara televisivo, nadie parece reparar en el detalle de que el líder del PP tenía, para colmo, al árbitro en contra.
En realidad, a los dos árbitros, porque el habitualmente agudo Vicente Vallés, obsesionado por no parecer antisanchista, permitió con su pasividad al jefe del PSOE ponerse tabernario e interrumpir medio centenar de veces, con la perruna táctica de farfullar cada vez que su educado contrincante tomaba la palabra.
Lo de Ana Pastor, aunque ha pasado casi desapercibido, fue mucho más infumable.
Como quien no quiere la cosa, la consorte de Ferreras endiñó a Feijóo una soflama exigiéndole que se disculpara ante las mujeres por sus pactos con Abascal.
Menos mal que el gallego, que sabe latín y ha demostrado ser mucho mejor polemista de lo que imaginaban hasta sus fieles, sacó a colación a botepronto el millar largo de violadores beneficiados por el engendro de la Ley del Si es Si y delimitó responsabilidades, con precisión de cirujano.
Esperar que el jefe de la Coalición Frankenstein diga la verdad es de una ingenuidad colosal.
Una muestra de inocencia casi aberrante.
En el caso de Sánchez, que empezó con aquello de que Pablo Iglesias le quitaba el sueño, siguió con lo de que no iba a pactar con los proetarras de Bildu, continuó prometiendo mano dura con los golpistas catalanes, confiar en que no mienta es un desvarío digno de psiquiatra.

Se irá de La Moncloa mintiendo como un bellaco
Cabría sin embargo, no por respeto a la ciudadanía sino por simple interés político del PSOE y colegas, que se trabajase los bulos, montase con más cuidado los embustes, elaborase el relato y mejorase las patrañas.
Pero ni eso, como quedó patente durante el debate.
El coautor del bodrio legal que ha beneficiado a más de mil violadores y ha puesto en la calle a más de un centenar, llegó de decir que la del Si es Si es ‘una buena ley’.
Mintió sobre el empleo, sobre la inflación, sobre su plan de imponer peajes en las autovías, sobre sus apaños con Otegi, sobre su pasteleo con los golpistas y hasta sobre su dependencia de la ultraizquierda chavista y podemita, a ninguno de cuyos ministros y ministras ha podido tocar un pelo.

Negó incluso, el muy caradura, que hubiera insultado a los policías y guardias civiles destinados en Cataluña durante la intentona del 8-O etiquetándolos como ‘piolines’.
Ni España ni los españoles merecemos un ‘Pinocho’ de esa catadura, así que no se me distraigan ni se confíen.
El 23J todos a votar en masa y darles a Sánchez, al PSOE y a sus cómplices la patada en el culo que merecen.
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