Estoy alentado la idea de que los ‘Marqueses de Galapagar -Pablo e Irene- abran al público la primorosa piscina de su chalet serrano.
Sería un puntazo, que permitiría a la pareja recuperar protagonismo y opacar la ocurrencia de darles 20.000 euros a todos los chavales que lleguen a la edad de votar, que ha soltado su enemiga Yolanda Díaz.
La cuchufleta de la de ‘Sumar’ tiene poco recorrido y no sólo por insensata.
Los 9.000 millones, que habría que sacar del bolsillo del contribuyente, para untar a la tropa juvenil, incluidas las nietas de Juan Roig el de Mercadona, es lo que cuesta al año mantener los Ministerios de Sanidad y Educación.
Y me da que ese pastón no se iba a gastar en montar empresas o hacer masters, sino a cosas más divertidas.
Mucho más barato, factible y mediático que repartir billetes, si de lo que se trata es de acuñar titulares de cara a las elecciones del 23J, es lo de la piscina, sobre todo con el calor sarraceno que hace este verano.
Los Iglesias-Montero tendrían, eso si, que establecer normas y filtros.
No se puede dar acceso a cualquiera. Sólo a aquellos que acrediten haber sido empecinados podemitas y seguir dispuestos a votar a favor de Sánchez y fanáticos afines.
Excluidos, por supuesto, todos los progres y son legión, que disfrutan ya de pileta privada o de alberca en la comunidad de vecinos.
Y con un decálogo estricto sobre el uso, porque estos zarrapastrosos de ultraizquierda son muy suyos y te puedes encontrar con que el personal saca el champú, para aprovechar el viaje y lavarse el pelo o monta una zapatiesta de aupa, con bocadillos, latas de atún, cervezas, gaseosas y radiocasete.
Prohibido terminante tirar al césped las pieles de salchichón, porque después te devoran las hormigas o hacer pis desde el bordillo.
Se mea una vez dentro del agua, aferrado al rebosadero y poniendo cara de inocente como todo el mundo.
Coñas apartes y subrayando que esta propuesta de la piscina tiene las mismas posibilidades de prosperar que la de los 20.000 euros de Yolanda o que la ‘moto’ económica de Sánchez, les confieso que me ha conmovido ver transitar como un zombi a Irene Montero, por la recién inaugurada Galería de las Colecciones Reales, durante la recepción a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
¿Cómo puede tener tan poca dignidad nuestra todavía ministra de Igualdad?
¿Cómo es capaz esta paisana de seguir ahí después de que el infame Sánchez la haya vapuleado, endosándole mentiroso la autoría en exclusiva de la Ley Sueltavioladores?
¿Como posa con cara de lela no lejos de la vicepresidenta que la ha purgado de las listas?
Pues ahí la tienen, tragando quina y poniendo el cazo, que es de de que se trata.
Y ahora la pregunta del millón, la que tienen que tener presente todos ustedes cuando se acerquen a la urna el próximo 23J:
¿No es de aurora boreal que esta panda de sectarios e indocumentados nos haya estado gobernando cuatro años y pretenda seguir haciéndolo otros cuatro?
Pues ya saben.