Viendo el panorama, coincidirán conmigo en que nos viene al pelo ese viejo refrán según el cual: ‘cada día que amanece, el número de tontos crece’.
Y para nuestra desgracia, tenemos un nutrido pelotón de esos mendrugos colocado en el Gobierno.
No solo hacen las cosas mal, legislan con los pies, chalanean con golpistas y terroristas, claudican ante Puigdemont y ponen España en almoneda, para seguir chupando del frasco.
Es que ademas son unos ineptos de tomo y lomo.
Según el último balance del Ministerio del Interior, en lo que va de año, han entrado ilegalmente en España 36.814 inmigrantes.
Y el crecimiento es exponencial.
Canarias, donde sólo este mes han arribado ya 13.000 desventurados, vive al borde del colapso.
¿Y que se les ocurre para solucionar o paliar el drama al socialista Sánchez, a su monaguillo Marlaska y a los pintamonas del Gabinete?
Nada.
Mejor dicho: algo peor que nada, porque se han puesto a despachar ‘sin papeles’ hacia la Península y a repartirlos por los pueblos, como si fueran ganado.
Los meten en aviones -con nocturnidad y alevosía-, los empaquetan en autobuses apenas aterrizan y los sueltan a la buena de Dios por Aragón, Extremadura, Andalucía o donde se tercie.
No hay plan, ni estadísticas, ni análisis, ni leches.
Sólo improvisación y mucho oscurantismo.
A este ritmo, dentro de poco, no habrá ni hoteles para hospedar temporalmente a los menesterosos, que por cierto son casi todos hombres y jóvenes.
El Gobierno socialcomunista, ese de las recepciones televisadas al barco ‘Open Arms’ y el de ‘venid en masa que todos caben’,
prevé que el traslado y alojamiento de inmigrantes en establecimientos turísticos prosiga al menos hasta el 30 de abril de 2024.
Es decir, otros seis meses más. Medio año.
Según la Dirección General de Atención Humanitaria del Ministerio de Inclusión Social, recurren a los hoteles, alguno de 4 estrellas, porque los Centros de Acogida de Emergencia están saturados.
Cuando ya no queden hoteles, los meterán en colegios, en gimnasios e iglesias y si nos descuidamos, en nuestras casas.
Y digo yo…¿no hay nadie en ese Gobierno de mierda al que se le haya ocurrido que es vital y urgente mandar negociadores con dos dedos de frente a Senegal, a Marruecos o Argelia para hacer un apaño con las autoridades competentes?
¿Ninguno ha caído en la cuenta que desde Dakar a la isla del Hierro hay más de 1.500 kilómetros de distancia y que nuestra Marina podría hacer algo para limitar el aluvión?
Estamos en manos de tontos, a los que votan otros tontos.
¡Que Dios nos pille confesados!