Con los anuncios de televisión pasa lo mismo que con la canción del verano: algunos se quedan pegados como un chicle a la memoria colectiva.
Ejemplos míticos son el del ‘negrito tropical’ del Cola Cao, el de las muñecas de Famosa o el del ‘algodón no engaña’.
La política, que entraña mucho de propaganda, también tiene cosas que no engañan y una de ellas, en estos tiempos turbios que nos ha tocado vivir, son las cifras económicas.
A finales de 2023 -cuando a Pedro Sánchez no le quede otra que convocar elecciones generales- en España habrá 14 millones de ciudadanos en riesgo de pobreza, un 30% de la población.
del total.
Desde que gobiernan PSOE y Podemos, con respaldo de los proetarras de Bildu y de los golpistas catalanes, el número de españoles que cae de la clase media a esa franja donde la avería de un electrodoméstico es un drama, no se puede ahorrar ni un euro, la visita al supermercado produce vértigo y todo se va en sobrevivir, crece a velocidad de crucero.
Los datos de empobrecimiento en España son demoledores y revelan con crudeza la falacia del ‘escudo social’.
¿De qué escudo social puede presumir una cuadrilla bajo cuyo mandato han quedado literalmente tiradas millones de personas?
Y no cuela excusarse con la pandemia, porque el retroceso comenzó antes de la llegada de la peste y se ha acentuado por la ineptitud, sectarismo y torpeza de Sánchez y sus ministros.
Es un sarcasmo que el líder del PSOE intente sacar pecho porque, según los informes de la propia Unión Europea, sólo están peor que nosotros Rumanía, Bulgaria y Grecia.
Conclusión: este Ejecutivo es una máquina de generar pobres…y memos.
Esto último no lo dice la UE; lo aporto yo, viendo el rosario de leyes para sectarios, fanáticos y majaderos que van saliendo en el BOE.
Aquí, sin que hayan pestañeado siquiera los periodistas nacionales, los empresarios, los escritores, los supuestos intelectuales, los profesores universitarios o los artistas, se ha aprobado una Ley de Memoria que obliga a estudiar una versión sectaria y única de la Historia. Aquí se prepara una ley trans. que atenta contra el sentido común. Aquí impera una ley de educación que prima la tontuna.
Feijóo está jugando con la calculadora electoral.
Cree que, cuanto más énfasis ponga en la necesidad de una gestión económica eficaz y menos se defina en polémicos asuntos culturales, más votos apañará en el flanco moderado del PSOE.
Tal vez le funcione y, como pronostican las encuestas, sea el próximo ocupante de La Moncloa.
Me alegraré y mucho de que Sánchez, Junqueras, Echenique, Montero y ‘Txapote’ dejen de mandar en España, pero como Feijóo no meta mano, desde el primer día y a fondo en todas las memeces histéricas, listos vamos.