Alfonso Rojo: “Sánchez; que te vote Txapote… y Puigdemont, Junqueras, Griñán y hasta El Chicle”
  • el año pasado
Un periodista de ‘El País’, que no era mal cronista deportivo y al que los mamelucos del Grupo PRISA han asignado ahora la tarea de hostigar a Isabel Díaz Ayuso, preguntó el otro día a la presidenta madrileña si no considera ‘un exceso y un error’ haber zaherido al líder socialista con eso tan mordaz de ‘Sánchez, que te vote Txapote’.
Pero vamos a ver, alma de cántaro.
Me refiero, como es evidente, al plumilla de El País.
En España, siempre se ha dicho que es de bien nacidos ser agradecidos.
Francisco Javier García Gaztelu, alias ‘Txapote’, el psicópata que descerrajó dos balazos en la nuca a Miguel Ángel Blanco y perpetró o ayudó a perpetrar los asesinatos de Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica, José Luis Caso y Manuel Zamarreño,
Reside desde agosto del año pasado en el País Vasco, donde bajo el patrocinio del PNV goza de un régimen carcelario de cinco estrellas.
Y aunque me pega que el facineroso es un ingrato de tomo y lomo, parece lógico que cuando llegue el momento de votar, aunque sea sólo por mezquino interés, lo haga a favor de quien ha facilitado su mejora ‘habitacional’, que no es otro que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno Frankenstein, líder del PSOE y aliado de los proetarras de Bildu.
El ‘exceso’ no es la frase, sino que tenga sentido, que esté tan justificada.
Sánchez y el PSOE han pervertido en la política española todo atisbo de decencia, sentido común, humanidad y justicia.
Al de ‘Txapote’ habría que añadir otros nombres como Otegi, Griñán, Junqueras, Puigemont, ‘El Chicle’ y la lista cada día más larga de violadores, pederastas, golpistas y corruptos que salen de prisión o ven reducidas sus condenas merced a los chanchullos legales del felón y su cuadrilla.
Lo dijo Ayuso y, ahora, lo suscribo yo: “Que te vote Txapote, Sánchez”.
Es más: recomiendo encarecidamente a Feijóo, a Abascal y al ‘sursun corda’- incluyendo ahí a todos los que les preocupa el futuro de España-, usar con profusión la frase como slogan en próximas campañas electorales.
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