Para meditar no necesitas artilugios raros ni estar en un lugar idílico. Tampoco te tiene por qué llevar mucho tiempo. Basta con aprovechar momentos cotidianos, sea lo que sea lo que estés haciendo. Es lo que te proponemos en esta meditación guiada: aprovechar esos 5 minutos que tardas en fregar los platos para meditar o, mejor dicho, convertir una tarea doméstica como es fregar los platos en un momento de conexión contigo. Un gran ejercicio de mindfulness para calmar tu mente y ganar serenidad en el día a día.