Alfonso Rojo: “Déjense de mamonadas y no vean tertulias de televisión”
  • hace 2 años
Supongo que ya se habrán dado cuenta, porque son una peste.

De repente, por arte de magia, han surgido como piojos los ‘ucraníologos’.

Si se fijan bien, notarán con sorpresa que se parecen muchísimo y hasta tienen las mismas caras de los listillos que no hace nada ejercían de ‘vulcanólogos’ y antes de ‘epidemiólogos’.

Y que sin haber puesto nunca los pies en Ucrania, haber visto de cerca el horror de la guerra, tener idea de cuál es la moneda local, que kholodets, borsch, salo o paska son platos típicos de la cocina local y no practicas sexuales exóticas… o las diferencias entre el idioma ucraniano y el ruso, pontifican a diario sobre armamento, tácticas, refugiados, estrategias, bombas y combates, como antes lo hacían sobre lava o contagios.
Es ridículo, pero no debemos tomárnoslo a broma, porque, según todos los estudios, los españoles consumen de media tres horas y media de televisión al día e indefectiblemente, las chorradas que sueltan estos mamarrachos desde el plató, influyen en la opinión pública.

Vaya por delante que esto no es nuevo. Hace casi 30 años, cuando empezó a llamarme a su programa Luis del Olmo, recuerdo una mañana en la que nada mas entrar en el estudio, apenas me había sentado, el gran maestro de la radio soltó que la NASA había descubierto agua en Marte y me preguntó de sopetón lo que yo opinaba al respecto.

Me quedé a cuadros y todo lo que lo que se me ocurrió balbucear es que preguntase al que estaba sentado a mi derecha, que era ‘submarinista’. Pues lo hizo y el ‘submarinista’, que ahora es eurodiputado y cuyo nombre no revelo para que no me odie, disertó sobre el tema más de dos minutos.

La novedad, el desastre, el cambio, lo acongojante, es que esas cosas eran antes la excepción y ahora son la norma, porque la tertulia televisiva es un genero barato y las cadenas, conscientes de la cantidad de pelanas periodistas y pseudoperiodistas que andan desesperados buscando peonadas, las usan para todo.

Frente a eso y pensando en su higiene mental y en el bien de España, sólo se me ocurre una cosa:

¡Hagan como yo… y no vean televisión!

Partidos de fútbol, gestas de Nadal, series policiacas, algún documental y quizá el tiempo, vale… pero mamonadas de tertulianos anafabetos, ni una.
Recomendada