Alfonso Rojo: “Para saber de que va el caso Koldo-Abalos-Sánchez vean ‘El Padrino’ o ‘Scarface’”
  • hace 2 meses
Damas y caballeros, si quieren saber como evolucionará el ‘Caso Koldo’, que en realidad es el ‘affaire’ Abalos-Cerdán-Sánchez, no pierdan el tiempo escuchando el parloteo de los paniaguados que pueblan las tertulias de televisión.

Vean otra vez ‘El Padrino’, ‘Uno de los nuestros’, ‘Casino’ o ‘Scarface’, porque esto va de mafiosos.

Y en la Mafia, cuando se descubre el pastel, para que la policía no llegue al ‘capo’, el protocolo exige que sea un ‘consigliere’ quien se coma el marrón.

Como el sacrificado siempre pregunta ‘por qué yo, si aquí hemos robado todos’, lo pertinente es ofrecerle compensaciones, garantizarle que a su familia no le faltará de nada y de paso, sugerirle que si no traga y guarda silencio, las consecuencias serán fatales.

El diario ‘El País’, antaño un periódico y ahora un boletín sanchista, anunció hace un par de días que el PSOE y su jefe buscarán ‘una solución personal’ para Ábalos.

¿Y qué coño es ‘una solución personal’?

¿Un puesto en el chiringuito de Pepiño Blanco, para que se haga millonario como comisionista y facilitador de contratos con la Administración?

¿La promesa de que, caso de ser condenado y enfilar la prisión, será amnistiado como lo han sido proetarras y golpistas?

¿El compromiso de que Marlaska frenará las investigaciones que le afectan personalmente?

Por muchas contorsiones que hagan el Gobierno Frankenstein y sus terminales mediáticas, no cuela la tesis de que el embrollo se cierra mándando a Abalos al Grupo Mixto del Congreso de los Diputados y metiéndolo en la nevera una temporada.

Fue Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, quien trajo a Koldo a Madrid.

Y al igual que es metafísicamente imposible que Koldo montara la trama sin la protección mafiosa de Ábalos, es inverosímil que Francina Armengol, Illa, Torres o Marlaska entregarán decenas de millones sacados del erario público a una empresa de chichinabo, de no existir el placet de Sánchez.

Cuando descolgaban el teléfono en sus ministerios o gobiernos autonómicos los gerifaltes socialistas no escuchaban a Koldo: oían la voz a Abalos con el acento de Sánchez.

El ex ministro condenado es una criatura de Sánchez y estaba en la cocina cuando su 'boss' y Santos Cerdán cerraron sus infames acuerdos con Junqueras y Otegui.

Sabe como se urdieron algunos inauditos rescates a ciertas empresas en los días de la pandemia y quien se llevó los billetes de 500 euros que se extraviaron por el camino.

Lo normal, lo previsible, es que a Ábalos -aunque esté cabreado como una mona y se sienta abandonado por sus cómplices- calle como una tumba, pero esto no ha hecho más que empezar.

Lo de la corrupción del PSOE no es una película, sino una serie y esta temporada se presenta sucia e interesante.
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