La crisis económica ha llevado a un número creciente de personas a buscar alimentos en los contenedores del mercado central. Familias enteras, impulsadas por la necesidad y el alto costo de los productos básicos, se ven obligadas a dejar atrás la vergüenza para poder alimentar a sus hijos. La situación se ha agravado desde el cambio de gobierno, según testimonios recogidos en el lugar.