Grotesco.
Las Fallas y las Chirigotas de Cadiz serán delito en España.
Bueno… eso si prospera la ridícula maniobra del socialista Sánchez y algún juez, que de todo hay en la viña del Señor, traga con la insensatez y admite y da curso a la denuncia del PSOE contra los indignados, que llaman ‘hijo de puta’ a su jefe desde hace 66 días, junto a la sede-puticlub del partido y apalearon en Nochevieja una piñata con nariz de Pinocho.
En España se van a permitir toda suerte de calumnias e injurias contra el Rey, pero el hortera de La Moncloa es intocable.
Es para partirse la caja, pero de acuerdo lo que se relata en las 59 páginas del lacrimoso texto, que los socialistas han hecho llegar a la Fiscalía, la rubia, los dos chinos y los cachondos que sacudieron palos al muñeco de Ferraz, no estaban celebrando la llegada del Año Nuevo ni protestando contra las tropelías del Gobierno Frankenstein, sino urdiendo un ‘magnicidio’.
Lo que, según ellos, pone en riesgo la ‘seguridad e integridad personal’ de Sánchez y de todos los miembros del partido, al que etiquetan como ‘colectivo vulnerable’, que sufrió mucho durante la Guerra Civil del 36 y bajo la dictadura de Franco.
Al leer esto último, imagino que a los magistrados les entrará la risa floja, porque como es bien sabido, mientras mandó Franco y lo hizo sin sobresaltos desde 1939 a 1975, el PSOE ni estaba ni se le esperaba.
Pasó directamente de regentar en exclusiva 50 de las 345 checas del Madrid republicano, donde se torturó y asesinó a mansalva, a unas largas vacaciones, que concluyeron cuando falleció el Generalísimo y la CIA y la socialdemocracia alemana financiaron la vuelta a España de los socialistas, para evitar que los comunistas se convirtieran en la fuerza hegemónica de la izquierda.
Cuando la Memoria Histórica se entrega a los matarifes de ETA, como ha hecho el Gobierno Sánchez, terminan emergiendo como héroes quienes pegaban balazos en la nuca, pero viendo el alucinado engendro que el PSOE ha remitido a la Fiscalía, corremos riesgo de que nos salgan un día de estos aseverando que los genocidas de Paracuellos fueron los curas, los estudiantes y los patriotas allí fusilados o que el Tito Berni era en realidad ‘militante secreto’ del PP.
Cada uno es dueño de su propio miedo y yo entiendo el cagazo que paralizó al delicado Rubiño, cuando se le vino encima Ortega Smith y pegó un papelazo a la botella de plástico.
Lo que no me entra en la cabeza es el ‘terror piñatero’ que parece haberse apoderado de todo el PSOE y de su jefe.
Hay que asumir la realidad, por dura que sea. En España hay un muñeco, que miente como Pinocho. Se apellida Sánchez, es jefe del PSOE, y lo manejan cual pelele Puigdemont, Junqueras y Otegui.
Pocos palos recibe para lo que se merece.