Como les prometí, hoy reflexionaremos en voz alta sobre Ortega-Smith y el ‘Cristo’ que le han montado al de VOX, por acojonar al insultador Eduardo Rubiños, el delicado portavoz adjunto de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital de España.
Estos ‘progres’ -PSOE, Sumar, periodistas del pesebre monclovita y compinches-, no tienen vergüenza; ni medida, ni sentido del ridículo.
Ahí andan, clamando contra la corrupción, después de mangar 680 millones con los EREs andaluces, llorando por las mujeres abusadas y soltando en rebaño a los violadores o pidiendo la ilegalización de la prostitución, tras gastarse fondos europeos en putas, viagra y cocaína.
O estigmatizando, con la inestimable ayuda de la prensa adicta al régimen sanchista y la de los periodistas claudicantes, a Ortega-Smith.
No lo tendrán ustedes muy claro, si son parte del contingente de masoquistas que sigue leyendo panfletos como El País o sintonizando TVE,LaSexta, Cadena SER y artefactos parecidos, pero les aseguro que la violencia política va en un solo sentido en España.
Si sumamos los ataques de ‘progres’ de todo pelaje, proetarras y separatistas – que básicamente coinciden con los partidos e ideologías que ahora gobiernan España – vemos que el 85% de las agresiones son perpetradas por la izquierda y su entorno.
¿A qué no escuchan nunca que en Madrid les han dado una paliza a unos paisanos por exhibir una señera catalana o acudir con la ikurriña vasca a las puertas de la Audiencia a manifestarse en favor de un terrorista de ETA?
Y sin embargo están ustedes hartos de leer que un tenderete de VOX ha sido asaltado, que les han dado una manta de palos a dos chicas por promocionar la Selección española de Fútbol en las calles de Barcelona, que una jauría ha corrido a porrazos a un despistado que paseaba por San Sebastián luciendo una pulsera con la bandera rojigualda o que a una familia hispana la han expulsado a empellones del Camp Nou, por atreverse a sacar una pancarta del Real Madrid. O del Atlético.
Seguro que se acuerdan del salvaje ataque, con piedras, puños y palos, que una turba incitada por Pablo Iglesias protagonizó en 2019 contra el mitin en que Santiago Abascal presentaba su campaña en Vallecas.
Quizá, porque ha pasado más tiempo, no tengan tan vívido el recuerdo de lo sucedido en 2013, cuando varios militantes de extrema derecha irrumpieron con banderas a la librería Blanquerna de Madrid, durante un acto conmemorativo de la Diada catalana.
En Vallecas hubo heridos, policías lesionados y brutalidad extrema.
En la librería los asaltantes gritaron «no nos engañan, Cataluña es España» y tiraron al suelo el micrófono y la bandera de cuatro barras que presidía el acto.
Nadie resulto lesionado, pero al día siguiente la Policía arrestó a las 14 de las personas que participaron en la algarada.
Y durante 7 años se les ha hecho pasar un calvario judicial, que incluye penas de cárcel.
¿De los bestias ‘antifa’ de Vallecas amigos del cónyuge de Irene Montero saben algo?
No...