De chiste.
Una parte de este Gobierno infame ha tenido que apoyarse en el PP, en VOX y en Ciudadanos para intentar frenar la salida de violadores y pederastas de la cárcel, como consecuencia de una ley impulsada por otra parte de ese mismo Gobierno y aprobada por todo el Consejo de Ministros con Pedro Sánchez a la cabeza.
En cualquier país civilizado, tal dislate hubiera provocado, ipso facto, la dimisión de los responsables y compungidas disculpas.
Nada de eso ha sucedido en España, ni sucederá.
Todo lo contrario, porque hoy tenemos al líder del PSOE presumiendo de feminista en el Congreso y a su ministra Irene Montero pavoneándose en la calle, arropada por una banda de desquiciadas ‘pelofrito’, que cobran sueldos de más de 100.000 euros y que, hasta que las devolvamos a la cola del paro de las que las sacó el ‘macho alfa’ Pablo Iglesias, seguirán metiéndose en nuestras camas, organizando el uso del bidé, promoviendo la masturbación y alumbrando filfas legislativas.
Que el bodrio del ‘Sí es Sí” desgasta a la Coalición Frankenstein es una evidencia.
Como lo es que les esta haciendo un agujero enorme el affaire del ‘Tito Berni y sus diputeros’, pero yerran los tertulianos que hoy hablan de ruptura entre PSOE y Podemos.
Socialistas y podemitas no integran un Gobierno como Dios manda, sino una ‘mafiosa sociedad de auxilios mutuos’ y seguirán juntos, chupando del frasco y disfrutando de los sueldos y los coches oficiales, hasta la víspera de las elecciones generales.
Mi duda es si será Sánchez o será Iglesias quien anuncie el divorcio, pero les garantizo que será temporal y sólo para intentar engañar a los ingenuos, que todavía se tragan la mentira de hay un PSOE moderado, socialdemócrata y español.
Importante subrayar que se cumplen tres años de otro 8-M infausto, el que alentaron Sánchez y su cuadrilla desoyendo hasta las alertas sanitarias internacionales.
Con una irresponsabilidad de juzgado de guardia y el primer borrador del ‘Si es Si’ ya sobre la mesa, impulsaron desde sus cadenas de televisión la asistencia a la fiesta patronal del ‘feminismo’.
Y el aquelarre progre tuvo la desgraciada virtud de infectar a decenas de miles de personas y convertir España en el lugar del Planeta Tierra con más muertos por pandemia.
La única reacción de Sánchez, que hoy parece en la inopia, fue imponer un estado de alarma inconstitucional.
Viendo estas cosas, creo que a nadie con dos dedos de frente y una pizca de sensibilidad se le escapa que el líder del PSOE y su cuadrilla son un peligro público, un riesgo objetivo para España y los españoles.
Ojo al parche, porque solo faltan 80 días para las elecciones municipales y autonómicas.
Y hay que echarles.