Manos a la obra: La piedra en seco - Capítulo 9

  • hace 3 años
VALENCIA, ESPAÑA.

A pico y martillo, nuestros ancestros se abrieron paso entre las montañas sin más ayuda que la de sus propias manos.

Para hacer florecer en ellas cultivos, pastos y corrales y llenar de vida recónditos y singulares lugares.

Empujados por la necesidad, libraron una dura batalla para aprovechar la montaña.

Dedicaban su tiempo libre a Abancalar para acceder de esta manera a sus propias tierras.

Así, llegaron hasta las cimas mas elevadas aprovechando cada palmo para plantar cultivos de secano.

Forjada en el fuego de los tiempos, la piedra en seco acompaña la historia humana con su martilleo constante.

Creando con su esfuerzo y sabiduría, hermosos paisajes que nos recuerdan otras formas posibles de relacionar‐nos con la madre tierra.

Dicen, que quien olvida sus orígenes pierde su identidad.

Y ésta reside también en las herramientas, técnicas y el vocabulario de cada artesanía, como un reflejo de sus vivencias y luchas cotidianas.

El artesano es entonces, una memoria viva, una parte esencial de nuestra cultura.

En este capítulo nos centramos en Juan Bautista Montagut Tomàs, “el Petxo".