La colección de noches mágicas de Copa que Osasuna vivió en la edición de 2023 sigue presente en los corazones osasunistas. Pasa el tiempo sin que se borre aquella tanda de penaltis de la botella de Sergio Herrera en el Villamarín, aquella prórroga en un gélido pero ardiente Sadar contra el Sevilla, aquella ida con el gol de Abde al Athletic o aquel disparo de Pablo Ibáñez en el minuto 116 en la vuelta de Bilbao que abría de par en par las puertas de la gloria. El tren de la ilusión vuelve a pasar por delante. Llega el momento de tomar asiento. Osasuna retorna a San Mamés, donde le espera un partido durísimo que encierra un enorme premio. Si lo logra, hará que se disparen las emociones. El reto es eliminar al campeón en su estadio es superlativo. El Athletic domina la escena del partido único ante su afición. Es su torneo fetiche, donde ha pisado las semifinales en los últimos cinco años. Osasuna acude entusiasmado por lo que está en juego. Es un escenario donde no suele menguar. Se pondrá a prueba su capacidad de sufrimiento ante un ambiente agitado, pero al mismo tiempo será necesario ofrecer una respuesta ofensiva y mejorar esta faceta que marca la situación actual del equipo.
Vicente Moreno no pudo ofrecer la lista de convocados porque estaba pendiente del estado físico de Rubén Peña (con fiebre) y de Kike Barja (con molestias musculares los últimos días). Sí confirmó que vuelve a la lista Iker Muñoz tras el golpe en el tobillo y lo que ya se conocía: Bryan Zaragoza no viajará a Bilbao. “No está en condiciones. Evoluciona muy bien y va muy rápido, pero hay que poner de acuerdo a todo el mundo: jugador, médico, entrenador...”. El dibujo del Metropolitano podría repetirse este jueves. Gustó la organización defensiva, aunque Osasuna no pudo amenazar en el área de verdad. Volverán piezas capitales que descansaron de inicio como Areso, Aimar Oroz, Moncayola y Budimir. El esquema también obedece a la carencia de extremos puros. En el Athletic, la ausencia más significativa es la del navarro Oihan Sancet, diferencial en la media punta. Con todo, la nómina de atacantes impone respeto.