Ir al gimnasio con regularidad es algo muy recomendado, pero, al principio, muchas personas cometen errores que pueden provocar lesiones. Si eres un veterano del gimnasio, probablemente te habrás sorprendido y preocupado al ver cómo los recién llegados realizan algunos ejercicios. Estos cuatro consejos te permitirán ayudarles sin parecer prepotente ni asustarles. Saluda. Algunos principiantes tienen baja autoestima, por lo que pueden sentir que todo el mundo juzga cada uno de sus movimientos. Rompe el hielo con un simple "hola” y te percibirán como una persona amable. Acércate a ellos cuando parezcan confusos. No todos saben utilizar las máquinas del gimnasio a la primera. Además, es mucho más fácil acercarse a alguien cuando su lenguaje corporal pide ayuda. “¿Me permites un consejo?” La clave para dar consejos está en cómo lo hacemos. Recuerda ser amable y no hacerles sentir inútiles. Para ello, pon tu mejor sonrisa y pregunta “¿Me permites darte un consejo?”. Ofrece tu ayuda. Algunos principiantes están ansiosos por recibir orientación, así que no hace falta que esperes a que alguien esté haciendo algo de forma incorrecta para ofrecer tu ayuda. Puedes iniciar una pequeña conversación entre series y ofrecer tu ayuda con los ejercicios que domines.