Alfonso Rojo: “El perdón de Sánchez, el cinismo de Otegi y el miedo que dan las elecciones del 28M”

  • el año pasado
Siete meses después de aprobar la Ley del Si es Si, de la que alardeaba vanidoso hace unas semanas y cuando ya han sido beneficiados un millar de abusadores y está en la calle un centenar, Pedro Sánchez ha dicho que “si hay que pedir perdón a las víctimas, pide perdón”.
De repente me he acordado de Arnaldo Otegi.
La forma en que el jefe del PSOE expresa su súbito deseo en paliar ‘los efectos no deseados’ del pufo sueltavioladores, parece calcada de la que utilizó hace cuatro años el jefe de ETA, para facilitar a Sánchez y Marlaska la tarea de ir sacando terroristas de la cárcel.
Se acordarán ustedes porque fue repugnante.
Durante una entrevista en el canal 24 horas de TVE, en horario de máximo audiencia, el etarra Otegi soltó aquello de “si hemos hecho más daño del que teníamos que hacer y hay que pedir perdón a las víctimas, pido perdón”.

Los familiares de los acribillados, los reventados por las bombas, los mutilados, los huérfanos y la viudas del horror reaccionaron ante semejante derroche de cinismo instando al miserable a condenar cada uno de los 800 asesinatos que todavía aplaude y ayudando a resolver los 300 crímenes pendientes de sentencia.
No se cómo reaccionarán los miles de mujeres agraviadas por la suelta de violadores propiciada por Sánchez y compinches, pero me lo puedo imaginar.
Si Sánchez sintiera de verdad dolor por las nefastas consecuencias de su sectarismo, estupidez y negligencia, debería explicar por qué desoyó los informes que se lo advertían; por qué presumió tanto de la Ley del Si es Si; por qué permitió que Podemos insultara a los jueces y por qué mantiene a Irene Montero, Pam y la ‘Banda de la Tarta’ en el Gobierno.
Sánchez no se arrepiente de nada, pero se acerca el 28M —día en que los ciudadanos elegiremos a los Alcaldes de todos los municipios de España y a los Presidentes de doce Comunidades Autónomas— y el actual ‘okupante’ de La Moncloa se está poniendo nervioso.
Y es lógico, porque ve las encuestas y sabe que, si dentro de 40 días, la gente da lo que se merecen al PSOE, Podemos y esa cuadrilla, sus posibilidades de renovar a finales de año el Gobierno Frankenstein serán nulas.

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