Alfonso Rojo: “Tribulaciones de Echenique, hospital de Ayuso, ingratitud progre y cotorra argentina”
  • el año pasado
No hay pecado mortal más irritante que la ingratitud.
Y a pesar de que se reproducen como hongos, pocos tipos humanos generan en España tanto rechazo como el desagradecido.
Supongo que ya habrá alguno de ustedes preguntándose de quién hablo… pues de Pablo Echenique, portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados.
A mediados de marzo empezó a sentirse mal, a tener problemas respiratorios y tras cumplir las formalidades pertinentes y visitar a la médico de familia, fue internado en un hospital, donde se recupera favorablemente de una neumonía.
Justo antes de ser hospitalizado y a propósito de la Sanidad madrileña, Echenique escribía lo siguiente en Twitter:
“El gobierno de Ayuso es un gobierno criminal. O la mandamos al vertedero de la historia el 28 de mayo o acaba con todo”.
Hasta ahí lo normal, siendo de Podemos, aunque la Organización Mundial de la Salud asegure que la sanidad de Madrid es una de las mejores del mundo y la más eficaz de España.
O a que en el Madrid de Ayuso el tiempo de espera para una operación no urgente sea de 63 días, cuando la media española -incluyendo las comunidades gobernadas por la izquierda- supere los 122 días.
Indagas un poco y a pesar del secretismo en que la progresía ha envuelto el asunto, descubres que Echenique duerme, es alimentado y curado en el Hospital Universitario del Sureste, inaugurado por Esperanza Aguirre y perteneciente a la red de hospitales públicos de la Comunidad de Madrid con gestión privada.
No faltará un ‘alma cándida’ convencido de que, a la vista de que disfruta ‘gratis total’ de las sofisticadas atenciones de uno de esos centros, que él y su cuadrilla han demonizado, Echenique ha corrido a borrar en Twitter sus insultos a Ayuso o ha musitado unas protocolarias disculpas.
¡Nanai del Paraguay!
Aunque corren chistes crueles sobre el personaje, sobre todo algunos a propósito de la plaga de cotorras argentina que anda exterminando el alcalde Almeida en el Retiro y otros parques madrileños, no seré yo quien se apunte a la broma.
Entre otras razones, porque Echenique -a diferencia de las de la ‘Banda de la Tarta’- tiene mérito.
Nació en Argentina, aquejado desde bebé de una enfermedad hereditaria y degenerativa, y a los 13 años, buscando alivio y ayuda, se trasladó a España con su madre y su hermana.
Desde entonces y lleva ya aquí tres décadas, goza de las bondades del sistema, con todo derecho, se desplaza en silla de ruedas y ha hecho bastantes cosas.
Empezó en Ciudadanos, se pasó a Podemos, prosperó en Política y ha sido tan buen estudiante como pésimo contribuyente:
Hace tres años fue condenado por mantener a su asistente personal trabajando para él, sin darlo de alta en la Seguridad Social, y tuvo que pagar una multa de 11.000 euros.
Estoy seguro de que en el Hospital Universitario del Sureste le van a curar perfectamente la neumonía, pero dudo mucho que los médicos madrileños logren el milagro de curarle también del sectarismo y la ingratitud.
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