Alfonso Rojo: “Fumigar a Sánchez y este PSOE lanar, es vital para la supervivencia de España”

  • el año pasado
Todos y cada uno de los 120 diputados del PSOE han votado a favor de derogar el delito de sedición y pavimentar así el camino de los golpistas catalanes, en una exhibición de sumisión al jefe y de compadreo con los enemigos de España que da vergüenza ajena.
La fotografía del rebaño socialista celebrando en los escaños del Congreso su claudicación hay que guardarla, para sacársela a Page, Vara, Puig, Lambán y otros barones socialistas cuando lleguen las elecciones autonómicas del próximo 28 de mayo, porque ellos, a través de los diputados valencianos, extremeños, manchegos o aragoneses también se han sumado en bloque a la ignominia.
Serán los ciudadanos, dentro de seis meses, quienes valoren la cobardía moral de los socialistas, quienes decidan si alguien capaz de arrodillarse ante proetarras y sediciosos merece un voto de confianza.
De lo que no cabe duda es de que el PSOE -de arriba a abajo y sin excepciones - ha quedado retratado.
Parafraseando a los héroes del 2 de Mayo, ha llegado el momento de gritar bien alto que la Patria está en peligro.
Y en esta ocasión, no por culpa de la perfidia de un invasor extranjero, sino de un presidente amoral, histérico por los malos augurios de las encuestas –las de verdad, no las de su correligionario Tezanos–, al que siguen como ovejas los progres y paniaguados del país.
Estamos hablando de un tipo condenado dos veces por el Tribunal Constitucional, de un sujeto que mintió en campaña y volvió a hacerlo en lo más agudo de la pandemia.
Estamos hablando de un individuo que acosa a los jueces y manipula organismos públicos como el CIS, el CNI o RTVE.
Estamos hablando de un sujeto que indultó a unos golpistas para los que pedía las penas del infierno cuando era candidato, por la sencilla razón de que ahora son sus socios y les debe el cargo.
Con semejantes antecedentes parecía difícil que Sánchez fuese capaz de chapotear más hondo en el lodazal, de erosionar con mayor saña nuestra democracia.
Pero lo está haciendo.
Ayer borró el delito de sedición del Código Penal, a fin de comprar unos meses más en La Moncloa, y en breve se cepillará el delito de malversación, porque también se lo exige ERC y porque le viene bien para ahorrarse la foto de los corruptos del PSOE entrando en la cárcel.
Escuchar al golpista Junqueras y al etarra Otegi vanagloriarse de que son ellos, los enemigos de España, los que se quieren marchar del Estado español, quienes sostienen y marcan el paso al Gobierno de España, duele.
Para nuestra desgracia, no convocarán elecciones generales hasta finales del año próximo.
Quedan doce meses, tiempo más que suficiente para que Sánchez deje este país hecho un erial, pero no hay que conformarse.
Dentro de nada tendremos municipales y autonómicas y esos comicios son una oportunidad magnifica para darles a estos malandrines una buena patada en el trasero; el aperitivo de la que les vamos a sacudir en las generales.
¿Nos merecemos los españoles un presidente como Sánchez, un partido como el PSOE y un G

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