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‘La Promesa’, avance del capítulo 642: Curro revela que Jana fue envenenada

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Phụ đề
00:00Avance Hal Promes, 28 de julio, Curro revela que Yana fue envenenada, capítulo 642.
00:19Todo cambia en la promesa a partir del lunes 28 de julio. La verdad sobre la muerte de Yana
00:25deja de ser un secreto en el capítulo 642. El alba del lunes 28 de julio se cernía sobre
00:34la promesa con una falsa promesa de paz. Los primeros rayos de sol, de un color melocotón
00:41pálido, se filtraban a través de los imponentes ventanales del palacio, dibujando largas sombras
00:47que se estiraban como dedos acusadores sobre los suelos de mármol pulido. El aire, aún
00:54fresco por el rocío de la noche, transportaba el aroma familiar de la cera de abejas, la
00:59madera antigua y las flores del jardín, una fragancia que durante generaciones había sido
01:04sinónimo de orden y estabilidad. Pero aquel día, esa estabilidad era una ilusión, un delicado
01:12velo a punto de ser rasgado por las verdades, las ambiciones y los miedos que hervían bajo
01:17la superficie. En cada rincón, desde las cocinas bulliciosas
01:23hasta los salones silenciosos, se respiraba una tensión latente, una corriente subterránea
01:28de conflictos a punto de estallar. La promesa no era ya un refugio, sino un campo de batalla
01:35donde se libraban guerras silenciosas por el poder, el amor y la justicia.
01:39Y en el centro de muchas de estas tormentas incipientes se encontraba un hombre nuevo
01:46en su cargo, pero ya abrumado por el peso de sus responsabilidades, Cristóbal Ballesteros,
01:52el flamante mayordomo.
01:55Cristóbal y el dilema del justiciero. Cristóbal se encontraba en su despacho, un espacio que
02:01aún le resultaba ajeno, dominado por un escritorio de roble macizo que parecía haber absorbido
02:06los secretos de sus predecesores. Sobre la superficie de madera, un único rayo de sol
02:13iluminaba las motas de polvo que danzaban en el aire, pequeños universos indiferentes
02:18a la tempestad que se gestaba en la mente del mayordomo.
02:23Tenía ante sí el libro de cuentas, pero sus ojos no veían los números. Veían el rostro
02:28furibundo del capitán Lorenzo de Luján, una imagen que se había grabado a fuego en su
02:33memoria desde la tarde anterior. La exigencia del capitán había sido brutal, directa,
02:41desprovista de cualquier matiz de diplomacia. El despido inmediato de Curro de la Mata.
02:47El enfrentamiento entre el joven y el militar había sido de una violencia inusitada, un choque
02:53de voluntades que había hecho temblar los cimientos del respeto y la jerarquía en el servicio.
02:58Lorenzo no pedía, ordenaba, y en su voz resonaba la arrogancia de quien se sabe con poder para
03:05destruir. Cristóbal se pasó una mano por el cabello, suspirando. No era un hombre de carácter
03:13débil, pero se sentía atrapado en una red de lealtades y presiones que lo superaba.
03:20Por un lado, estaba la lógica implacable del capitán. Un sirviente no podía, bajo ninguna
03:26circunstancia, alzar la voz, y mucho menos las manos, contra un señor, por más que este fuera
03:33un invitado déspota y no el dueño de la casa. Las normas eran las normas, y su labor como mayordomo
03:40consistía en hacerlas cumplir. Pero por otro lado, conocía a Curro. Veía en él a un joven atormentado,
03:48impulsivo, sí, pero con un fondo noble. Sabía, o al menos intuía, que debía existir una provocación
03:58de calibre monumental para que el muchacho hubiera reaccionado de esa manera. Despedirlo sin más le
04:05parecía una injusticia flagrante, una capitulación ante la tiranía. Decidió que no podía tomar esa
04:12decisión solo. Era un asunto que trascendía sus competencias. Se levantó, alisó su chaqueta y se
04:20dirigió con paso resuelto hacia el despacho del marqués. Alonso lo recibió con su habitual cortesía,
04:28aunque en sus ojos se adivinaba el cansancio de quien soporta el peso del mundo sobre sus hombros.
04:35Escuchó el relato de Cristóbal con atención, frunciendo el ceño, sus dedos tamborileando sobre
04:41la mesa. Comprendo la situación, Cristóbal. Dijo finalmente el marqués, su voz grave y mesurada.
04:51Y le agradezco que me consulte. El capitán de Luján es vehemente. Exige su despido, señor marqués.
04:59No acepta otra solución. Amenaza con crear un problema mayor si no se complace su petición.
05:05Lorenzo siempre está amenazando con algo. Replicó Alonso con un deje de hastío. Pero un enfrentamiento
05:13de esta naturaleza es grave. No podemos ignorarlo. Quiero hablar con Curro. Y quiero hablar con
05:20Lorenzo. No tomaré una decisión hasta haber escuchado a ambas partes. Cristóbal sintió un
05:27pequeño alivio. El marqués era un hombre justo. Había una posibilidad de que la razón prevaleciera
05:32sobre la ira. Como ordene, señor marqués. ¿Desea que haga venir al muchacho? No, lo haré yo mismo.
05:43Usted, por ahora, vuelva a sus quehaceres. Pero manténgase alerta. Este asunto está lejos de
05:49terminar. El mayordomo asintió y se retiró, pero la sensación de alivio fue efímera. Sabía que la
05:57palabra final del marqués sería ley, pero también sabía que Lorenzo no era de los que aceptan un no por
06:02respuesta. La tormenta seguía gestándose en el horizonte, pero ese no era el único frente que
06:09Cristóbal debía atender. Había otra decisión, más pequeña en apariencia pero igualmente espinosa,
06:18que había estado posponiendo y que ya no podía eludir. Una decisión que afectaría el corazón
06:25mismo de la promesa. Sus cocinas. Con una resolución que no sentía, se dirigió hacia el ala de servicio.
06:32El bullicio y los aromas que emanaban de las cocinas eran una constante, un motor que mantenía
06:39vivo el palacio. Pero él iba a agripar una de sus piezas más importantes. No buscó a Simona o a
06:47Candela. Fue directamente hacia Petra Arcos, sabiendo que ella disfrutaría ejecutando la orden.
06:54La encontró supervisando la limpieza de la platería, su rostro una máscara de eficiencia y desdén.
07:04Petra, dijo Cristóbal, su tono profesional, aunque por dentro se sentía como un verdugo.
07:10Tengo una disposición para usted. Ella se giró, una chispa de interés en su mirada.
07:19Sí, señor mayordomo. A partir de hoy, Lope deja las cocinas. Volverá a sus antiguas funciones como
07:26la callo. Comuníqueselo a usted misma y asegúrese de que el cambio se haga efectivo de inmediato.
07:33Una sonrisa casi imperceptible, afilada como un cuchillo, se dibujó en los labios de Petra.
07:42Era una victoria que saboreaba con deleite. Lope, el protegido de Pía, el que se había creído
07:49indispensable, volvía a su lugar. Por supuesto, señor mayordomo, será un placer. Cristóbal se
07:58dio la vuelta sin esperar respuesta, un sabor amargo en la boca. No le gustaba Petra, no le gustaba la
08:06forma en que disfrutaba con el infortunio ajeno. Pero la decisión estaba tomada. Se justificaba
08:14a sí mismo pensando en la disciplina, en el orden. Un lacayo no podía convertirse en cocinero de la
08:21noche a la mañana, por mucho talento que tuviera. Era una cuestión de principios, pero en el fondo,
08:30una voz le susurraba que estaba cometiendo un error, uno que encendería una mecha de rebelión en el
08:35lugar más insospechado. Petra no perdió el tiempo. Entró en las cocinas con el aire de un general
08:43victorioso. Lope estaba en plena faena, reduciendo una salsa de vino tinto cuyo aroma llenaba el espacio.
08:51Simona y Candela pelaban patatas a su lado, charlando animadamente. Lope, dijo Petra,
09:00su voz cortando el ambiente cálido como un trozo de hielo. El joven se giró, sorprendido por el
09:07tono. Sí, Petra, se acabaron tus juegos de cocinero. El señor mayordomo ha decidido que ya es hora de que
09:15vuelvas a tu puesto. A partir de este momento, eres la callo de nuevo. Te quiero fuera de aquí en cinco
09:23minutos. La librea te espera. El cucharón de madera resbaló de los dedos de Lope y cayó en la salsa,
09:30salpicando unas gotas calientes sobre el fogón, que he chisporrotearon con furia.
09:35El rostro del muchacho se quedó sin color. Fue como si le hubieran dado una bofetada.
09:43Miró a Petra, luego a Simona y a Candela, buscando algún indicio de que fuera una broma de mal gusto.
09:51Pero la expresión triunfante de Petra y la conmoción en los rostros de sus compañeras le
09:55confirmaron la terrible verdad. ¿Qué? Fue lo único que pudo articular. Lo que has oído. Replicó Petra,
10:04regodeándose. Hay que devolver el orden a esta casa. Y tú, en las cocinas, eres una anomalía. Ahora,
10:13muévete. Simona se levantó de un salto, con los puños apretados y las patatas olvidadas en su regazo.
10:20Pero, ¿de qué va usted? No puede hacerle esto. Lope es el mejor cocinero que ha pisado esta casa
10:28en años. Mis órdenes vienen directamente del señor mayordomo. Y ni tú ni nadie vais a
10:35cuestionarlas. Sentenció Petra antes de darse la vuelta y salir con la cabeza bien alta,
10:41dejando tras de sí un silencio denso y cargado de rabia. Lope seguía paralizado,
10:47mirando la salsa que empezaba a oler a quemado. Sentía un nudo en la garganta que le impedía
10:53respirar. Las cocinas se habían convertido en su refugio, en el lugar donde había encontrado
10:59una vocación, una pasión que daba sentido a sus días. Ser cocinero no era solo un trabajo,
11:07era quien era. Volver a ser la callo, a servir en silencio, a ser invisible. Era como morir un poco.
11:14Candela, siempre más pragmática, apagó el fuego y retiró el cazo. Miró a Lope con una profunda
11:22compasión. No te preocupes, hijo, esto no se va a quedar así. Dijo con una determinación feroz.
11:33Simona se acercó y le puso una mano en el hombro. Sus ojos, normalmente llenos de picardía,
11:38ahora ardían con indignación. Tiene razón Candela, ese mayordomo de pacotilla no sabe con
11:46quién se ha metido. Si cree que vamos a dejar que nos arrebate a nuestro Lope, está muy equivocado.
11:54Iremos a hablar con él, las dos, y si no nos escucha, hablaremos con el marqués. Y si el marqués no nos
12:00escucha, prenderemos fuego a las cocinas. Bueno, eso no. Se corrigió, viendo la cara de espanto de
12:08Lope. Pero armaremos un escándalo que se oirá hasta en Luján. Tú no te mueves de aquí. La lealtad
12:16de sus amigas fue un pequeño bálsamo en la herida abierta de Lope. Pero la humillación seguía ahí,
12:23quemando por dentro. La decisión de Cristóbal no era sólo un cambio de puesto, era un mensaje.
12:32Un mensaje que decía que él no importaba, que sus sueños y su talento no valían nada frente a las
12:37rígidas normas de un mundo que se negaba a cambiar. La guerra en la promesa acababa de ganar un nuevo
12:44frente de batalla, el varón y la sombra de la tiranía. Mientras en el ala de servicio se libraban
12:52batallas por la dignidad personal, en los salones nobles se preparaba una ofensiva de una escala
12:57mucho mayor. Catalina, con la ayuda de Adriano, había iniciado una pequeña revolución. Sus
13:05mejoras en las condiciones laborales de los jornaleros de las fincas de la promesa y alrededores eran un
13:10faro de esperanza en un mundo de explotación. Habían demostrado que era posible ser productivo y,
13:18al mismo tiempo, humano. Pero la luz que proyectaban había atraído la atención de las sombras.
13:26El varón de Valladares regresó a la promesa esa misma mañana. No llegó con la discreción de una
13:31visita familiar, sino con la pompa y la arrogancia de un conquistador. Su carruaje, tirado por cuatro
13:39caballos negros como la noche, se detuvo frente a la entrada principal con un estrépito que anunció su
13:45llegada a todo el palacio. Y no venía solo. Catalina y Adriano lo vieron llegar desde la
13:52ventana del salón de música, donde revisaban unos documentos. La expresión de Catalina se
13:59endureció. Ya está aquí, murmuró, su voz teñida de aprensión. Mantén la calma, Catalina. Somos
14:10fuertes. Nuestros argumentos son sólidos. Intentó tranquilizarla Adriano, aunque él mismo sentía un
14:16nudo de ansiedad en el estómago. El varón entró en el salón sin ser anunciado, como si la casa fuera
14:24suya. Vestía con una elegancia sombría que resultaba intimidante. Detrás de él, como una escolta
14:32silenciosa, caminaba su secretario, un hombrecillo de aspecto grisáceo que portaba un maletín de
14:38cuero. Catalina, querida, dijo el varón, su voz untuosa ocultando malamente el acero que había
14:46debajo. Espero no interrumpir vuestros juegos de contabilidad, varón, respondió Catalina,
14:55hirviéndose, obligándose a mirarlo a los ojos. No le esperábamos tan pronto. Ah, pero los asuntos
15:03importantes no pueden esperar. Y lo que nos trae aquí es de la máxima importancia. Hizo un gesto
15:10a su secretario, que abrió el maletín y le entregó un rollo de pergamino atado con una cinta
15:15carmesí. He venido a hablar de vuestra peligrosa filantropía. Desenrolló el pergamino sobre la mesa
15:23con un gesto teatral. Era una larga lista de nombres y firmas. Veréis, vuestras ideas
15:31progresistas. Dijo la palabra progresistas como si fuera un insulto. No solo me parecen una locura a
15:38mí. He tenido a bien consultar con algunos amigos, colegas, personas de bien que entienden cómo funciona
15:45el mundo. Aquí, dijo, golpeando el papel con el dedo. Tenéis los nombres de 27 nobles de la región.
15:57Todos, y digo todos, están escandalizados con vuestra iniciativa. Consideran que es un
16:02precedente nefasto, una incitación a la rebelión de la plebe. Adriano dio un paso al frente. ¿Y qué
16:10es lo que proponen? ¿Volver a la esclavitud? Lo que hemos hecho es justo y, además, ha aumentado la
16:16productividad. El varón soltó una risa seca, despectiva. ¿Productividad? ¿Justicia? ¿Qué
16:24palabras tan grandes para un asunto tan simple? Se trata de orden. De mantener a cada uno en el
16:31lugar que le corresponde. Y vosotros estáis alterando ese orden. Su mirada se volvió gélida. Así que os
16:38traigo un mensaje, no solo mío, sino de todos estos caballeros. Tenéis un mes, un mes para desmantelar
16:47por completo vuestro ridículo experimento. Volved a las antiguas condiciones, a los antiguos salarios.
16:55Rectificad vuestro error. Y si no lo hacemos, desafió Catalina, aunque su corazón latía con fuerza
17:02contra sus costillas. El varón se inclinó hacia ella, su rostro a escasos centímetros del suyo. Su
17:11aliento olía a tabaco caro y a amenaza. Si no lo hacéis, os enfrentaréis a las consecuencias. Y no
17:19me refiero a una simple reprimenda. Hablo de un boicot total. Ninguno de nosotros os comprará grano,
17:26ni vino, ni ganado. Ninguno de nuestros proveedores os venderá semillas ni herramientas. Cerraremos
17:34todas las puertas. Os aislaremos, os arruinaremos, la promesa se marchitará como una flor sin agua. Y
17:42vosotros, queridos, seréis los únicos responsables. Tenéis un mes, pensadlo bien. Sin decir una palabra
17:51más, se dio la vuelta y salió del salón con la misma arrogancia con la que había entrado.
17:59El silencio que dejó tras de sí era pesado, asfixiante. Adriano se dejó caer en una silla,
18:05pasándose las manos por el rostro. La bravura que había mostrado ante el varón se había desvanecido,
18:13dejando paso a una profunda desolación.
18:15—Tiene razón, Catalina. Nos destruirán. No podemos ceder, Adriano. No podemos —insistió ella,
18:25aunque el miedo empezaba a corroer su determinación.
18:29—No se trata de ceder —exclamó él, levantando la voz por primera vez. Se trata de sobrevivir.
18:35Tengo hijos, Catalina. Tengo una responsabilidad para con ellos. No puedo arriesgar su futuro,
18:42su bienestar, por una causa perdida.
18:47—Quizá. Quizá deberíamos reconsiderarlo. ¿Reconsiderar? ¿Rendirnos? ¿Después de todo
18:53lo que hemos luchado? ¿Darle la razón a ese tirano? Es un tirano con 27 aliados. Nosotros
19:00estamos solos. La discusión se agrió, cargada de la tensión del momento.
19:04Pero era solo el preludio de la verdadera tormenta, que se desataría cuando Martina
19:11entrara en escena. Atraída por las voces, Martina apareció en el umbral. Había escuchado
19:18la última parte de la conversación, y su rostro era un poema de ira y miedo.
19:25Ignoró a Adriano y se dirigió directamente a su prima. Tenía que pasar, dijo, su voz temblando
19:31de furia contenida. —Te lo advertí. Te dije que estabas jugando con fuego.
19:38Catalina se giró, sorprendida por la hostilidad.
19:43—¿Martina? ¿De qué estás hablando? Hablo de esto. De tu irresponsabilidad,
19:48gritó Martina, perdiendo por completo la compostura.
19:53—De tu estúpida cruzada que nos va a arrastrar a todos al abismo. ¿No te das cuenta del peligro
19:58en el que nos has puesto? ¿En el peligro que has puesto a mis hijos?
20:03—Estoy intentando construir un futuro mejor para todos, incluidos ellos. Se defendió Catalina,
20:09su propia voz elevándose para igualarla de su prima.
20:14—No me hables de futuro. El varón nos va a aplastar. Y todo por tu soberbia, por tu necesidad
20:20de demostrar que eres diferente, que eres mejor que los demás. Siempre has sido así, Catalina,
20:25desde que éramos niñas. Siempre despreciando las tradiciones, siempre creyéndote más lista que
20:31nadie. El ataque personal hirió a Catalina profundamente. Las palabras de Martina removieron
20:38viejas inseguridades, viejas rivalidades que creía superadas.
20:44—Eso no es justo, Martina. Sabes que no es verdad. Esto lo hago por convicción, porque creo en ello.
20:50—Pues tus convicciones nos van a costar la ruina. Y no voy a permitirlo. Exijo que informes a mi tío
20:58Alonso de todo esto inmediatamente. Él es el Marqués. Él debe tomar las decisiones.
21:05—No voy a asustar a mi padre con esto. Replicó Catalina. Podemos manejarlo Adriano y yo.
21:10—¿Manejarlo? ¿No has oído al varón? Esto os supera. Estás siendo una egoísta y una inconsciente.
21:17—Alonso debes saberlo ahora mismo. Te he dicho que no. La discusión escaló a un nivel de ferocidad
21:25que ninguno de los tres habría imaginado. Dejó de ser un debate sobre estrategias y se convirtió en
21:32un crudo enfrentamiento personal. Salieron a relucir reproches guardados durante años,
21:39celos enquistados y diferencias irreconciliables.
21:42Adriano, atrapado en el fuego cruzado, intentó mediar, pero era como intentar detener una avalancha
21:50con las manos. —Siempre has tenido celos de mí. Le espetó
21:55Catalina en un momento de rabia. ¿Celos? ¿De ti? Por favor, lo que tengo es miedo. Miedo
22:01de que tu arrogancia nos destruya. Vives en un mundo de fantasía, pero esta es la realidad,
22:06y en la realidad, los fuertes devoran a los débiles. La pelea se oyó más allá del salón,
22:14sus ecos amargos resonando por los pasillos, una prueba más de que los lazos que unían
22:19a la familia Luján se estaban deshilachando a una velocidad alarmante.
22:23La promesa se resquebrajaba, no solo por las amenazas externas, sino por las heridas infligidas
22:31desde dentro. Amor, secretos y el veneno de la verdad, lejos de las disputas económicas
22:39y de poder, se libraban batallas más íntimas, pero no menos peligrosas.
22:46Leocadia, la madre de Ángela, continuaba tejiendo su red de manipulación con una paciencia
22:52de araña. Su objetivo era claro, asegurar un futuro próspero para su hija a través
22:58de un matrimonio ventajoso. Para ello, el pasado de Ángela, su conexión
23:05con el difunto marqués de Andújar, era un obstáculo que debía ser borrado, eliminado
23:10de la historia como si nunca hubiera existido.
23:15Presionaba a Ángela constantemente, instándola a participar en la vida social del palacio,
23:20a dejarse ver, a sonreír, a ser encantadora.
23:26Tienes que pensar en tu futuro, hija mía, le decía con una voz suave que ocultaba una
23:31voluntad de hierro.
23:34Eres joven, eres hermosa, no puedes encerrarte en el pasado. Hay muchos jóvenes de buena
23:39familia que estarían encantados de conocerte.
23:43Debes encontrar un marido adecuado. Ángela asentía, dócil en apariencia, pero su mente
23:49y su corazón viajaban por caminos muy distintos, caminos que su madre jamás aprobaría.
23:57Por un lado, su búsqueda de justicia por la muerte de su protector, el marqués de Andújar,
24:03no había cesado.
24:06Seguía buscando pruebas, cualquier pequeño detalle que pudiera incriminar al hombre que
24:10ella creía responsable, el capitán Lorenzo.
24:13Era una obsesión silenciosa, un fuego que ardía en su interior y que la mantenía alerta.
24:23Por otro lado, su corazón había sido tomado por una pasión secreta y arrolladora. Su
24:28relación con Curro era un oasis en medio del desierto de intrigas de la promesa, pero
24:33también era un riesgo constante.
24:35Se veían a escondidas, en los rincones más olvidados del jardín, en la biblioteca a altas
24:42horas de la noche, cuando el palacio dormía.
24:47Cada beso robado, cada caricia furtiva, estaba cargado de una intensidad que sólo el peligro
24:53puede conferir.
24:56Se amaban con la desesperación de quienes saben que su amor está prohibido, que el mundo entero
25:01se opondría si llegara a conocerlo.
25:05Curro, sin embargo, estaba llegando a su límite. El peso de los secretos se le hacía insoportable.
25:13El enfrentamiento con Lorenzo, la amenaza constante de despido, la tensión de su amor clandestino,
25:20todo ello palidecía ante el secreto más oscuro y terrible que guardaba. La verdad sobre la muerte
25:25de su hermana, Yana. Ya no podía más, necesitaba compartir esa carga antes de que lo consumiera
25:33por dentro. Buscó a la única persona en la promesa en quien confiaba ciegamente, su
25:39ancla en medio de la tempestad, Pia Adarre. La encontró en la antigua habitación de Yana,
25:47un pequeño santuario que Pia mantenía intacto. La luz que entraba por la ventana era tenue,
25:53y el aire olía a la banda seca. Curro cerró la puerta tras de sí, y la urgencia en su rostro
25:59alertó a Pia de inmediato.
26:03¿Curro? ¿Qué ocurre? Pareces a punto de estallar. Él se acercó, su voz un susurro ronco, cargado de dolor.
26:13No puedo más, Pia. No puedo seguir callando. Esto me está matando. ¿A qué te refieres? ¿Es por lo del
26:20capitán? Curro negó con la cabeza. Eso no es nada comparado con esto. Es sobre Yana. Tomó aire,
26:28como si las palabras se negaran a salir. La autopsia, el informe que conseguimos. No fue un
26:34accidente. No fue una enfermedad. Pia lo miró, su corazón encogiéndose de pavor. Entonces,
26:42¿qué fue? Yana fue envenenada, Pia. La frase quedó suspendida en el aire, monstruosa, definitiva.
26:50Alguien la mató. Pia se llevó una mano a la boca, sus ojos llenándose de lágrimas.
26:58Aunque una parte de ella siempre lo había sospechado, oírlo en voz alta lo convertía
27:03en una realidad ineludible y aterradora. Dios mío, susurró, derrumbándose en una silla.
27:11He guardado este veneno dentro de mí durante demasiado tiempo. Continuó Curro, arrodillándose
27:17a su lado. Cada día me pregunto quién pudo ser. Cada día la rabia y la impotencia me carcomen.
27:25Creo, creo que ha llegado el momento de contarlo. De que se sepa la verdad. ¿Estás seguro,
27:31Curro? Es peligroso. Quien quiera que lo hiciera, sigue aquí, entre nosotros. Si sabe que tú lo sabes.
27:41No me importa el peligro. Dijo él con una convicción sombría. Le debo esto a mi hermana.
27:48Le debo justicia. Y no puedo seguir mintiendo a la gente que quiero. No puedo seguir mintiéndole a
27:53Ángela. Al mencionar a Ángela, su voz se quebró. ¿Vas a contárselo a ella? Tengo que hacerlo.
28:02Es la primera que debe saberlo. La amo, Pía. Y no puede haber secretos como este entre nosotros.
28:10Ella tiene que saber la verdad. Toda la verdad. Pía asintió lentamente, secándose las lágrimas.
28:18Comprendía la necesidad de Curro. La verdad, por terrible que fuera, era el único camino posible.
28:24Hazlo, entonces. Pero ten cuidado. Mucho cuidado. Esa misma noche, bajo el manto protector de la
28:33oscuridad, Curro buscó a Ángela. La encontró en su lugar secreto, junto al viejo roble del fondo del
28:41jardín. La luna llena bañaba la escena con una luz plateada, haciendo que todo pareciera irreal,
28:47como un sueño. Ángela corrió a sus brazos, feliz de verlo, ajena a la tormenta que estaba a punto de
28:55desatarse.
28:55Curro, te he echado de menos. Cada minuto sin ti es una eternidad. Él la abrazó con fuerza,
29:04inhalando el perfume de su cabello, intentando grabar ese momento de paz en su memoria antes
29:09de destrozarlo. La apartó suavemente, sosteniendo su rostro entre sus manos. La miró a los ojos,
29:17y ella vio entonces la angustia que ensombrecía su mirada. ¿Qué pasa, mi amor? ¿Estás? ¿Estás
29:26temblando? Ángela, tengo que decirte algo. Algo terrible. Su voz era apenas un murmullo. Te pido
29:34que me escuches hasta el final. Y que me prometas que, pase lo que pase, recordarás que te amo más
29:40que a mi propia vida. El corazón de Ángela empezó a latir con una fuerza desbocada. Me estás asustando,
29:48curro. Él respiró hondo y finalmente soltó el veneno. Es sobre mi hermana, Yana. Su muerte,
29:56no fue como todos piensan. Ella no murió por causas naturales. Yana fue asesinada. La envenenaron.
30:03Ángela retrocedió un paso, como si la hubieran golpeado. La incredulidad luchaba con el horror
30:12en su rostro. ¿Qué estás diciendo? No. No puede ser. Es la verdad. Conseguí el informe del médico
30:19forense. Lo confirma. Alguien en este palacio es un asesino. La mente de Ángela era un torbellino. La
30:27noticia era monstruosa por sí misma. Pero de repente, todas las piezas de su propio puzzle empezaron
30:33encajar de una forma espantosa. Su propia investigación, su sospecha sobre Lorenzo,
30:41su convencimiento de que era un hombre capaz de cualquier cosa para proteger sus secretos.
30:47Lorenzo, susurró, la palabra escapándose de sus labios sin que pudiera evitarlo.
30:55Curro la miró fijamente. ¿Qué pasa con Lorenzo? Yo, he estado investigándolo,
31:00por la muerte del marqués de Andújar. Siempre he creído que él estaba detrás. Que lo mató para
31:07quedarse con su fortuna. Es un hombre cruel, sin escrúpulos. Si fue capaz de eso, una comprensión
31:15helada se apoderó de ambos al mismo tiempo. Se miraron el uno al otro, y en los ojos de su amado,
31:23Ángela vio reflejado su propio terror. La terrible pregunta quedó suspendida entre ellos, demasiado
31:31espantosa para ser formulada en voz alta. ¿Podía ser Lorenzo el responsable de ambas muertes? ¿Era el
31:38hombre que ella quería desenmascarar por un crimen? ¿También el asesino de la hermana del hombre al que
31:43amaba? La revelación no los unió en ese instante. Creó una brecha de horror entre ellos. De repente,
31:52su amor secreto no era solo una aventura prohibida. Se había convertido en el epicentro de una trama de
31:58asesinato y venganza. La verdad que Curro había liberado, lejos de aliviar su carga, la había
32:05multiplicado, enredando su destino con el de Ángela de una forma trágica e impredecible. El amor y la
32:14muerte se habían entrelazado en un nudo gordiano que amenazaba con estrangularlos a ambos. Un reencuentro
32:22imposible y la furia de un hombre herido. En otra parte del palacio, otro amor imposible se enfrentaba
32:28a sus propios demonios. Ricardo, el antiguo mayordomo, no se resignaba a perder a Pía. Desde
32:37su regreso, cada encuentro con ella era un recordatorio doloroso de lo que habían tenido y
32:42de lo que él anhelaba recuperar. Su matrimonio con Ana, la mujer con la que había vuelto de América,
32:50era una farsa, un acuerdo de conveniencia que se le hacía cada día más insoportable.
32:55Él amaba a Pía, siempre la había amado. La buscó de nuevo, encontrándola en la soledad del comedor de
33:03servicio, mientras doblaba unos manteles. Pía, tenemos que hablar. Dijo, su voz cargada de una
33:12urgencia que ya no podía disimular. Ella ni siquiera levantó la vista. No tenemos nada de qué hablar,
33:19Ricardo. Ya te lo he dicho. Eso no es verdad. Mírame. Él se acercó y le sujetó suavemente las manos,
33:28obligándola a dejar los manteles.
33:32Mi matrimonio con Ana es una mentira. Lo sabes. Yo te quiero a ti. Quiero que estemos juntos.
33:39Podemos irnos de aquí, empezar de nuevo en otro lugar, donde nadie nos conozca. Pía finalmente lo
33:45miró, y en sus ojos Ricardo vio un dolor tan profundo que le partió el alma. Pero también
33:53vio una resolución inquebrantable. No, Ricardo, no podemos. Tienes una esposa, tienes una vida.
34:01Y yo, yo tengo la mía aquí. Por favor, déjalo ya. No lo haré, insistió él, desesperado.
34:08No hasta que me digas la verdad. Hay algo más, ¿verdad? No es solo por mi matrimonio.
34:16Hay algo que te lo impide. Siento que me tienes miedo. ¿Por qué, Pía? ¿Qué ha pasado?
34:23Ella retiró sus manos y retrocedió, abrazándose a sí misma como si tuviera frío. Las lágrimas
34:29asomaron a sus ojos, lágrimas de frustración y de impotencia.
34:33La presión de Ricardo, sumada a la constante amenaza que pendía sobre ella, la estaba
34:40destrozando. No puedo, Ricardo, ¿no lo entiendes? No puedo, su voz se rompió en un sollozo.
34:50Pues haz que lo entienda. Dímelo. Finalmente, Pía se derrumbó. Las palabras salieron de su boca
34:57como un torrente, atropelladas por el miedo. Es por Santos, ¿vale? Santos, ¿me tiene amenazada?
35:06Ricardo se quedó helado. ¿Santos? ¿Es el acallo insolente y escurridizo? ¿Amenazada? ¿Con qué?
35:14Dice, dice que sabe algo. Un secreto. Algo terrible de mi pasado. Y me ha jurado que si me acerco a ti,
35:21si intento tener algo contigo, se lo contará a todo el mundo. Me destruirá, Ricardo. Y yo no
35:29puedo permitirlo. El nombre del secreto no fue pronunciado, pero su poder era absoluto.
35:37Era una sombra que había perseguido a Pía durante años, una culpa que la consumía.
35:42Y ahora, Santos la usaba como un arma para mantenerla prisionera. Al escuchar aquello,
35:50la desesperación de Ricardo se transformó en una furia glacial. Todo su ser se concentró en un
35:58único pensamiento. Proteger a Pía. Destruir a quien la estaba hiriendo. ¿Dónde está? Preguntó,
36:05su voz tan baja y peligrosa que Pía sintió un escalofrío. Ricardo, no, no hagas nada,
36:14por favor. Solo empeorarás las cosas. Pero él ya no la escuchaba. Salió del comedor de servicio
36:21con una determinación letal en la mirada. Su paso era rápido y silencioso, el de un depredador que
36:28ha localizado a su presa. Encontró a Santos en el patio trasero, fumando un cigarrillo con aire
36:35displicente, apoyado en la pared de piedra. Ricardo se le acercó por la espalda y lo agarró del hombro,
36:43girándolo con una fuerza brutal y estampándolo contra el muro. El cigarrillo cayó al suelo.
36:51¿Qué demonios? Balbuceó Santos, sorprendido y asustado. Tú y yo vamos a hablar. Siseó Ricardo,
37:00su rostro a centímetros del de Santos, sus ojos ardiendo de rabia contenida.
37:07¿Me vas a decir ahora mismo qué es eso tan terrible que dices saber de Pía? ¿Me lo vas a decir a mí?
37:14Santos intentó zafarse, pero el agarre de Ricardo era de acero. Vio en los ojos del
37:20exmayordomo una violencia que no había visto nunca.
37:22Tragó saliva, intentando recuperar su arrogancia habitual. No sé de qué me hablas.
37:33Suéltame o gritaré. Grita. Y cuando termines, te romperé todos los dientes. Amenazó Ricardo con
37:40una calma aterradora. Has cometido un grave error, muchacho. Has amenazado a la persona equivocada.
37:47Ahora, habla. ¿Qué secreto es ese? Dímelo. Quiero oírlo de tu boca. El miedo finalmente
37:56venció a la soberbia de Santos. Se dio cuenta de que había subestimado a Ricardo,
38:03de que había provocado a un hombre que no tenía nada que perder y todo por defender.
38:09La confrontación quedó en un punto muerto, un duelo de voluntades en el que el oscuro secreto
38:14de Pia era el arma, y nadie sabía si finalmente sería disparada, y a quién destruirían el proceso.
38:22Un abrazo inesperado y la promesa de un motor. En medio de tanta tensión, de tantos conflictos
38:28que amenazaban con desgarrar la promesa, una pequeña luz de esperanza se encendió en el
38:33lugar más inesperado. El hangar donde Manuel y Enora trabajaban en sus sueños de altos vuelos.
38:39Después de semanas de trabajo incansable, de cálculos, de ajustes, de fracasos y de pequeñas
38:47victorias, habían enviado los planos y especificaciones de su primer prototipo de
38:52motor al prestigioso ingeniero Pedro Farré. La espera de su veredicto había sido una tortura
38:59para ambos. Esa misma mañana, un mensajero había traído una carta con el sello de Farré.
39:07Manuel la sostuvo en sus manos, su corazón latiendo con una mezcla de esperanza y pavor.
39:14Enora estaba a su lado, mordiéndose el labio, incapaz de quedarse quieta. Ábrela, Manuel,
39:20por el amor de Dios. No soporto más este suspense, le instó ella, su voz temblorosa. Manuel rompió el
39:30sello con dedos torpes y desdobló la carta. Sus ojos recorrieron las líneas rápidamente y poco a
39:38poco, una sonrisa incrédula, inmensa, se fue dibujando en su rostro. Levantó la vista hacia
39:46Enora, y sus ojos brillaban con una alegría pura, infantil. Lo conseguimos, Enora. Dijo,
39:55su voz rota por la emoción. Lo conseguimos. ¿Qué dice? Lee. Dice, Manuel Carraspeo,
40:04intentando controlar su voz. Dice que está impresionado. Que el diseño es innovador y
40:11audaz, que ve un potencial enorme. Ha dado el visto bueno al primer motor. Enora soltó un grito
40:18de júbilo, un sonido de pura felicidad que resonó en el hangar. No me lo puedo creer. Lo sabía,
40:26sabía que lo lograríamos. Y hay más. Continuó Manuel, leyendo de nuevo. Dice que, aunque debemos
40:36esperar para dar el siguiente paso y asegurar la financiación, se compromete a seguir colaborando
40:41con nosotros. ¿Quiere ser parte del proyecto? La noticia era más de lo que se habían atrevido
40:48a soñar. Era la validación de su esfuerzo, el reconocimiento de su talento. Era el primer
40:56paso real hacia la construcción de su aeroplano. En ese momento, no eran un marqués y una joven
41:03con ideas revolucionarias. Eran dos socios, dos inventores, dos almas gemelas unidas por una pasión
41:10común. La alegría desbordó a Enora. Sin pensarlo, en un impulso espontáneo e irrefrenable, se lanzó
41:18hacia adelante y abrazó a Manuel con todas sus fuerzas. Manuel se quedó paralizado por un instante,
41:26sorprendido por el contacto físico. El abrazo no fue formal ni calculado. Fue cálido, genuino,
41:32cargado de toda la emoción del momento. Sintió los brazos de Enora rodeándole el cuello,
41:40su risa contra su hombro. Y, casi sin darse cuenta, le devolvió el abrazo, rodeándola por la cintura,
41:48compartiendo esa explosión de felicidad. Fueron solo unos segundos, pero en ese breve lapso,
41:55algo cambió entre ellos. Cuando se separaron, un poco avergonzados por la repentina intimidad,
42:02se miraron a los ojos de una forma diferente. La barrera de la formalidad se había agrietado. Ya
42:09no solo compartían un proyecto profesional, habían compartido un momento de triunfo personal,
42:15una emoción pura que los había conectado a un nivel más profundo.
42:18¿Nacía algo más que una alianza profesional entre los planos y los motores? La pregunta flotó en el
42:25aire del hangar, tan silenciosa e invisible como las corrientes que un día, esperaban,
42:31elevarían su avión hacia el cielo. Y así, el sol comenzó a descender sobre la promesa,
42:39cerrando un día de revelaciones, enfrentamientos y emociones a flor de piel.
42:43Las verdades habían salido a la luz, dejando heridas abiertas y sembrando nuevas semillas de
42:50conflicto. Las alianzas se habían puesto a prueba, y algunas se habían roto para siempre. Los amores
42:58prohibidos se enfrentaban a abismos insondables, mientras nuevas e inesperadas conexiones comenzaban
43:04a formarse. El palacio se preparaba para la noche, pero nadie podía dormir en paz. Porque todos sabían,
43:12en lo más profundo de sus corazones, que lo que había ocurrido ese lunes no era un final,
43:18sino el verdadero principio de la tormenta. La promesa, con todos sus secretos y sus pasiones,
43:25se encontraba, más que nunca, al borde del precipicio.

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