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  • hace 6 días
La Promesa: Curro detiene la boda y desenmascara a Lorenzo
Transcripción
00:00Curro detiene la boda y desenmáscara a Lorenzo. En el episodio más impactante hasta ahora de
00:15la promesa, la boda entre Ángela y el capitán Lorenzo está a punto de sellarse, pero un giro
00:21dramático lo cambiará todo. Leocadia, acorralada y temiendo perderlo todo, sacrifica a su propia
00:29hija para mantener el poder, aceptando un pacto oscuro con el hombre más peligroso de la casa.
00:37Pero el precio será devastador. Ángela, rota por dentro pero decidida a proteger a Curro,
00:44acepta casarse con su peor pesadilla. En medio de una ceremonia cargada de tensión, Curro irrumpe
00:52como un huracán, detiene el enlace y revela ante todos las amenazas, chantajes y traiciones que
00:58han llevado a este momento. Lo que sigue es una cascada de verdades que sacude la promesa. El
01:07capitán expulsado, Leocadia humillada, y Alonso, por fin, tomando una decisión irrevocable.
01:16Un amor puesto a prueba, una madre que lo pierde todo y un héroe que alza la voz por justicia.
01:22No te pierdas este episodio histórico donde el silencio se rompe, el miedo se derrumba y el amor
01:31gana. El aire en la promesa se había vuelto denso, casi irrespirable. Para Leocadia, cada pasillo era un
01:41campo de batalla silencioso, cada mirada de soslayo una daga apuntando a su espalda. Sentía el poder,
01:50que con tanto esmero había amasado, desmoronándose como un castillo de arena ante la marea implacable
01:56de la desconfianza. Alonso, el marqués, ya no disimulaba su recelo. Sus preguntas eran más incisivas,
02:06su cortesía más gélida, y sus ojos, antes amables, ahora la escrutaban con la frialdad de un juez a
02:13punto de dictar sentencia. Los susurros, antes meros chismorreos de la servidumbre, habían cobrado
02:21cuerpo y ahora eran acusaciones veladas que se arrastraban por los salones y las cocinas,
02:27mencionando su turbia relación con el duque de carril, sus manipulaciones, su insaciable sed de
02:33control. La máscara de dama refinada y huésped honorable se agrietaba, y bajo ella, el pánico
02:41comenzaba a bullir. Estaba al borde del precipicio, a un solo paso de perderlo todo. Su prestigio,
02:50su influencia y, lo que era peor, su permanencia en aquel palacio que consideraba su tablero de juego.
02:59Una tarde, mientras el sol teñía de naranja las colinas de Luján, Leocadia se encontró sola en
03:06sus aposentos. La luz crepuscular se filtraba por los altos ventanales, dibujando largas sombras que
03:15parecían garras extendidas sobre la alfombra persa. Se sentó al borde de la cama, una figura rígida en
03:24medio de la opulencia, con la mirada perdida en un punto indefinido de la pared y las manos
03:29entrelazadas con tanta fuerza sobre su regazo que los nudillos se le habían vuelto blancos.
03:36El eco de una conversación reciente resonaba en su mente, las palabras de Lorenzo,
03:42capitán de los infiernos, como él mismo se complacía en ser llamado.
03:48Se lo había propuesto días atrás, en el despacho, con un tono grave y despojado de cualquier
03:54floritura, directo y brutal como un golpe. El recuerdo era vívido. Ella había entrado
04:02buscando un aliado temporal, y él, de pie junto a la ventana, observando la lluvia,
04:08se había vuelto con esa media sonrisa que era a la vez su arma y su escudo.
04:14Te veo preocupada, Leocadia, había dicho él, sin preámbulos. Las paredes de la promesa tienen
04:22oídos, y últimamente solo escucho cosas desagradables sobre ti.
04:29Son calumnias infundadas. Replicó ella, intentando mantener una compostura que no sentía.
04:38Lorenzo soltó una risa corta y seca. Ambos sabemos que la verdad y la calumnia son primas
04:43hermanas en un lugar como este. Lo que importa es lo que el marqués cree, y ahora mismo, cree
04:51que eres una víbora en su seno. Te estás quedando sin tiempo y sin amigos. ¿Y tú te ofreces como
04:59amigo? Inquirió ella con sarcasmo. Él se acercó, su imponente figura proyectando una sombra sobre
05:09ella. Su voz bajó a un susurro conspirador. Yo no ofrezco amistad. Ofrezco supervivencia. Te
05:18ofrezco una alianza que te hará intocable. Pero todo tiene un precio. Habla claro, Lorenzo. No
05:26estoy para acertijos. Y entonces, él había pronunciado la frase que ahora la atormentaba,
05:33la propuesta que había sellado su destino. Si quieres seguir viva en esta casa, entrégame a
05:38Ángela. Ella será mi esposa. A cambio, tendré motivos para protegerte. Seremos familia. Y a la
05:47familia, Alonso no se atreverá a tocarla. En aquel momento, Leocadia había dudado. Su orgullo,
05:57su instinto de jugadora, le hizo creer que podría encontrar otra salida. Una jugada maestra que no
06:02implicara sacrificar a su propia hija en el altar de su ambición. Pero los días habían pasado,
06:11y el cerco se había estrechado de forma inexorable. Alonso la había confrontado directamente sobre una
06:17carta anónima, los criados la evitaban y hasta la marquesa Cruz, su antigua aliada en la intriga,
06:23la miraba con una distancia calculadora.
06:25No le quedaban más cartas bajo la manga. Su tiempo se había agotado. Con un suspiro que
06:33fue casi un gemido de rendición, Leocadia se levantó.
06:40La decisión estaba tomada. El poder por encima de todo. Incluso por encima de la sangre de su sangre.
06:45Con pasos firmes, casi marciales, descendió la gran escalera de mármol, su vestido de seda susurrando
06:55contra los escalones como un presagio. Buscó a Lorenzo y lo encontró donde sabía que estaría,
07:04en el despacho reservado del Ala Oeste, revisando unos documentos con aire de propietario.
07:09Al verla entrar, él levantó la vista y una sonrisa presuntuosa, la sonrisa del cazador que
07:19ve a su presa caminar directamente hacia la trampa, se dibujó en su rostro.
07:25Se puso de pie, ceremonioso. Veo que por fin te rendiste a la razón. Leocadia mantuvo la barbilla
07:33alta, una reina de puesta negociando los términos de su exilio, pero el temblor casi imperceptible en
07:39su voz delató la tormenta que se libraba en su interior.
07:45Acepto el acuerdo. Dijo, y las palabras le supieron a Ceniza. Ángela será tuya,
07:52pero quiero lo que prometiste. Una alianza inquebrantable y poder.
07:58Quiero un lugar a tu lado cuando esta casa, inevitablemente, cambie de manos. Lorenzo
08:04sonrió con la malicia pura de quien acaba de ganar una guerra silenciosa y prolongada.
08:11Se sirvió una copa de coñac y le ofreció otra, que ella rechazó con un gesto seco de la mano.
08:19Has hecho la elección correcta, Leocadia. Siempre supe que la inteligencia primaría
08:24sobre el sentimentalismo en ti.
08:25Pero ahora no tenemos tiempo que perder. El marqués está a punto de pedirte que hagas
08:32las maletas.
08:36Quiero esta unión resuelta esta misma semana, a ser posible. Quiero a Ángela a mi lado,
08:41como mi prometida oficial, antes de que algún tonto idealista como ese bastardo de curro decida
08:46interponerse entre nosotros.
08:51Leocadia tragó saliva, el nudo en su garganta apretándose. Sabes que no será tan simple, Lorenzo.
09:00Ángela te detesta. Siempre te ha despreciado con cada fibra de su ser. Si soy demasiado directa,
09:05si le presento esto como una orden, se revelará.
09:08Podría huir. Puedo acabar perdiéndolo todo, incluso la poca confianza que aún se me profesa.
09:20Entonces gana esa confianza. Replicó él, cruzando los brazos con impaciencia. Eres buena en eso.
09:30Es tu mayor talento. Manipulaste a curro hasta hacerle creer que eras su protectora,
09:34engañaste a Alonso durante meses, controlaste a la mitad de los criados con promesas y amenazas.
09:44Convencer a tu propia hija no debería ser el desafío más difícil que has enfrentado.
09:51Ella se acercó a la chimenea, inquieta, dándole la espalda. El fuego crepitaba,
09:57ajeno al hielo que se instalaba en su corazón.
09:59Necesitaré tiempo. Tengo que trabajarlo por capas, con sutileza. Mostrarle que este matrimonio será
10:08ventajoso para ella, que le traerá estabilidad, seguridad, un estatus que nunca ha tenido.
10:17No, la voz de Lorenzo sonó como un latigazo, cortando el aire. Nada de tiempo.
10:22El tiempo es un lujo que no poseemos. Demasiado tiempo es lo que nos ha traído hasta este punto
10:30de desesperación.
10:34¿Quieres saber cómo vas a convencerla? ¿Quieres el método infalible?
10:38Leocadia no respondió. Pero su espalda tensa era una pregunta en sí misma.
10:43Es simple. Continuó él, su voz ahora baja y gélida. Dile la verdad, no tu verdad, sino la mía.
10:56Dile que si no acepta casarse conmigo, yo personalmente me encargaré de curro. Y que
11:01nadie, jamás, volverá a encontrar su cuerpo. Un silencio horrible, denso y pesado como una
11:10losa de granito, se apoderó del ambiente. El único sonido era el crepitar de la leña en el hogar.
11:19Leocadia se giró lentamente, su rostro una máscara pálida de incredulidad y espanto, sus ojos muy
11:26abiertos. ¿Estás amenazando a mi hija? Preguntó en un susurro ronco. No, respondió él con una frialdad
11:36que lava la sangre. No la estoy amenazando. Te estoy dando la herramienta para que la convenzas.
11:44Estoy planteando un escenario realista.
11:49Ángela tiene un punto débil, una vulnerabilidad que la hace predecible. Ama a ese bastardo más que
11:55a su propia vida. Usa eso. Dile que el destino de curro está en sus manos. Que tiene dos opciones.
12:03O se convierte en mi esposa y él vive para ver otro amanecer, o lo verá desaparecer para siempre.
12:13Tú eliges, Leocadia, el método sutil o el método efectivo. Eres un monstruo. Murmuró ella. Una
12:20mezcla de repulsión y un miedo primario que no había sentido en años.
12:24Lorenzo dio un sorbo a su coñac, saboreándolo. Soy un superviviente, querida. Y si quieres seguir
12:33aquí, en el centro del poder, más te vale empezar a comportarte como una de nosotros.
12:41La moral es un lujo para los débiles. Ella lo miró durante largos segundos, que se sintieron como
12:47una eternidad, digiriendo la gravedad atroz de lo que acababa de oír. El rostro de Ángela, joven e
12:56inocente, apareció en su mente, y luego el de curro, con su lealtad inquebrantable. Y finalmente,
13:05vio su propio futuro. Un exilio humillante, despojada de todo. Y la elección, terrible y clara, se impuso.
13:17Asintió, un movimiento casi imperceptible de la cabeza, una capitulación total del alma.
13:25Está bien, dijo, su voz desprovista de toda emoción. Haré lo que sea necesario. Salió
13:32del despacho con la misma firmeza con la que había entrado, pero era una fachada.
13:37Por dentro, se sentía hecha pedazos, un mosaico de culpa y ambición rota. Leocadia,
13:46que ya había traicionado a amigas, a aliados e incluso a su propia conciencia en incontables
13:51ocasiones, ahora se preparaba para cometer la traición definitiva. Traicionar su propio ADN,
13:58sacrificar la felicidad de su hija por su propia supervivencia. Sabía que, a partir de ese momento,
14:08cruzaría un límite del que jamás podría regresar. Salió con los ojos en llamas por las lágrimas
14:15contenidas y el cuerpo rígido, como si estuviera a punto de derrumbarse bajo el peso de su propia
14:20maldad. Pero tras la puerta cerrada de su cuarto, se permitió un único instante de debilidad.
14:32Se apoyó contra la madera maciza, cerró los ojos y dejó que un sollozo silencioso sacudiera su cuerpo.
14:41Se cubrió la boca con la mano para ahogar el sonido. Era el luto por la madre que pudo haber sido y que
14:46nunca sería. Duró solo un momento. Luego, respiró hondo, se secó las lágrimas con la manga de su
14:55lujoso vestido y recompuso su expresión. La decisión más cruel de toda su vida no había
15:03sido fruto de la falta de opciones, sino de una elección consciente. Había elegido el poder,
15:11incluso si eso le costaba el corazón de la única persona que, en el fondo, le quedaba en el mundo.
15:20A la mañana siguiente, el sol brillaba con una ironía cruel sobre los impecables jardines de la
15:26promesa. Leocadia encontró a Ángela sentada en un banco de piedra bajo la sombra de un roble
15:34centenario, con un libro abierto sobre su regazo, aunque su mirada estaba perdida en la lejanía.
15:41La joven alzó la vista, sorprendida por la cercanía de su madre. En los últimos días,
15:49apenas se habían dirigido la palabra, y sus breves encuentros habían estado cargados de una tensión
15:54gélida. Leocadia se detuvo frente a ella, forzando una expresión de grave preocupación. Su tono fue
16:04cauteloso, medido para infundir urgencia sin generar una hostilidad inmediata.
16:12Ángela, hija, necesito hablar contigo. Es urgente y de suma importancia. Ángela cerró el libro con calma,
16:19pero sus sentidos estaban alerta.
16:21Notó el temblor subyacente en la voz de su madre, una nota disonante en su habitual melodía de autoridad.
16:30¿Y ahora qué, madre? ¿Otro drama sobre tu reputación? ¿Algún nuevo rumor que necesites que desmienta por ti?
16:39La frialdad de su hija fue como una bofetada, pero Leocadia la encajó sin inmutarse.
16:50Era el precio que debía pagar. No, esto no se trata de mí. Respondió, su voz adquiriendo un filo de gravedad.
17:01Se trata de Curro. El nombre fue como una llave que abrió la compuerta de la ansiedad de Ángela.
17:09Se incorporó de inmediato, el libro resbalando de su falda y cayendo al suelo con un ruido sordo.
17:18¿Qué pasa con Curro? ¿Le ha ocurrido algo? Está en peligro. Un peligro mortal.
17:24Los ojos de la joven se abrieron con una mezcla de sorpresa y pavor.
17:31¿Qué peligro, mamá? Explícate bien, por el amor de Dios.
17:35Leocadia respiró hondo, eligiendo las palabras como un químico mezcla componentes volátiles.
17:44Miró a su hija directamente a los ojos, una mirada calculada para transmitir una sinceridad que no sentía, y mintió.
17:51Lorenzo, ha descubierto lo vuestro, lo de Curro y tú, y está furioso, Ángela, ciego de celos y de orgullo herido.
18:01Anoche me lo dijo, ha jurado que si no te alejas de Curro de la forma más definitiva posible, hará algo terrible con él.
18:10Dijo, dijo que lo haría desaparecer. Y conociéndolo, sé que es perfectamente capaz de cumplir su amenaza.
18:24Ángela se tambaleó hacia atrás como si la hubieran golpeado. Soltó una risa nerviosa, incrédula.
18:30Esto tiene que ser una broma de mal gusto. ¿Qué clase de barbaridad es esta? ¿Cómo puedes siquiera venir a mí con algo tan monstruoso?
18:40Lorenzo no tiene ningún derecho sobre mí.
18:45¿Crees que yo quiero esto? Estalló Leocadia, inyectando una dosis perfecta de falsa desesperación en su voz.
18:51¿Crees que me agrada la idea de verte atada a ese hombre? Lorenzo es peligroso, Ángela, tú lo sabes mejor que nadie.
19:02Lo sufriste en tus propias carnes cuando eras más joven.
19:08Yo también he sido amenazada por él. Tiene secretos míos, secretos que podrían destruirme, que no puedo permitir que salgan a la luz.
19:15Estamos en sus manos, hija. Completamente. Mentira. Gruñó Ángela, la furia comenzando a reemplazar al miedo.
19:29Es todo mentira. Jamás me casaría con ese hombre. Nunca, ni aunque Curro estuviera encerrado en el calabozo más profundo.
19:37Lucharíamos, huiríamos, haríamos algo. Pero podría acabar muerto. Replicó Leocadia, su voz bajando a un susurro letal.
19:52Y no en un calabozo, Ángela. Muerto en una zanja, donde nadie lo encuentre. ¿Quieres vivir con esa culpa el resto de tu vida? Lo vi en sus ojos anoche.
20:01Es la mirada de un depredador que no se detendrá ante nada. Es capaz de todo. Ángela comenzó a llorar, no con lágrimas suaves, sino con sollozos de pura desesperación y rabia.
20:18Se pasó las manos por el pelo, caminando en círculos como un animal enjaulado. Él nunca me haría daño de esa forma.
20:25No soy de su propiedad. No puede hacer esto. Leocadia se aproximó y, con un gesto que pretendía ser maternal, tomó las manos de su hija con fuerza.
20:41Eran como dos bloques de hielo. Escúchame con atención, Ángela. Mírame. Esto no tiene que ser real.
20:48Será un matrimonio de fachada. Una actuación para salvar una vida. Dirás que sí, firmarás los papeles ante el notario y eso lo calmará.
21:02Apaciguará a la bestia. Te doy mi palabra, te prometo por mi vida, que una vez que el peligro haya pasado, encontraré la forma de librarnos de él para siempre.
21:11Solo necesito que accedas. Solo necesito ganar tiempo para encontrar un arma contra él.
21:21La propuesta era un veneno dulce, una trampa envuelta en la seda de la salvación.
21:26Ángela la miró, su rostro bañado en lágrimas, la lucha interna reflejada en sus ojos.
21:31¿Me estás pidiendo que me entregue a un hombre al que odio para proteger al hombre que amo? Sollozó, la pregunta cargada de una amargura infinita.
21:46Por primera vez, Leocadia bajó la mirada, incapaz de sostenerla de su hija. Un atisbo de vergüenza genuina la atravesó.
21:53Sí, murmuró, sé que me odiarás por esto. Probablemente para siempre, pero te juro que no hay otra salida.
22:05¿No lo ves, Ángela? Hemos perdido la partida. No nos quedan cartas. Esta es la única que nos queda por jugar.
22:11Ángela se soltó de las manos de su madre y se alejó, temblando de pies a cabeza. Paseó de un lado a otro, con la mente corriendo a mil por hora, sopesando una elección imposible.
22:28La imagen de Curro, sonriente y lleno de vida, se superpuso con la imagen espantosa de su cuerpo sin vida en un campo solitario.
22:36El terror ganó la batalla a la razón. Se detuvo y, con un suspiro ahogado que sonó como si su corazón se partiera en dos, se giró hacia su madre.
22:51Si Lorenzo le hace el más mínimo daño a Curro, si le toca un solo pelo de la cabeza.
22:55Nunca me lo perdonaré. Acepto, mamá. Acepto, pero escúchame bien. Si me estás engañando, si todo esto es un juego tuyo para ganar poder.
23:11Si descubro que me has mentido. Ese día, me perderás para siempre. No tendrás más una hija.
23:19Leocadia alzó la vista, sus propios ojos vidriosos por una mezcla de triunfo y una punzada de dolor real.
23:25Lo entiendo, gracias, hija. Has hecho lo correcto. Momentos después, el sol aún estaba alto cuando Curro se preparaba para salir a caballo.
23:40Estaba en el patio de los establos, revisando las cinchas de la montura de su yegua favorita, Taranta, y silbando una melodía alegre.
23:48El mundo, para él, era un lugar simple y bueno. Amaba a Ángela y sentía que, a pesar de los obstáculos, su amor prevalecería.
24:00Fue entonces cuando la vio acercarse. Su sonrisa inicial se desvaneció al instante al ver el semblante serio, casi fúnebre, de la mujer que amaba.
24:12Tenemos que hablar, dijo Ángela, su voz firme, pero desprovista de toda calidez. Curro sintió una punzada de inquietud.
24:23La llevó del brazo al interior del establo, lejos de las miradas y oídos indiscretos.
24:34El aire olía a heno, a cuero y a caballo, un aroma que siempre lo había reconfortado, pero que ahora se sentía opresivo.
24:41Ha pasado algo, mi amor, pareces, nerviosa, ¿es por tu madre otra vez? Ella desvió la vista, incapaz de mirarlo a los ojos.
24:56Se quedó observando una mota de polvo que bailaba en un rayo de sol.
25:00Voy a casarme, dijo, y la frase cayó en el silencio del establo como una piedra en un pozo.
25:06El corazón de Curro dio un vuelco doloroso. Se rió, pero el sonido fue hueco.
25:14¿Qué, es una broma? No tiene gracia, Ángela.
25:20Ella finalmente levantó la mirada, y la dureza en sus ojos fue como un puñal para él.
25:28Estaba intentando mantenerse fuerte, construyendo un muro entre ellos. No, no es una broma.
25:36Voy a casarme con el capitán Lorenzo. Ya está decidido, lo anunciaremos pronto.
25:42Curro sintió que el suelo se abría bajo sus pies.
25:48¿Por qué? Su voz fue un susurro roto.
25:50¿Por qué, Ángela? Hace dos días me dijiste que me amabas.
25:57Me dijiste que solo pensar en ese hombre te daba asco.
26:00He cambiado de opinión. Mintió ella, y cada palabra le quemaba la lengua.
26:08El capitán Lorenzo es un buen partido. Es influyente, es rico, es inteligente. Y me conviene.
26:17Me dará una posición y una seguridad que tú nunca podrías ofrecerme.
26:21Curro frunció el ceño, la incredulidad dando paso a una furiosa desconfianza.
26:26¿Crees que soy tonto? ¿Crees que no te conozco? Esta no eres tú, Ángela.
26:34Algo sucede. Te están obligando. Ha sido tu madre. Ella te ha obligado.
26:40No. Interrumpió Ángela con una vehemencia que sonó casi demasiado ensayada.
26:45Esta decisión es mía y solo mía. He madurado, curro.
26:49He visto el mundo como es. No lo aceptaré. Esto está mal. Lo sé. Lo siento aquí. Dijo él, golpeándose el pecho.
27:03Dime la verdad. ¿Qué te ha hecho Lorenzo? ¿Qué oculta tu madre? Lucharé por ti. Lucharemos juntos.
27:09¡Basta! Gritó Ángela. Y las lágrimas que tanto había luchado por contener finalmente brotaron, recorriendo sus mejillas como ríos de dolor.
27:24No tienes ningún derecho a exigirme nada. Tú y yo no somos nada. Nunca lo hemos sido de verdad.
27:29El dolor puro y desnudo modeló el rostro de curro. Cada palabra de ella era un golpe físico.
27:40Entonces, ¿todo fue mentira? Cuando me decías que me amabas, ¿me mentías? ¿Quién te amenaza, Ángela? Dímelo.
27:47Vete, curro. Déjame en paz. Sollozó ella. Olvídame. Sigue con tu vida. Él la miró en silencio durante un largo instante. Su corazón hecho trizas.
28:00Luego, con la voz quebrada por una emoción insoportable, hizo un último intento, solo.
28:13Solo dime la verdad. Mírame a los ojos y dime que no me amas. Ángela lo miró.
28:18Vio en sus ojos el amor más puro que jamás había conocido, y tuvo que destruirlo.
28:22Respiró hondo y pronunció la mentira más cruel de todas. Ya te he dicho la verdad. Estoy comprometida.
28:36Y soy feliz. Con eso, se dio la vuelta y salió corriendo del establo, dejando a curro solo con los escombros de su amor.
28:43Él se quedó de pie, paralizado, antes de que sus rodillas cedieran.
28:52Cayó de rodillas sobre la paja, llevándose las manos al rostro, su cuerpo sacudido por sollozos silenciosos y devastadores.
29:02El relincho de un caballo resonó a lo lejos. Un sonido de vida y libertad, pero él solo podía oír el silencio atronador de su corazón roto.
29:10El día de la boda llegó con una celeridad funesta. En el gran salón de la promesa, transformado en una capilla improvisada, decenas de candelabros y cientos de velas luchaban por disipar la penumbra moral que impregnaba el ambiente.
29:26Flores recién cortadas, rosas blancas y lirios, adornaban las ventanas y las columnas, y su perfume, mezclado con el denso olor del incienso, envolvía a la tragedia inminente en un velo de santidad forzada.
29:42Los invitados, la nobleza local y los allegados a la familia, ocupaban sus asientos en un silencio respetuoso pero cargado de tensión.
29:56Todos sabían que aquel no era un enlace de amor. Era una transacción, una alianza de poder orquestada con la sutileza de un hachazo.
30:03Ángela, de pie ante el altar improvisado, parecía una aparición fantasmal. Llevaba un elegante traje de chaqueta color crema, sobrio y distinguidos, pero parecía más un atuendo de luto que de celebración.
30:23Su mirada estaba perdida, vacía, fija en la cruz de plata que presidía la ceremonia.
30:28Sus manos, enfundadas en guantes de seda, temblaban de forma incontrolable. Era un cordero sacrificial conducido al matadero.
30:42A su lado, el capitán Lorenzo era la viva imagen del triunfo. Su uniforme de gala estaba impecable, sus medallas brillaban,
30:50y una sonrisa de satisfacción apenas contenida jugaba en sus labios mientras apretaba la mandíbula, como si saboreara una victoria largamente esperada.
31:02El padre Samuel, el párroco local recién reincorporado a sus funciones tras el escándalo que casi le cuesta la sotana,
31:09se ajustó la estola con nerviosismo y carraspeo, tratando de imponer una normalidad que no existía.
31:15Estamos hoy aquí reunidos, hermanos y hermanas, para celebrar la unión sagrada ante los ojos de Dios,
31:24del honor y de la verdad, entre el capitán Lorenzo de Sanabria y la señorita Ángela Valdés.
31:33Al fondo del salón, el marqués Alonso observaba la escena con los brazos cruzados y una expresión indescifrable,
31:39una mezcla de deber y profundo disgusto. A un lado, cerca del altar, Leocadia mantenía los dedos entrelazados con una fuerza casi dolorosa,
31:52buscando desesperadamente la mirada de su hija, pero Ángela permanecía fría, distante, como una estatua de mármol.
31:59El padre Samuel continuó con la liturgia, sus palabras flotando en el aire pesado.
32:07Si hay alguien presente que conozca algún impedimento para que esta unión se celebre, que hable ahora o calle para siempre.
32:17Un silencio tenso se instaló en el salón. Lorenzo sonrió aún más. Estaba a punto de conseguirlo.
32:23Y entonces, sucedió. Un estruendo sordo y contundente resonó desde el fondo del salón.
32:35Las dos grandes puertas de roble se abrieron de par en par con una violencia que hizo que todos se giraran de golpe.
32:44En el umbral, recortada contra la luz del exterior, se encontraba la figura de Curro.
32:49No llevaba traje de gala. Aún vestía la ropa de trabajo, sucia de polvo del camino y sudor.
33:01Su pelo estaba revuelto. Su rostro tenso y sus ojos ardían con la llama de una furia justiciera.
33:10Irrumpió en el salón con un paso firme y decidido que resonó sobre las baldosas de mármol.
33:15Detengan esta ceremonia, exclamó, y su voz, atronadora y cargada de autoridad, llenó cada rincón del salón, haciendo vibrar los cristales de los candelabros.
33:28El padre Samuel interrumpió la lectura, escandalizado.
33:35Joven Curro, por favor. Esto es la casa de Dios.
33:38No he venido a pedir permiso. Gritó él, avanzando por el pasillo central, ignorando los murmullos y las miradas atónitas de los invitados.
33:49He venido a impedir una farsa, un sacrilegio y un crimen. Los murmullos se convirtieron en un clamor.
34:03Lorenzo, pálido de rabia, dio un paso para interceptarlo, pero dos guardias, siguiendo una orden silenciosa de Alonso, se interpusieron y lo retuvieron con firmeza.
34:14Curro llegó frente al altar y se detuvo. No miró a Ángela, miró directamente a Lorenzo y lo señaló con un dedo acusador.
34:27Este hombre es un chantajista y un cobarde. Este hombre amenazó con quitarme la vida si Ángela no accedía a sus deseos.
34:34Usó mi vida como moneda de cambio para obligarla a casarse con él.
34:38Luego, su dedo se movió hacia una aterrorizada Leocadia. Y ella lo planeó todo.
34:47Su propia madre participó en la extorsión, vendiendo a su hija como una pieza de trueque por pura ambición y cobardía.
34:54Ha sacrificado la felicidad de Ángela para salvar su propio pellejo.
35:01Lorenzo intentó reír, un sonido estrangulado y nervioso.
35:04Son acusaciones delirantes y muy graves de un criado resentido y despechado.
35:09No tiene pruebas.
35:13Tengo pruebas, insistió Curro con una convicción inquebrantable.
35:17Tengo las cartas que Ángela me escribió antes de que la amenazaran, donde habla del asco que este hombre le producía.
35:26Y tengo el testimonio de otros criados que oyeron fragmentos de sus discusiones y que pueden dar fe del terror en el que vivía Ángela.
35:34Leocadia, desesperada, se giró hacia Alonso, su rostro descompuesto por el pánico.
35:45Alonso, es mentira, te lo juro, está tergiversando todo, es una venganza personal.
35:50Pero Alonso ya no la miraba.
35:55Miraba a Curro, y en los ojos del joven no veía mentira, sino la verdad cruda y dolorosa.
36:04Miró a Ángela, que por primera vez en toda la mañana había levantado la cabeza y miraba a Curro con una mezcla de terror y una esperanza abrumadora.
36:12Finalmente, la mirada de Alonso, fría como el acero, se posó sobre Lorenzo y Leocadia.
36:21Basta, dijo, y su voz, aunque no fue un grito, silenció la sala por completo.
36:30Capitán Lorenzo, sus actos son una deshonra para su uniforme y para esta casa.
36:38Queda expulsado de la promesa de forma inmediata.
36:41No quiero volver a ver su rostro en mis tierras.
36:43Guárdese de las consecuencias legales que esto acarreará.
36:50Luego se volvió hacia Leocadia, y su desprecio era palpable.
36:57Y usted, Leocadia, recoja sus cosas.
37:00Su estancia en la promesa ha terminado.
37:03Leocadia se derrumbó sobre sí misma, un sollozo seco escapando de sus labios.
37:07La partida había terminado, y ella había perdido.
37:14Ante el altar, liberada del yugo invisible que la oprimía, Ángela rompió a llorar,
37:20pero esta vez eran lágrimas de alivio, de gratitud, de una libertad recién descubierta.
37:28Sus ojos se encontraron con los de Curro, y en esa mirada se dijeron todo lo que las palabras no podían expresar.
37:34Corrió hacia él, sus elegantes zapatos resonando en el suelo, y él le tendió la mano.
37:45Ella la aceptó sin dudarlo, y en ese instante, mientras sus dedos se entrelazaban,
37:50un silencio triunfal se apoderó de la sala.
37:53El miedo había sido derrotado, la verdad había prevalecido, y el amor, puesto a prueba en el crisol del sacrificio y la traición,
38:04había demostrado ser la fuerza más poderosa de todas en la promesa.

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