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‘Valle Salvaje’ capítulo 220: Visita inesperada y un acuerdo envenenado

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Phụ đề
00:00Avance Valle Salvaje. Visita inesperada y un acuerdo envenenado. Capítulo 220, 28 de julio.
00:20Amanda, la madre de Leonardo, llega a Valle Salvaje mientras que Mercedes y Bernardo valoran aceptar
00:27el acuerdo que propone Victoria en el capítulo 220 del lunes 28 de julio. El aire en Valle Salvaje
00:36se había vuelto denso, casi irrespirable, cargado con el peso de los secretos y el hedor de las
00:42traiciones. Cada amanecer no traía consigo la promesa de un nuevo comienzo, sino la certeza
00:50de que las sombras del día anterior se habían alargado, extendiendo sus garras frías sobre
00:55las vidas de quienes habitaban aquellas tierras. Las nubes, bajas y grises, parecían un reflejo
01:04del cielo interior de sus almas, un presagio constante de una tormenta que se negaba a estallar
01:10del todo, prefiriendo torturar con su inminencia. La noche anterior había dejado una herida abierta
01:18en la casa pequeña, un grito silencioso que aún resonaba en sus paredes. La tranquilidad,
01:27ya de por sí frágil, se había hecho añicos con la misma facilidad que un cristal bajo el
01:32golpe de una piedra.
01:37Pepa y Matilde, dos pilares de fortaleza y sentido común, se encontraron ancladas al suelo,
01:43con el aliento atrapado en la garganta y los ojos fijos en la figura que se recortaba en el
01:48umbral de su hogar.
01:52Era un hombre, un extraño de rostro curtido por el sol y el cansancio, con ropas de viajero
01:57cubiertas por el polvo de un camino largo y arduo.
02:00Pero no era su apariencia lo que helaba la sangre, sino lo que sostenía en sus brazos
02:07con una delicadeza que contradecía su aspecto rudo. Al pequeño Evaristo, el hijo de Mariana,
02:14durmiendo plácidamente, ajeno al torbellino de pánico que su presencia acababa de desatar.
02:22Matilde fue la primera en recuperar una pizca de voz, aunque salió como un susurro quebrado.
02:27Dios mío, Evaristo, Pepa, con el instinto protector de una loba, dio un paso al frente,
02:37interponiéndose entre el hombre y el interior de la casa.
02:43Su corazón martilleaba contra sus costillas como un tambor de guerra. ¿Quién es usted?
02:48Su voz, normalmente cálida y melódica, era ahora dura como el acero.
02:53¿Qué hace con ese niño? Hable o juro por lo más sagrado que gritaré tan fuerte que nos oirán hasta
03:01en la casa grande. El hombre levantó la mirada. Sus ojos, hundidos en cuencas oscuras por el
03:09agotamiento, reflejaban una profunda desesperación, no una amenaza.
03:14Hizo un esfuerzo por hablar, sus labios resecos apenas lograban formar las palabras.
03:24Por favor, no griten, no soy un enemigo, me llamo Silas, era, era amigo de Mariana.
03:33El nombre de Mariana, pronunciado por aquel desconocido, flotó en el aire, cargado de dolor y recuerdos.
03:40Matilde se llevó una mano al pecho, sintiendo una punzada de la vieja herida.
03:49¿Amigo de Mariana? ¿Cómo es que nunca oímos hablar de usted?
03:55Nos conocimos lejos de aquí. Ella, ella me pidió un favor antes de... La voz de Silas se quebró.
04:01Parecía que el simple acto de hablar le suponía un esfuerzo titánico. Me pidió que si algo le
04:09pasaba, me asegurara de que el niño estuviera a salvo. He viajado durante días. Los hombres del
04:17duque, me seguían los pasos. De repente, las piernas del hombre cedieron. Se tambaleó, y si no
04:26hubiera sido por un reflejo de Peppa, que se abalanzó para sujetar al bebé, Evaristo habría
04:32caído al suelo. Silas se desplomó en el umbral, su cuerpo rindiéndose finalmente a un agotamiento
04:41que iba más allá de lo físico. Era el colapso del alma. Peppa acunó a Evaristo contra su pecho,
04:49sintiendo el calorcito de su cuerpo dormido, y miró al hombre desmayado en el suelo.
04:57El miedo inicial se transformaba ahora en una maraña de confusión y una incipiente compasión.
05:05Matilde corrió a su lado, arrodillándose junto a Silas. Está ardiendo en fiebre, dijo, tocando su frente.
05:12Este hombre está al límite de sus fuerzas. ¿Y si es una trampa, Matilde? ¿Y si el duque
05:22lo ha enviado para infiltrarse? Mira sus manos, Peppa, susurró Matilde. Están destrozadas. Y
05:31mira sus ojos antes de que se cerraran. No había maldad en ellos, solo un cansancio infinito. Trajo
05:40al niño. No se lo llevó. Lo trajo a casa. La lógica de Matilde era irrefutable. Peppa asintió,
05:49su rostro suavizándose. El peligro inmediato parecía haber pasado, pero la incógnita que
05:57aquel hombre representaba era ahora una bomba de relojería dentro de su hogar. ¿Quién era Silas en
06:05realidad? ¿Y qué peligro tan terrible le había hecho viajar hasta el agotamiento para proteger
06:10al nieto de la mujer que amaba en secreto? La noche, lejos de ofrecer respuestas, solo había
06:16profundizado el misterio, dejando a las dos mujeres con un bebé en brazos y un extraño inconsciente
06:21a sus pies, mientras el destino de valles salvajes seguía tejiendo su intrincada y peligrosa red.
06:27Mientras tanto, en la casa de los Valderrama, la tensión era de una naturaleza distinta,
06:36más fría y calculadora.
06:40Julio había solicitado una audiencia con Úrsula, un encuentro que ambos sabían que no era una
06:45simple visita de cortesía. Se encontraron en la biblioteca, un lugar que olía a cuero viejo y a
06:54secretos guardados bajo llave, el escenario perfecto para su particular partida de ajedrez.
07:02Úrsula lo recibió con una sonrisa fina, casi imperceptible, la máscara de amabilidad que usaba
07:08para ocultar sus garras. Julio, querido, qué inesperado, ¿a qué debo el placer? Dejémonos
07:17de formalidades, Úrsula. Replicó Julio, su voz tranquila pero firme, sin aceptar la silla que ella
07:24le ofrecía. Sabes perfectamente por qué estoy aquí. Tu juego con Rafael y Adriana ha ido demasiado lejos.
07:33La sonrisa de Úrsula no vaciló, pero sus ojos se endurecieron. No sé de qué me hablas.
07:45Yo solo me preocupo por el bienestar de la familia, y un escándalo como el que tu hermano parece
07:50empeñado en provocar no beneficia a nadie. El bienestar de la familia o el tuyo. Julio dio
07:58un paso más cerca, bajando la voz. ¿Crees que tienes a Rafael contra la pared, amenazándolo
08:06con revelar su vínculo con Adriana? ¿Crees que puedes manipularlo a tu antojo? Pero te equivocas,
08:15estás subestimando algo fundamental. Ah, sí, ¿y qué es, según tú, sapientísimo Julio? El vínculo
08:24que los une. No es un capricho. No es una simple aventura. Es algo mucho más fuerte de lo que
08:32imaginas, más profundo de lo que tu mente calculadora puede procesar. Y si continúas
08:40presionando, si los empujas al límite, no se hundirán solos. Arderán, sí, pero se llevarán todo
08:46por delante. Lo revelarán todo, Úrsula. No solo su relación, sino cada una de las maquinaciones
08:55de nuestro padre, cada una de tus intrigas. ¿De verdad quieres tirar de esa cuerda? Por
09:04primera vez, una fisura apareció en la compostura de Úrsula. Fue apenas un destello de inquietud en
09:12sus ojos, una minúscula tensión en la comisura de sus labios, pero Julio, un observador experto
09:18de las debilidades ajenas, lo notó.
09:24Son amenazas vacías, Julio. Rafael nunca se atrevería. ¿Estás dispuesta a apostar el futuro
09:30de esta familia a esa certeza? La pregunta de Julio quedó suspendida en el aire, cargada de peso.
09:36Porque yo, en tu lugar, no lo estaría. Te lo advierto como hermano, y es la única advertencia
09:46que te daré. Déjalos en paz. Busca otro peón para tus juegos. Sin esperar respuesta, Julio se dio la
09:56vuelta y salió de la biblioteca, dejando a Úrsula sola con el eco de sus palabras. Ella se quedó
10:04inmóvil, mirando la puerta cerrada, y por primera vez en mucho tiempo, sintió una punzada de genuina
10:10incertidumbre. Había basado toda su estrategia en el miedo y la vergüenza de Rafael, pero Julio había
10:19introducido una nueva variable en la ecuación. El amor como un arma de destrucción mutua.
10:24Y eso, incluso para ella, era un territorio impredecible y peligroso. Poco después,
10:33los dos hermanos se encontraron en las caballerizas, el único lugar donde sentían que podían hablar sin
10:39ser escuchados por oídos indiscretos. El olor a heno y a caballo era un bálsamo para sus nervios
10:47crispados. Rafael, sin embargo, no estaba tranquilo. Su naturaleza impulsiva chocaba
10:56frontalmente con la paciencia de su hermano. No ha servido de nada, Julio, exclamó, golpeando con
11:03el puño un poste de madera. He visto cómo salías de la biblioteca. Has estado diez minutos, le has
11:12dirigido cuatro palabras y te has ido. ¿Eso es todo lo que piensas hacer? ¿Una conversación educada?
11:20Julio se apoyó en la puerta de un establo, mirando a su hermano con una calma que exasperaba a Rafael.
11:29A veces, Rafael, las batallas más importantes no se ganan con gritos y espadas, sino con un susurro
11:35en el momento adecuado. Palabras, solo son palabras. Úrsula se habrá reído en tu cara en cuanto te has
11:44dado la vuelta. Necesitamos actuar, hacer algo que. Hacer que, le interrumpió Julio, esta vez con un
11:54filo de acero en la voz. ¿Correr a los brazos de Adriana y provocar el escándalo que nuestro padre
11:59tanto desea para tener la excusa perfecta y destruir a los de la casa pequeña? ¿Es eso lo que quieres?
12:05¿Darle la victoria en bandeja de plata? Rafael se quedó en silencio, frustrado. Sabía que Julio
12:14tenía razón, pero la inacción lo estaba consumiendo. Entonces, ¿qué has hecho? ¿Qué le has dicho
12:22exactamente? Le he hecho dudar. Explicó Julio, su mirada fija en la de su hermano.
12:31Le he plantado una semilla de miedo en su mente. Hasta ahora, ella jugaba con la certeza de que tu
12:36miedo a la exposición era su mejor arma. Yo le he mostrado la otra cara de la moneda. Que tu amor
12:44por Adriana puede ser un arma aún más poderosa contra ella. Le he hecho ver que si te empuja al abismo,
12:52tú te asegurarás de que ella caiga contigo. ¿Y crees que eso la detendrá? No la detendrá para
13:01siempre. Pero la hará dudar, la obligará a recalcular sus movimientos. Y ese tiempo que
13:09ganamos, ese espacio para respirar, es lo que necesitamos. Mi actitud, Rafael, mi aparente
13:16pasividad, no es debilidad. Es una estrategia. Estoy protegiéndote a ti, estoy protegiendo a Adriana,
13:26y sí, también me estoy protegiendo a mí mismo. Porque si esta familia se desmorona,
13:34nos arrastrará a todos. Confía en mí, por una vez, hermano, confía en mí.
13:39Rafael lo miró, viendo en los ojos de Julio no al rival de toda una vida, sino a un aliado
13:47inesperado. La unión entre ellos era frágil, forjada en la desesperación, pero por primera
13:56vez, Rafael sintió que quizás, solo quizás, no estaba completamente solo en aquella guerra.
14:02Asintió lentamente, una tregua silenciosa sellada entre el olor del heno y el resoplido de los
14:10caballos. En otra parte de la finca, en la casa del capataz, la culpa era una presencia física,
14:20un invitado no deseado que se había sentado a la mesa y se negaba a marchar.
14:24Leonardo se movía como un autómata, sus acciones mecánicas desprovistas de la vida y la pasión
14:33que siempre lo habían caracterizado. En el bolsillo de su chaqueta, el papel doblado de
14:40una carta le quemaba la piel, un recordatorio constante de su traición. La había escrito
14:48con Irene la noche anterior, en un acto de catarsis y desesperación. Cada palabra era
14:56una confesión, un clavo en el ataúd de su relación con Bárbara. Perdóname, no era
15:02mi intención, sucedió sin más. Frases que sonaban huecas y patéticas ante la magnitud
15:07de la herida que estaban a punto de infligir.
15:12Irene lo encontró en el porche, mirando al vacío, con la mirada perdida en las colinas
15:17distantes. Se acercó con sigilo, su propia angustia reflejada en el rostro. ¿Aún no
15:26se la has dado?
15:30Leonardo negó con la cabeza, sin mirarla. El simple sonido de su voz lo hacía sentirse
15:35más miserable.
15:39No puedo, Irene. Cada vez que la miro, cada vez que me sonríe con esa confianza ciega,
15:44me siento el peor de los hombres. Decirle la verdad sería como tomar un cuchillo y clavárselo
15:52en el corazón yo mismo.
15:53¿Y vivir en esta mentira es mejor? Replicó ella, su voz un susurro apasionado. Es mejor
16:03ver cómo se consume de preocupación sin entender qué te pasa. ¿Es mejor que yo me
16:07sienta como una ladrona cada vez que cruzo una mirada con ella? Esta situación nos está
16:12destruyendo a los tres, Leonardo.
16:14La verdad duele, sí, pero el engaño envenena. Es un veneno lento que lo corrompe todo.
16:25¿Y qué esperas que pase después? ¿Que lo lea y me dé una palmada en la espalda? Me
16:29odiará, Irene, y con toda la razón del mundo. Perderé a la única mujer que he amado de verdad.
16:35Quizás la pierdas, o quizás, solo quizás, su amor sea lo bastante fuerte para perdonar.
16:47No lo sabrás si no tienes el valor de ser honesto. Se lo debes a ella. Nos lo debemos a nosotros.
16:55Este secreto es una carga demasiado pesada. Dásela, Leonardo. Por favor, libéranos a todos de esta
17:01tortura. Justo en ese momento, Bárbara salió al porche, con dos tazas de café humeante en las manos
17:10y una sonrisa que se desvaneció al ver la tensión palpable entre su amado e Irene.
17:18¿Interrumpo algo? Preguntó, su voz teñida de una incipiente inseguridad. No, nada, mi vida. Se
17:26apresuró a decir Leonardo, levantándose y forzando una sonrisa que no llegó a sus ojos.
17:31Irene ya se iba, solo hablábamos del trabajo. Irene asintió, evitando la mirada de Bárbara.
17:43Sí, solo eso, con permiso. Se alejó rápidamente, dejando tras de sí un silencio incómodo.
17:50Bárbara le tendió la taza a Leonardo, escrutando su rostro con preocupación. Leonardo, amor,
18:00tienes que decirme qué te ocurre.
18:02No soy tonta, te siento a kilómetros de distancia, aunque estés a mi lado. Tu mirada está vacía,
18:11apenas me tocas. Si he hecho algo mal, dímelo.
18:14Si es por el trabajo, compártelo conmigo. Pero este silencio, este silencio me está
18:22matando. No eres tú, Bárbara. Te lo juro, no has hecho nada. Dijo él, y cada palabra
18:31era una mentira que le quemaba la lengua. Es solo, la presión, el duque, los problemas
18:39en la finca. Todo se me está haciendo una montaña. Ella le acarició la mejilla, y su
18:47tacto fue para Leonardo como una brasa ardiente sobre su piel culpable.
18:54Pues déjame ayudarte a escalar esa montaña. No tienes que hacerlo solo. Somos un equipo,
18:59¿recuerdas? Para lo bueno y para lo malo.
19:04Te amo, Leonardo. No lo olvides nunca. Él cerró los ojos, incapaz de ser
19:09soportar la pureza de aquella declaración.
19:15Yo también te amo, pensó. Pero las palabras no salieron. ¿Cómo podía decirlas, si sus
19:21acciones las habían profanado? Se sentía atrapado en una jaula de su propia construcción,
19:27y la llave, la dolorosa verdad, seguía en su bolsillo, demasiado pesada para usarla.
19:32Y entonces, cuando el universo parecía deleitarse en su tormento, el sonido de un carruaje llegando
19:41por el camino principal rompió la tensa calma.
19:47No era un carruaje cualquiera de la finca. Era más elegante, tirado por dos caballos
19:52de pelaje lustroso.
19:56Se detuvo frente a la casa, y el cochero se apresuró a abrir la portezuela. De él descendió
20:02una mujer de porte elegante y sonrisa cálida, con el cabello plateado recogido con distinción
20:07y unos ojos que, a pesar de los años, conservaban un brillo inteligente y vivaz.
20:12Leonardo se quedó paralizado. La taza de café tembló en su mano. Una sola palabra escapó
20:21de sus labios, un susurro cargado de incredulidad y una oleada de emoción tan abrumadora que
20:26por un instante borró toda la culpa.
20:32Madre, Doña Amanda, interpretada con una gracia natural por María Molins, abrió los brazos,
20:39y su rostro se iluminó al ver a su hijo.
20:42Leonardo, hijo mío. ¡Sorpresa! Él corrió a su encuentro, abrazándola con la fuerza
20:50de un niño que busca refugio.
20:55El olor familiar de su perfume, la sensación de sus brazos alrededor de él, fue como un
21:00ancla en medio de su tormenta personal.
21:06Bárbara observaba la escena, conmovida y sorprendida. La transformación en Leonardo era
21:11asombrosa.
21:15El hombre sombrío y torturado de hacía un segundo había desaparecido, reemplazado por
21:20un hijo cuya devoción y amor por su madre eran evidentes.
21:26La conexión entre ellos era un lazo palpable, mucho más cercano y cálido que la relación
21:31formal y distante que Leonardo mantenía con su autoritario padre, don Hernando.
21:39Madre, ¿qué haces aquí? ¿Por qué no has avisado? Preguntó Leonardo, separándose de
21:44ella pero sin soltar sus manos.
21:46Y perderme la expresión de tu cara, ¿para qué? Rió ella. Tu padre tenía asuntos en
21:54la capital y decidí que ya era hora de venir a ver cómo le iba a mi hijo favorito.
22:01Además, tenía muchas ganas de conocer en persona a la mujer que te ha robado el corazón.
22:09Amanda se giró hacia Bárbara con una sonrisa genuina. Bárbara, un poco intimidada, le devolvió
22:15la sonrisa. Doña Amanda, es un honor. Leonardo habla maravillas de usted. Llámame Amanda, querida.
22:28Y espero que todo sea bueno. Dijo, guiñándole un ojo a su hijo. Pero la alegría del reencuentro
22:35no pudo ocultar por completo la realidad. Cuando Amanda volvió a mirar a Leonardo,
22:42su sonrisa se atenuó ligeramente. La intuición de una madre es un radar infalible para el sufrimiento
22:48de un hijo. Vio más allá de la alegría superficial del momento, percibió las sombras que acechaban
22:57en el fondo de sus ojos.
22:58Hijo, dijo en voz baja, mientras Bárbara entraba a la casa para preparar algo para la invitada.
23:10Te brillan los ojos al verme, sí, pero tu alma está en penumbra. Lo veo, que te atormenta,
23:16Leonardo. Qué pena tan grande cargas que ni la llegada de tu madre puede disipar del todo.
23:21La pregunta directa, hecha con amor pero sin rodeos, golpeó a Leonardo con la fuerza de una
23:30revelación. Quizás no era Irene, ni su propia conciencia, sino esta mujer, su madre, el único
23:39ser ante el que nunca había podido guardar un secreto, quien finalmente conseguiría que la verdad
23:44saliera a la luz. La llegada de doña Amanda no era sólo una visita inesperada, era la llegada de un
23:53catalizador, un punto de inflexión que prometía cambiarlo todo. En la casa grande, el tablero de
24:02juego era otro, y las piezas se movían con una estrategia de seda y veneno. Victoria había citado a
24:11Bernardo en su despacho, un movimiento audaz que lo había dejado profundamente desconcertado.
24:20Mercedes había insistido en acompañarlo, no confiaba en Victoria, y menos ahora que la soga del duque
24:26apretaba con más fuerza. Entraron en el despacho y encontraron a Victoria Serena, sentada detrás de su
24:34imponente escritorio de caoba en su imponente escritorio de caoba. Lo saludó con un gesto de la cabeza,
24:41indicándoles las sillas. Gracias por venir, Bernardo.
24:48Mercedes, sé que mi citación habrá sido una sorpresa. Sorpresa es un eufemismo, Victoria, respondió
24:55Bernardo, sentándose con rigidez.
24:58Después de todo lo que ha pasado, no esperábamos una invitación a tomar el té. Asumo que esto no es
25:07un acto social.
25:10Directo al grano, me gusta, dijo Victoria, una leve sonrisa jugando en sus labios.
25:19Tienes razón, no lo es, os he llamado para haceros una propuesta, una que, creo, os interesará.
25:28Mercedes y Bernardo intercambiaron una mirada de desconfianza. ¿Qué podía ofrecerles la mujer que
25:33había sido su enemiga, la aliada de José Luis, el hombre que los había traicionado?
25:41Te escuchamos, dijo Mercedes, su voz fría como el hielo. Victoria se reclinó en su silla,
25:48juntando las yemas de sus dedos.
25:49Su mirada era insondable. Sé que el duque os está asfixiando. Conozco sus métodos.
26:01Conozco su obsesión por controlar cada rincón de este valle. Y sé que vosotros, con vuestra
26:07propiedad y vuestros derechos de agua, sois una piedra en su zapato.
26:11Una piedra que está decidido a pulverizar. No nos dices nada que no sepamos. Espeto Bernardo.
26:23Cierto, pero lo que quizás no sepáis es que yo puedo ofreceros una salida. Hizo una pausa,
26:29dejando que sus palabras calaran.
26:30Os propongo un acuerdo, un pacto. Yo intercederé ante el duque. Usaré mi influencia para que cese la
26:39presión sobre vosotros. A cambio, vosotros me cederéis una pequeña parte de vuestras tierras,
26:48una parcela sin importancia estratégica para vosotros, pero que a mí me serviría para un
26:52proyecto personal. Y, por supuesto, firmaremos una alianza comercial. Vuestro
27:00productos tendrán prioridad en mis canales de distribución.
27:05El silencio que siguió a la propuesta fue tan denso que se podía cortar con un cuchillo.
27:13Bernardo y Mercedes estaban atónitos. La oferta era, inesperadamente razonable. Demasiado razonable.
27:22¿Por qué? Preguntó Mercedes, entrecerrando los ojos. ¿Por qué harías esto por nosotros? ¿Qué
27:28gana realmente? No me creo que sea solo por una parcela de tierra.
27:34Digamos que mis intereses y los del duque no siempre están alineados. Respondió Victoria,
27:39con una estudiada ambigüedad.
27:41La cruzada personal de vuestro suegro está empezando a tener consecuencias imprevistas,
27:49consecuencias que afectan a mis propios planes a largo plazo.
27:55A veces, para mantener el equilibrio, es necesario apoyar a la pieza que el otro jugador está a punto
28:01de eliminar del tablero. Consideradlo una maniobra estratégica, una tregua temporal en nuestro
28:09conflicto particular, para hacer frente a una amenaza mayor y más irracional.
28:17La propuesta era un dilema diabólico. Por un lado, era una posible salvación,
28:22un respiro en una guerra que estaban perdiendo.
28:24Por otro, ¿cómo podían fiarse de Victoria? ¿Y si era una trampa más elaborada? ¿Una
28:33forma de hacerles bajar la guardia para asestarles el golpe de gracia? ¿Una condena disfrazada de
28:39salvación? Tenemos que pensarlo. Dijo Bernardo finalmente, su mente trabajando a toda velocidad,
28:48sopesando los riesgos y los posibles beneficios.
28:50Por supuesto, concedió Victoria, su rostro impasible, pero no tardéis demasiado.
29:02La paciencia del duque tiene un límite, y la mía también. Salieron del despacho sintiéndose
29:07como si acabaran de caminar por un campo de minas. La oferta de Victoria pendía sobre ellos como la
29:16espada de Damocles. Más tarde, el agobio pudo con Mercedes. La presión era insoportable. Necesitaba
29:25hablar con alguien que estuviera fuera de la ecuación inmediata, alguien cuya perspectiva
29:30fuera a la vez íntima y lúcida. Buscó a Adriana. La encontró en el jardín, cuidando de sus rosas con
29:39una concentración que Mercedes sabía que era una forma de evasión de sus propios problemas.
29:47Adriana, ¿puedo hablar contigo? Adriana se giró, limpiándose las manos en el delantal.
29:56Vio la angustia en el rostro de Mercedes y supo que algo grave ocurría. Claro que sí, tía.
30:02¿Qué pasa? ¿Pareces haber visto un fantasma? Peor que eso. He visto a Victoria Valdés ofreciéndonos
30:11la salvación. Mercedes le contó toda la conversación, cada palabra de la propuesta
30:19de Victoria, la lógica fría detrás de ella. Adriana escuchaba atentamente, su expresión
30:28seria. Es una trampa. Dijo Mercedes finalmente, su voz temblando. Tiene que serlo. Pero, Dios mío,
30:39Adriana, es tan tentadora. Bernardo la está considerando. Cree que quizás sea nuestra única
30:46salida. Y yo, yo estoy aterrorizada. ¿De qué tienes miedo exactamente? Preguntó Adriana con suavidad.
30:53Tengo miedo de firmar un pacto con el diablo. Tengo miedo de que este acuerdo sea una soga
31:01que nos ponemos nosotros mismos al cuello, y que Victoria simplemente esperará el momento
31:05oportuno para tirar de ella. Siento que nos está ofreciendo un vaso de agua en el desierto,
31:13pero sé, en el fondo de mi alma, que el agua está envenenada.
31:17Se sentó en un banco de piedra, escondiendo el rostro entre las manos. Las lágrimas que
31:25había estado conteniendo finalmente comenzaron a caer.
31:31Estoy tan cansada de luchar, Adriana. Cansada de vivir con miedo, de mirar por encima del hombro,
31:37de temer por mis hijos, por Bernardo. A veces pienso que vendería mi alma por un solo día de paz.
31:47Y ella lo sabe, Victoria lo sabe, y está usando nuestra desesperación contra nosotros.
31:55Adriana se sentó a su lado y la abrazó. No ofreció soluciones fáciles ni palabras vacías.
32:03Simplemente le ofreció el consuelo de su presencia, un gesto de solidaridad en medio de la tormenta.
32:08No estás sola en esto, tía Mercedes. Susurró. No toméis ninguna decisión precipitada.
32:21Analicemos esto juntas. Victoria es una estratega. Sí, pero incluso los mejores estrategas tienen puntos ciegos.
32:28Quizás su propuesta no es una trampa, sino un error de cálculo por su parte. O quizás, quizás realmente está viendo que el duque se ha convertido en un animal rabioso que amenaza con destruir todo el coto de caza, incluyéndola a ella.
32:45Las palabras de Adriana, aunque no disipaban el miedo, ofrecían una nueva perspectiva.
32:56Una brizna de esperanza. Pero la decisión final seguía siendo de ellos, un peso abrumador sobre sus hombros.
33:02El lunes, ese día que se cernía sobre todos ellos, prometía ser un crisol de emociones.
33:14En la casa pequeña, la identidad y las intenciones del misterioso Silas seguían siendo una incógnita que podía significar tanto la seguridad como un peligro mortal para el pequeño Evaristo.
33:24En la casa del capataz, la presencia de doña Amanda actuaba como un catalizador, empujando a Leonardo hacia una confesión que podía destrozar su vida o, quizás, empezar a sanarla.
33:42Y en el corazón de Valle Salvaje, una posible tregua, un acuerdo envenenado, estaba sobre la mesa, una decisión que podría redefinir las alianzas y el equilibrio de poder para siempre.
33:54El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras, una belleza cruel e indiferente a los dramas humanos que se desarrollaban bajo él.
34:09Para los habitantes de Valle Salvaje, no era el final del día, sino la calma tensa antes de la inevitable explosión.
34:16El capítulo 220 estaba a punto de comenzar, y con él, el siguiente y desgarrador acto de su historia.

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