Cristiano Ronaldo vivió un momento incómodo al llegar al hotel de concentración. Un aficionado ignoró el orden de los presentes y se interpuso bruscamente en su camino, obligando al jugador a frenar de forma repentina.
Ronaldo, molesto por la falta de respeto, le pidió que se apartara. Al no obtener respuesta, lo hizo a un lado con la mano para seguir avanzando.
El incidente, captado por varios móviles, ha generado opiniones divididas: algunos defienden su reacción, otros creen que fue excesiva.
Lo cierto es que el episodio vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre los límites del fanatismo y el respeto a la figura pública.