Durante una alocución presidencial el 15 de julio, el presidente Gustavo Petro sorprendió con una declaración que ha generado controversia a nivel internacional: propuso que la Estatua de la Libertad sea trasladada desde Nueva York a Cartagena, como símbolo de verdadera libertad en América Latina. El mandatario arremetió contra las políticas migratorias de EE.UU., mencionó directamente a Donald Trump y calificó el trato a los migrantes como inhumano.
¿Es esta una provocación diplomática o un llamado a la reflexión sobre los derechos humanos?