En cuanto ve un trozo de madera, José Guadalupe Figueroa Murrieta, de 59 años, no observa ramas ni raíces secas: ve figuras que esperan nacer.
Para él, todo lo que muere en forma de madera puede volver a la vida en una escultura que conserve su esencia para siempre.
Originario del ejido La Labor, recuerda que desde niño modelaba figuras de lodo cada vez que llovía. Las horneaba como si fueran pequeñas obras de arte, sin imaginar que esa inquietud infantil se convertiría en su vocación.
00:00Originario del ejido La Labor, José Guadalupe Figueroa Murrieta ha dedicado su vida a tallar esculturas en madera muerta, especialmente en palo fierro.
00:10Desde niño mostró interés por el modelado, y tras trabajar como pulidor en un taller artesanal durante su adolescencia, en 1985 fundó su propio taller.
00:22Una de sus piezas favoritas es la del danzante del venado que talló hace cuatro años.
00:27La figura proviene de un tronco que fue arrastrado por una fuerte avenida del río San Miguel.
00:33Para muchos, representa la cultura y la resistencia del noroeste de México.
00:39Es todo, mira, aquí se le va y ven, están muchas grietas, muchos antro animales por aquí, toda una vida, más de mil años deben de tener estos trozos.
00:49Hoy, sueña con tallar el rostro de Cristo en una piedra bola del cerro donde vive.
00:54Un nuevo reto para un artista que da alma a la madera.