Como dejamos patente cada día y supongo que les ocurre a muchos de ustedes, estamos con el alma en vilo, a la espera de elecciones.
Aquí, en Periodista Digital, nos dividimos en dos grupos. Uno, el de los pesimistas, resignado a no ir a las urnas hasta 2027.
Otro, del que formamos parte Josué Cárdenas, Bertrand Ndongo y yo, convencido de que al marido de Begoña se le cae el tenderete cualquier día y de que votamos y le damos una patada en el trasero antes de Navidades.