En Bocas del Toro, la provincia del banano y el cacao, el viernes 20 de junio no fue un día cualquiera. En esta provincia agrícola, fronteriza, el Gobierno decretó la suspensión de las garantías constitucionales, y con ella, se apagó el Internet, el derecho a protestar, y también el de hablar. En Changuinola, epicentro de las protestas, la policía fue replegada por turbas que incendiaron más de cinco vehículos en el aeropuerto local, destrozaron las instalaciones del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imlcf), del Servicio Nacional de Protección Civil, prendieron fuego a la Dirección de Investigación Judicial y saquearon locales comerciales. Según versiones no oficiales, varias personas quedaron atrapadas en las oficinas del Imlcf sin poder salir por la violencia en las calles.