En una jornada de caos en Buenos Aires, manifestantes y fuerzas policiales se enfrentaron cerca del Congreso de la Nación. La protesta, que inicialmente parecía ser en apoyo a los jubilados, derivó en una violenta batalla campal con gases lacrimógenos y piedras volando por doquier. La policía avanzó para dispersar a los manifestantes, resultando en al menos siete detenciones, algunas personas portaban armas de fuego y cuchillos. Los disturbios se extendieron hacia Plaza de Mayo, donde la situación sigue siendo tensa. Comercios cerrados y vehículos incendiados reflejan el clima de inseguridad que se vive en la ciudad.