Luis Enrique, actual técnico del Paris Saint-Germain y campeón de la Champions con el club francés, reconoció públicamente que pudo haber entrenado al Atlético de Madrid en 2011.
En ese entonces, tras dejar el Barcelona B, recibió una oferta directa de Miguel Ángel Gil Marín, quien ya valoraba su estilo de juego y carácter competitivo.
Sin embargo, Lucho ya había dado su palabra a la Roma y decidió respetar su compromiso.
La historia pudo haber sido muy diferente. De haber aceptado, Luis Enrique habría tomado el relevo de Manzano y no habríamos visto la era gloriosa de Simeone en el banquillo rojiblanco.
El propio técnico asturiano fue claro: no habría tenido la energía para durar tanto tiempo como el argentino.
Hoy, el destino los vuelve a enfrentar en Pasadena, con un Atlético-PSG que va más allá de lo deportivo.
El pasado, presente y futuro de ambos banquillos se cruzan en un encuentro que invita a imaginar cómo pudo haber sido todo si Lucho hubiera dicho que sí.