En el estadio de Son Moix, el ambiente se volvió tenso y hostil en el tramo final de la temporada del Mallorca.
Tras semanas de resultados decepcionantes y un juego sin rumbo, la ruptura entre la afición y parte del vestuario quedó al descubierto.
Durante el duelo, los cánticos le reprochaban a los jugadores que estanban de vacaciones, lo que provocaron la reacción del lateral Pablo Maffeo, quien respondió desde el banquillo con gestos irónicos hacia la grada de animación.
Esto desató una ola de gritos de “Maffeo vete ya”, evidenciando el malestar acumulado.
La situación no mejoró con el canadiense Cyle Larin, autor del 1-2, que mandó callar a la grada tras su gol. Su gesto fue respondido con un clamor generalizado: “Larin vete ya”.
La tensión se trasladó al campo, y el propio Manu Morlanes lamentó públicamente el enfrentamiento directo entre jugadores y aficionados, algo que calificó de inédito y perjudicial para el equipo.
Este episodio refleja una temporada que termina con fractura interna, desilusión en las gradas y muchas preguntas sobre el futuro del club.