Durante las celebraciones del FC Barcelona en las calles de Barcelona, Íñigo Martínez, defensa vasco del club, protagonizó uno de los momentos más comentados del evento al lucir una ikurriña en la espalda y ondear una estelada gigante.
Este gesto ha generado una intensa oleada de reacciones en redes sociales, donde se le acusa de promover el independentismo y faltar el respeto a España.
El revuelo ha ido en aumento con la publicación de un tuit desde una cuenta fan que compartió una imagen del jugador con la bandera independentista, acompañada del mensaje: “Una bandera no es odio”.
Aunque no fue escrito por el futbolista, el mensaje ha provocado más de 22.000 “likes” y cientos de respuestas cargadas de indignación.
Numerosos usuarios le exigen coherencia, instándolo a rechazar la camiseta de la selección española. Otros, en cambio, defienden su libertad de expresión y su identidad cultural vasca.
Mientras tanto, Íñigo Martínez mantiene silencio, aunque su gesto ya es interpretado por muchos como una declaración política clara.
El uso del deporte como herramienta de expresión política sigue generando controversia. La cuestión ahora es si este tipo de manifestaciones deben tener consecuencias deportivas o si entran dentro del marco legítimo de la libertad individual.