La compra de videojuegos en plataformas como Steam y PlayStation se ha vuelto un desafío económico para los gamers argentinos debido a la carga impositiva. Con impuestos que superan el 50%, un juego de 10 dólares puede costar hasta 18,000 pesos. Esta situación ha generado debate sobre la posible reducción de impuestos para aliviar el costo de los videojuegos, especialmente tras las recientes fluctuaciones del dólar oficial y el dólar tarjeta. Mientras tanto, los jugadores continúan disfrutando de títulos populares como FIFA y GTA, aunque con un impacto significativo en sus bolsillos.