El gobierno argentino ha implementado un nuevo régimen cambiario que permite la fluctuación del dólar entre 1000 y 1400 pesos, eliminando el dólar oficial previamente fijado. Este cambio busca estabilizar el mercado cambiario mediante la oferta y demanda, con intervención del Banco Central si el precio supera los 1400 pesos. Las personas físicas tienen acceso total al mercado, mientras que las empresas enfrentan ciertas restricciones.