La Semana Santa es un tiempo de reflexión, de contemplación, oración, ayuno y dar limosna, un momento para recogerse en familia por ese sacrificio que hace Dios entregando a su hijo para que muera en la cruz. “Sin embargo, no queda en la cruz, la tumba está vacía porque resucita”, así describe este tiempo importante para los cristianos el diácono permanente de la Iglesia católica Boris Castillo.