El auge de las plataformas de streaming ha revolucionado la forma en que consumimos contenido audiovisual, pero también ha generado preocupaciones sobre posibles prácticas monopolísticas. Un número reducido de grandes empresas como Netflix, Disney+, Amazon Prime Video, HBO Max, entre otras de gran demanda, dominan el mercado, lo que limita la competencia y puede afectar la diversidad de contenido y los precios.