El dicho "demasiado de algo bueno" también se aplica al cuidado de la piel. El uso excesivo de productos, alimentado por las redes sociales, conduce a complicadas rutinas que pueden no ser adecuadas para tu piel. Cuando el cuidado de la piel va mal, el cutis da la voz de alarma. Las manchas rojas, la urticaria y la sensación de quemazón pueden indicar una dermatitis alérgica de contacto. Los signos de una barrera protectora dañada incluyen sequedad, descamación, picor y tirantez. El uso excesivo de productos de cuidado de la piel también puede agravar problemas subyacentes como el eccema y la rosácea. Aplicar demasiados productos o utilizar fórmulas pesadas que obstruyan los poros puede provocar o empeorar las imperfecciones. Para evitar estos inconvenientes, sigue una rutina de cuidado de la piel equilibrada que se adapte a las necesidades específicas de tu piel.