La inflamación puede ser muy útil para nuestro organismo, pero cuando hablamos de reducirla, nos referimos a la inflamación perjudicial. La inflamación crónica persiste en el organismo durante mucho tiempo y puede ser desencadenada por diversos factores, como enfermedades y la falta de sueño. Las cebollas y el ajo no sólo son buenos complementos para las comidas, sino que también ofrecen antioxidantes en forma de vitaminas A y C. Las verduras de hoja verde, como las espinacas, también aportan vitaminas A y C y son ricas en fibra, que ayuda a reducir la inflamación. Los tomates se utilizan a menudo en los platos y ofrecen los tres carotenoides que ayudan a reducir la inflamación y disminuir el riesgo de enfermedades. Los pimientos son estupendos cuando se quiere añadir un toque extra de sabor al plato, además de ser una excelente fuente de vitamina C antioxidante. Por último, aunque no son las favoritas de todos, las setas son ricas en fibra y también contienen antioxidantes como las vitaminas B2 y B3.