Alfonso Rojo: “De las gilipolleces del ministro Garzón a la cobardía de Gabilondo y los del PSOE”

  • hace 2 años
Si al socialista Sánchez no le hubiera dado por asalariar a cuenta nuestra a la friolera de 22 ministros, quizá a estas horas nos estaríamos ahorrando gilipolleces como ‘la huelga de juguetes’ que promueve, con 80.000 euros de nuestros impuestos, el inepto Alberto Garzón.

El comunista Garzón, que ya intentó fijar por ley que no comiéramos chuletones o filetes, ahora intenta decidir los objetos con los que jugar, para que el niño, la niña o el niñe no nos salga facha o cualquier otra cosa.

Y en un prodigio de estupidez, desde el Ministerio de Consumo, convoca a la 'huelga' a las muñecas de Famosa, para que no vayan al portal de Belén esta Navidad.

Es una majadería de tal calibre, que no merece ni siquiera que perdamos un segundo más en ella, máxime teniendo sobre la mesa una atrocidad como es el ‘apedreamiento’ político, social y moral a un niño catalán de cinco años, por exigir su familia que se cumpla la ley y pueda estudiar en español el 25% de las materias que se imparten en su escuela.

Supongo que ya están enterados de que el socialista Ángel Gabilondo, nuestro flamante y recién nombrado Defensor del Pueblo, alegó la pasada noche en TVE que carecía de datos para pronunciarse sobre el tema.

Y que el sectario Fortes, conductor del programa 24 Horas, ni se atrevió a sugerir que basta escuchar la COPE o echar un vistazo a Periodista Digital o a cualquiera de los medios que no estamos en la nómina de subvencionados de La Moncloa, para enterarse de que a ese crío se le está masacrando en redes sociales, que muchos otros padres del colegio han hecho comentarios con tintes racistas, y algunos exponentes del independentismo pata negra han llegado a proponer un apedreamiento de la vivienda de su familia, además de que se aísle al chaval como si fuera un leproso.

Y aquí viene lo más indignante, que es la actitud de Pedro Sánchez y sus compinches.

Si un homosexual denuncia una agresión en Malasaña, más falsa que un euro de madera, por cierto, el Gobierno socialcomunista activa todos los resortes y convoca de urgencia la Comisión de Delitos de Odio, mientras acusa a la derecha de sembrar la semilla de la intolerancia, sin esperar a que la Policía confirme la veracidad de los hechos.

Pero si una familia española, residente en Cataluña, recurre a la Justicia y denuncia el linchamiento del que está siendo objeto, Sánchez, Marlaska, Calviño, Robles y colegas permanecen mudos como puertas.

La razón es muy simple: a Sánchez y al PSOE, el sufrimiento de esa familia de Barcelona le resulta indiferente, porque los odiadores, los inquisidores, los racistas, son sus socios, golpistas catalanes desprovistos de la mínima empatía para ponerse en el pellejo de las víctimas.

Este el nefasto Gobierno que tenemos y al que hay que mandar al paro, en cuanto tengamos la oportunidad de votar en unas elecciones.

Se lo digo sin pasión: lo de Sánchez y sus compinches provoca náuseas.

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