ANALISIS SEKIRO SHADOWS DIE TWICE

  • hace 5 años
Después de haber invertido más de 30 horas en Sekiro Shadows Die Twice os traemos un análisis en vídeo de la última obra de From Software (el equipo dirigido por Hidetaka Miyazaki y responsable de la saga Dark Souls y Bloodborne).  Ambientado en el Japón del S. XVI, nosotros encarnamos a un shinobi, el Lobo de un solo brazo, que debe recorrer los territorios del clan rival, los Ashina, para rescatar a su joven señor. Sekiro no sólo es un juego difícil, sino que recupera la esencia "soulsborne" y la transforma introduciendo elementos nunca antes vistos en un juego de estas características, como la verticalidad en el diseño de los escenarios -merced a un garfio que podemos lanzar con nuestro brazo prostético- o un sistema de combate que interpreta a la perfección el alma de la espada japonesa.

Los enfrentamientos en Sekiro están basados en detener los ataques rivales en el momento preciso, levantando nuestra guardia (que en el juego se ha bautizado como "postura") y contraatacar utilizando las artes shinobi; las técnicas de combate que podemos ir aprendiendo y mejorando durante el juego. Y por supuesto, tampoco podemos dejar de lado nuestra habilidad para pasar desapercibidos y colocarnos a la espalda de los centinelas Ashina para acabar con ellos de un tajo. 

Como podéis ver en nuestra video review, Sekiro alterna momentos de una violencia salvaje con escenarios de gran belleza, que captan e espíritu nipón gracias a las construcciones, una naturaleza sobrecogedora y elementos como la sakura, el roble japonés y los bosques de bambú, que nos van introduciendo, poco a poco, en un viaje a las profundidades, con niveles cada vez más oscuros y decadentes. Sekiro Shadows Die Twice ya está disponible para PS4, Xbox One y PC. 

Pocos juegos son capaces de captar la esencia de la exploración, el miedo a lo desconocido y la excitación del combate como éste. Es una obra que nos pone a prueba como jugones. Después de recorrer la hacienda Hirata, el templo Senpo o los dominios Ashina una y otra vez, de memorizar dónde nos espera cada enemigo y cómo se comporta... al final sigue sorprendiéndonos, hasta en los elementos más pequeños.