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#LaPromesaÁngela #secuestradaCurro #enfrenta
Ángela secuestrada, Curro enfrenta a Lorenzo
En los próximos episodios de La Promesa, la tensión alcanza su punto máximo cuando Ángela descubre pruebas irrefutables del oscuro entramado criminal de Lorenzo. Pero justo antes de entregarlas, es brutalmente secuestrada. Atada y aislada en un granero olvidado, con los documentos escondidos junto a su piel, Ángela se aferra a la esperanza de que alguien la rescate. Curro, guiado por el amor y una pista inesperada, se lanza a una carrera contrarreloj ...
#LaPromesaÁngela, #secuestradaCurro, #enfrenta, #Lorenzo
Ángela secuestrada, Curro enfrenta a Lorenzo
En los próximos episodios de La Promesa, la tensión alcanza su punto máximo cuando Ángela descubre pruebas irrefutables del oscuro entramado criminal de Lorenzo. Pero justo antes de entregarlas, es brutalmente secuestrada. Atada y aislada en un granero olvidado, con los documentos escondidos junto a su piel, Ángela se aferra a la esperanza de que alguien la rescate. Curro, guiado por el amor y una pista inesperada, se lanza a una carrera contrarreloj ...
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CortometrajesTranscripción
00:00Alejo dispara al duque, pero elige justicia. La tormenta al fin ha estallado en el valle
00:15salvaje, y ha dejado a su paso cenizas, lágrimas y decisiones que cambiarán el destino de todos.
00:24Alejo, cegado por la brutal agresión a Luisa, irrumpe armado en la casa grande para encarar
00:29al hombre que lo marcó de por vida, su padre, el duque José Luis. El disparo retumba en los muros
00:37de la aristocracia, pero no mancha su alma. En cambio, su promesa de destruirlo con la verdad
00:43marca el inicio de una guerra sin armas, pero con todo por perder. Mientras tanto, Adriana confronta
00:52a Julio y Úrsula, arrancando las máscaras de una conspiración que pretendía arrebatarle su libertad
00:58y su amor. Su abrazo con Rafael, forjado entre traición y coraje, se convierte en el refugio
01:06que siempre buscó. Y cuando Leonardo por fin se deja alcanzar por el amor tenaz de Bárbara,
01:14guiado por las palabras sabias de su madre Amanda, nace una esperanza en medio de la lucha.
01:19Ya no hay marcha atrás. El valle ha cambiado para siempre. Un capítulo final. Que no es un final,
01:27sino el principio de una nueva batalla. Una guerra donde el amor, la verdad y el valor serán las
01:34únicas armas que importan. El aire en el valle salvaje se había vuelto denso, casi irrespirable,
01:42cargado con la electricidad estática que precede a las peores tormentas. No era una tormenta de nubes
01:49y lluvia, sino una de furia y sangre, una que se había estado gestando en los corazones de sus
01:55habitantes durante generaciones y que ahora, finalmente, estaba a punto de estallar con
02:00una violencia inaudita. Para Alejo, el mundo se había reducido a un túnel de percepción teñido
02:08de rojo. El informe del capataz, entregado con voz temblorosa y ojos llenos de pavor,
02:14había sido como un martillazo en el alma. Luisa, su leal, su valiente Luisa, la mujer que había sido
02:22un pilar de entereza para los jornaleros y un faro de decencia en la casa pequeña, había sido atacada.
02:29No fue un accidente, no fue un robo, fue un acto de brutalidad calculado, una advertencia escrita con
02:36sangre y huesos rotos. Y en el fondo de su ser, en ese lugar oscuro donde residen las verdades que
02:44preferiríamos ignorar, Alejo supo, con una certeza que le geló la sangre antes de hacerla hervir,
02:50quien había dado la orden. Su padre, el duque de Galvez de Aguirre, José Luis, el nombre resonaba
02:59en su cráneo como una campana fúnebre. Cada sílaba era un eco de años de crueldad, de desprecio,
03:07de una tiranía silenciosa que había envenenado el valle. Pero esto era diferente. Esto cruzaba una
03:14línea que ni siquiera en sus peores pesadillas había imaginado que su padre se atrevería a profanar.
03:19Atacar a una mujer indefensa, una de su propia gente, para enviarle un mensaje a él, a su hijo.
03:28Era la encarnación de la cobardía más abyecta, la marca de un monstruo que ya no merecía el aire
03:34que respiraba. El dolor por Luisa se mezclaba con una rabia tan pura y primordial que lo consumía todo.
03:41No había espacio para la razón, para la duda, para el miedo. Solo había un propósito,
03:50un camino llameante que se abría ante él, la venganza. Una venganza que no buscaría justicia
03:57en los tribunales corruptos ni consuelo en las palabras vacías. Buscaría la única justicia
04:04que un hombre como su padre podría entender, la del final. Se movió con una calma aterradora,
04:11la calma del ojo del huracán. Sus pasos resonaron en los pasillos de la casa pequeña,
04:18cada uno un golpe de martillo en el yunque del destino. Ignoró las miradas preocupadas de los
04:25sirvientes, los susurros ahogados. Se dirigió directamente al despacho de su difunto abuelo,
04:31un santuario de tiempos más nobles que su padre había profanado con su mera existencia.
04:35Allí, sobre la chimenea de piedra, descansaba una vieja escopeta de caza, una vereta de dos
04:43cañones que había pertenecido a su abuelo. La había usado para cazar jabalíes en los montes
04:49del valle. Ahora, encontraría un uso para una bestia de una calaña muy diferente.
04:54La tomó en sus manos. El acero estaba frío, pero el peso se sentía correcto,
05:01una extensión de su propia voluntad implacable.
05:06Rompió los cañones y, con dedos firmes, introdujo dos cartuchos. El chasquido metálico
05:12al cerrar el arma fue el sonido más definitivo que había escuchado en su vida.
05:16Era el sonido de una promesa. Una promesa de muerte. Bernardo lo encontró en la puerta,
05:24con la escopeta en la mano y una tormenta en los ojos.
05:28El rostro del capataz, usualmente un mapa de surcos de trabajo y preocupación, estaba
05:34pálido por el shock.
05:38Señorito Alejo, por el amor de Dios, ¿qué va a hacer? Justicia, Bernardo. La única que
05:44queda, respondió Alejo, su voz un susurro grave, como el roce de la piedra contra la piedra.
05:52No puede, no así, piense en las consecuencias. Si usted, las únicas consecuencias que importan
05:59ahora son las que él va a enfrentar. No intentes detenerme, Bernardo. Te lo ruego,
06:06hoy no. Bernardo vio en sus ojos que no había argumento posible. No estaba hablando con el
06:13joven idealista que había regresado al valle para reclamar lo que era suyo. Estaba hablando con un
06:20hombre que había sido empujado más allá del límite de su resistencia, un hijo cuya alma había
06:25sido fracturada por la monstruosidad de su propio padre. Asintió lentamente, una lágrima de impotencia
06:33y lealtad rodando por su mejilla curtida. Vaya con Dios, entonces, y que él se apiade de todos
06:40nosotros. Alejo salió a la luz del atardecer. El cielo, teñido de naranjas y púrpuras violentos,
06:49parecía un reflejo del cataclismo que se agitaba en su interior. No tomó un caballo, iría a pie,
06:57quería sentir la tierra del valle bajo sus botas en cada paso del camino hacia la casa grande.
07:04Quería que la distancia le diera tiempo, no para reconsiderar, sino para afianzar su resolución.
07:12Cada metro recorrido sería un clavo más en el ataúd de José Luis Gálvez de Aguirre.
07:18Mientras la furia de Alejo incendiaba el camino entre las dos casas, otra tormenta,
07:23más silenciosa pero igualmente devastadora, se desataba en el corazón de Adriana.
07:29La revelación había caído sobre ella como una losa de granito. Las palabras de Rafael,
07:35llenas de una dolorosa sinceridad, habían destrozado el último vestigio de confianza
07:40que albergaba hacia su primo, Julio. No era solo el hecho de que Julio y Úrsula estuvieran conspirando.
07:48Era la naturaleza de la conspiración. Un plan retorcido y cruel diseñado para separarla del
07:54hombre que amaba, para acorralarla y empujarla de vuelta a los brazos de Julio,
07:59como si fuera una propiedad que se pudiera reclamar.
08:03La confianza que había depositado en su primo, la creencia en su bondad fundamental,
08:09en su afecto fraternal, se había hecho añicos, revelando un andamiaje de egoísmo y manipulación.
08:15Se sentía ingenua, estúpida. Había defendido a Julio, había creído en sus intenciones,
08:23en sus miedos por su bienestar. Y todo era una farsa, una elaborada obra de teatro en la que ella
08:30era la marioneta principal. La rabia bulía bajo la superficie de su dolor, una rabia fría y cortante.
08:38Rafael la observaba, su rostro una mezcla de amor y preocupación.
08:45Adriana, lo siento, siento tener que ser yo quiente. Ella levantó la mano, deteniéndolo.
08:53Sus ojos, usualmente dos pozos de calidez y dulzura, eran ahora fragmentos de hielo.
08:58No, no lo sientas. Gracias, gracias por abrirme los ojos. ¿Qué vas a hacer? Preguntó él, temiendo la
09:08respuesta. Adriana se puso de pie, su postura recta, su decisión inquebrantable. Voy a enfrentarlos.
09:17A los dos, ahora mismo, necesito escuchar la mentira salir de sus propias bocas. Necesito que
09:24sepan que yo lo sé todo. Se dirigió hacia la casa de los Gálvez de Aguirre, donde Julio se
09:31alojaba temporalmente. Rafael la siguió, sin decir una palabra, convirtiéndose en su sombra silenciosa,
09:40un guardián dispuesto a protegerla de las réplicas del terremoto que estaba a punto de provocar.
09:45Encontraron a Julio y a Úrsula en el pequeño salón, conversando en voz baja, sus cabezas juntas
09:53en una intimidad conspiradora que a Adriana le revolvió el estómago. Al verlos, la escena
10:00se congeló. Úrsula tuvo el descaro de sonreír, una sonrisa torcida y triunfante que no llegó
10:06a sus ojos. Julio, por otro lado, palideció visiblemente. Vio la expresión en el rostro de
10:14Adriana, la presencia estoica de Rafael a su lado, y supo que el juego había terminado.
10:21Adriana, comenzó Julio, su voz un intento fallido de sonar casual. No te atrevas a pronunciar mi
10:27nombre como si todavía tuvieras algún derecho a él. Lo cortó Adriana, su voz temblando con una
10:33furia contenida. Úrsula se levantó, adoptando una postura de falsa ofensa. Pero qué modales son
10:41esos, primita. Así es como te ha enseñado a comportarte éste. Advenedizo, Adriana giró su
10:49cabeza lentamente hacia su prima. La intensidad de su mirada hizo que Úrsula retrocediera un paso.
10:55Tú, eres aún más despreciable que él. Al menos él tiene la excusa de un amor no correspondido,
11:01por muy retorcido que sea. Pero tú, ¿cuál es tu excusa, Úrsula? ¿El simple placer de destruir? ¿La
11:10envidia que te corroe por dentro? No sabes de lo que hablas. Si sé Úrsula. Oh, lo sé perfectamente.
11:18Replicó Adriana, dando un paso al frente. Sé de vuestro pequeño y patético pacto. Sé que le has
11:26contado a Julio una versión distorsionada de tu historia con Rafael, y sé que tú, Julio,
11:32la has usado para intentar envenenarme el corazón. Sé que le presionaste para que te hiciera concesiones,
11:40como si el amor y el respeto fueran monedas de cambio. Y sé que todo esto lo hicisteis a mis
11:47espaldas, tratándome como a una niña tonta que puede ser fácilmente manipulada.
11:54Julio se quedó sin palabras. La acusación era tan precisa, tan directa, que no había escapatoria
12:00posible. Miró a Rafael, buscando una explicación, pero solo encontró un desprecio gélido, como
12:08no. Como lo sé, terminó Adriana por él, porque a diferencia de ti, Julio, Rafael me
12:16respeta. Me valora, no me oculta las cosas por mi propio bien. Me cuenta la verdad, por
12:23muy dolorosa que sea. Eso es el amor, Julio. Algo que tú, en tu egoísmo, nunca entenderás.
12:33Úrsula, viendo que la estrategia de la negación había fracasado, cambió de táctica. Optó por el
12:40ataque directo. ¿La verdad? ¿De verdad crees que este hombre te ha contado toda la verdad? Por favor,
12:46Adriana, no seas tan crédula. Fui yo quien le enseñó lo que es ser un hombre. Y ahora viene a contarte
12:54cuentos de hadas. Cierra la boca, Úrsula. Advirtió Rafael, su voz baja y peligrosa. Pero Adriana no
13:03necesitaba que la defendieran. Se enfrentó a Úrsula, su rostro a centímetros del de su prima.
13:08Tu historia con Rafael, sea cual sea, es vuestro pasado. No me importa, lo que me importa es el
13:16presente. Y en el presente, tú eres una víbora venenosa y mi primo es un traidor. Habéis intentado
13:24destruir mi felicidad. Y habéis fracasado. Se giró hacia Julio, y esta vez, había dolor en su mirada,
13:33el dolor de una herida profunda e inesperada. Creí en ti, Julio. A pesar de todo, creí que en
13:42el fondo me querías de verdad, como a una hermana. Me equivoqué. El amor no manipula. El amor no
13:50engaña. El amor no traiciona. Lo que tú sientes por mí no es amor. Es posesión. Y yo no soy un objeto
13:57para ser poseído. Cada palabra era un golpe. Julio se encogió, como si lo estuvieran abofeteando
14:04físicamente. La máscara de chico bueno y preocupado se desmoronó, revelando al hombre desesperado y
14:11perdido que había debajo. Adriana, yo, yo solo quería protegerte. Protegerme de mi propia felicidad.
14:19Julio, exclamó ella, su voz finalmente quebrándose. Protegerme de un hombre bueno y honorable para
14:26mantenerme atada a tu lado. Eso no es protección, Julio. Es una jaula. Sin decir una palabra más,
14:35Adriana se dio la vuelta. Rafael le puso una mano en la espalda, un gesto de apoyo sólido y
14:41reconfortante. Juntos, salieron del salón, dejando atrás a los dos conspiradores en medio de las ruinas
14:49de su plan. Úrsula miró a Julio con desprecio. Bueno, tu brillante idea ha sido un éxito rotundo.
14:59La has perdido para siempre. Julio no respondió. Se dejó caer en un sillón, con la cabeza entre las
15:06manos. No solo había perdido a Adriana, se había perdido a sí mismo. En su desesperado intento por
15:14aferrarse a ella, se había convertido en la clase de hombre que siempre había despreciado. Un mentiroso,
15:21un manipulador. Un Galvez de Aguirre en el peor sentido de la palabra. Y esa constatación era más
15:28dolorosa que cualquier rechazo. En la casa grande, la atmósfera era de una calma artificial,
15:36tan frágil como una capa de hielo sobre un lago profundo y oscuro. Victoria se movía por los salones
15:44con la gracia de una reina, supervisando los preparativos para su inminente boda. Su sonrisa
15:51era radiante, su voz meliflua, pero sus ojos eran fríos y calculadores. La noticia del incidente con
15:59la jornalera de la casa pequeña le había llegado como un susurro conveniente. Un golpe maestro de
16:06José Luis, un poco crudo para su gusto, pero efectivo, serviría para poner en su sitio al rebelde
16:12de Alejo. José Luis, por su parte, se regodeaba en su propio poder. Estaba en su estudio, una habitación
16:20revestida de madera oscura y olor a cuero viejo y arrogancia, sirviéndose un brandy.
16:27La cordialidad forzada que Victoria le había impuesto le resultaba tediosa, pero entendía su lógica.
16:36Mantener las apariencias hasta después de la boda era crucial. Una vez que su unión fuera un hecho,
16:41su poder combinado sería incontestable. El valle salvaje sería suyo, en su totalidad. Matilde,
16:50sin embargo, no se dejaba engañar. Desde la cocina de la casa grande, donde pasaba más tiempo del
16:58necesario para mantener los oídos abiertos, observaba y escuchaba. La repentina paz entre
17:06Victoria y José Luis era la calma que precede al desastre. Se lo había confesado a Mercedes en voz
17:14baja, mientras amasaban pan. Esto huele a trampa, Mercedes. A una trampa mortal. La noticia del ataque
17:23a Luisa confirmó sus peores temores. Sabía que la mano del duque estaba detrás de ello. Y sabía que
17:30la reacción de Alejo no se haría esperar. Su corazón de madre postiza se encogió de pánico.
17:38Rezaba para que la sensatez prevaleciera, pero conocía el temperamento de Alejo,
17:43la herencia de fuego y honor que corría por sus venas.
17:46Ese chico va a cometer una locura. Le susurró a Mercedes, sus manos temblando tanto que apenas
17:54podía sostener la taza de tila. Es su padre, Matilde. ¿Qué otra cosa puede hacer? A veces,
18:02para enfrentarse a un monstruo, hay que estar dispuesto a descender a su guarida. Respondió
18:07Mercedes, su sabiduría forjada en años de servicio y observación.
18:11Y la guarida del monstruo estaba a punto de recibir una visita. La figura de Alejo apareció
18:19en el horizonte, recortada contra el cielo sangrante. Caminaba con un paso firme, la escopeta
18:27sostenida con naturalidad, como si fuera una parte de su brazo. Los guardias de la entrada de la casa
18:34grande lo vieron venir. Hubo un momento de duda. Era el hijo del duque, pero la expresión
18:41de su rostro y el arma en su mano eran una declaración de guerra. Uno de ellos, más joven
18:49y nervioso, levantó su rifle. Alto ahí, señorito Alejo. Alejo ni siquiera redujo el paso. Sus
18:57ojos, fijos en la imponente fachada de la casa, no se desviaron.
19:01Apártate de mi camino, Manuel. No tengo ningún problema contigo. Mi asunto es con mi padre.
19:10No puedo dejarle pasar así. Son las órdenes. Tus órdenes las paga un tirano que manda
19:17golpear a mujeres indefensas. ¿Es a ese hombre a quien quieres servir? La voz de Alejo era baja,
19:25pero cortaba el aire. El guardia vaciló, bajando el rifle unos centímetros. Conocía a Luisa,
19:32su hermana era amiga suya. La duda fue suficiente. Alejo pasó a su lado sin mirarlo, subiendo los
19:40escalones de la entrada de dos en dos. La puerta principal se abrió de golpe, estrellándose contra
19:47la pared. El sonido retumbó en el vestíbulo silencioso. Victoria, que bajaba la gran escalera,
19:55se detuvo en seco, su rostro una máscara de incredulidad y furia. Alejo, ¿qué demonios
20:03significa esto? ¿Has perdido el juicio? Él la ignoró por completo, como si no fuera más que un
20:09mueble caro. Sus ojos rastrearon el lugar, buscando a su presa. ¿Dónde está? Rugió, su voz haciendo
20:19vibrar los cristales de una vitrina cercana. José Luis apareció en la puerta de su estudio,
20:25atraído por el estruendo. Una copa de brandy en una mano, una sonrisa de suficiencia en los labios.
20:34Vaya, vaya, si es el hijo pródigo, regresando al hogar. Aunque me parece que has olvidado tus
20:40modales. Y has traído un juguete poco apropiado. Al ver a su padre, toda la rabia de Alejo se concentró
20:48en un único punto. Levantó la escopeta, apuntando directamente al pecho de José Luis.
20:55El cañón doble parecía una boca oscura y hambrienta. La sonrisa de José Luis vaciló,
21:02pero no desapareció. La arrogancia era su armadura.
21:06¿Y qué piensas hacer con eso, muchacho? ¿Dispararme? ¿En mi propia casa? Tienes agallas,
21:13lo admito. Más de las que pensaba. Victoria soltó un grito ahogado. Alejo,
21:20baja eso inmediatamente. José Luis, haz algo.
21:26Déjalo, querida. Es solo un cachorro enseñando los dientes. No tiene el coraje para morder. Dijo
21:32José Luis, aunque sus ojos no se apartaban de la boca de la escopeta.
21:38¿Coraje? Repitió Alejo, su voz rota por el dolor y la furia. Hablas de coraje tú,
21:44que le pagas a matones para que le partan los huesos a una mujer. Eso no es coraje. Es la marca
21:52de la alimaña más rastrera que pisa esta tierra. Esa jornalera necesitaba una lección.
21:57Y tú también, sobre quién manda en este valle. Hoy vas a aprender tú una leunción. Siseo Alejo,
22:06su dedo índice acariciando el gatillo. Vas a aprender lo que pasa cuando llevas a un
22:12hombre bueno al límite. Vas a aprender que la sangre llama a la sangre. El tiempo pareció
22:19detenerse. El silencio en el vestíbulo era absoluto, roto solo por la respiración agitada
22:24de victoria y el latido ensordecedor en los oídos de Alejo. Estaba a un segundo de hacerlo. A un
22:32movimiento de su dedo de borrar a su padre de la faz de la tierra, de liberar al valle de su veneno.
22:39La imagen de Luisa, ensangrentada y rota, llenó su mente. Era por ella, por todos los que habían
22:46sufrido bajo su yugo. Pero justo cuando la presión en su dedo comenzaba a aumentar, una voz temblorosa
22:53pero firme cortó la tensión. Alejandro, no. Matilde había aparecido desde el pasillo de
23:01servicio, con el rostro bañado en lágrimas. Se interpuso, no físicamente, pero sí con su
23:09presencia, entre él y su padre. No lo hagas, hijo mío. Por el amor de tu madre, no te conviertas
23:18en él. Apártate, Matilde. Esto no es asunto tuyo. Dijo Alejo, sin bajar el arma.
23:27Claro que es asunto mío. Te crie, te vi crecer, y el hombre que yo crie en no es un asesino.
23:34Es un hombre de honor. No dejes que este, que él te lo arrebate. Si lo matas, él gana.
23:39Su maldad te habrá consumido. Habrá destruido al último hombre bueno de la familia Galvez.
23:47Las palabras de Matilde fueron como un ancla en medio de su tormenta de furia. La mención de su
23:52madre. Fue un golpe bajo, pero uno necesario. Recordó su bondad, su gentileza, el horror que
24:01siempre había sentido por la crueldad de su marido. ¿Qué pensaría ella si lo viera ahora,
24:08a punto de cometer un parricidio? José Luis, viendo la vacilación de su hijo, recuperó parte de su
24:15arrogancia. Escucha a tu niñera, muchacho. Es más lista que tú. Esa fue la chispa equivocada en el
24:24momento equivocado. La rabia de Alejo, desviada por un instante, regresó con la fuerza de un tsunami.
24:34Cállate, gritó, y sin pensarlo más, apretó el gatillo. Pero en ese último milisegundo, la voz
24:41de su madre en su memoria, la súplica en los ojos de Matilde, le hicieron desviar el cañón
24:46instintivamente hacia arriba. El estruendo fue apocalíptico. El disparo de la escopeta,
24:54ensordecedor en el espacio cerrado del vestíbulo, hizo volar por los aires un trozo de la escayola
24:59del techo y destrozó una araña de cristal que colgaba sobre ellos, haciéndola llover sobre
25:04el suelo de mármol en una cascada de vidrio y metal. Victoria gritó, cubriéndose la cabeza. José
25:12Luis se encogió, su rostro finalmente pálido de verdadero terror. Había visto la muerte en los ojos
25:19de su hijo. Había sentido su aliento helado en la nuca. Alejo, con el brazo aún extendido,
25:26temblaba por la adrenalina y la descarga del arma. El olor a pólvora llenaba el aire. Miró el rostro
25:34aterrorizado de su padre, un hombre despojado de su poder, reducido a un simple mortal asustado.
25:40Y en ese momento, se dio cuenta de que Matilde tenía razón. Matarlo habría sido un final.
25:50Pero esto, esto era una victoria. Ver el miedo en sus ojos era una venganza más satisfactoria que
25:55la muerte. Bajó la escopeta lentamente. Miró a José Luis con un desprecio infinito. No vales la
26:03pólvora que he gastado. No vales el honor que mancharía al matarte. Pero escúchame bien. Dijo,
26:12su voz ahora calmada, pero con un filo de acero. Esto no ha terminado. Voy a destruirte. No con un
26:20arma, sino con la verdad. Voy a arrancarte cada pedazo de tierra, cada gramo de poder. Voy a exponer
26:28al monstruo que eres ante todo el mundo. Y cuando no te quede nada, cuando estés solo y despreciado
26:33por todos, vendré a verte. Y entonces, desearás que hubiera apretado el gatillo hoy. Dejó caer la
26:41escopeta al suelo. El ruido metálico resonó en el silencio. Se dio la vuelta, pasando junto a una
26:50Matilde sollozante. Le puso una mano en el hombro, un gesto de gratitud. Gracias. Susurró. Y salió de
26:59la casa grande, dejando atrás el caos, el cristal roto y el olor a pólvora. Dejando atrás a un duque
27:07humillado y a una futura duquesa cuyos planes de una boda tranquila acababan de saltar por los aires.
27:15La tormenta había estallado, pero no había terminado en la tragedia que todos temían.
27:20En su lugar, había dejado al descubierto la verdad, cruda y brutal. Y para Alejo,
27:28eso era el principio de una nueva guerra. Una que pensaba ganar. Lejos del estruendo y la furia,
27:36Bárbara seguía librando su propia batalla, una más silenciosa pero igual de compleja.
27:43El rechazo de Leonardo la desconcertaba y la hería profundamente. Había renunciado a todo por él,
27:48a la comodidad, al estatus, a la seguridad de un matrimonio con el duque. Y él la mantenía a
27:56distancia con un muro de secretos. La llegada de Amanda, la madre de Leonardo, había añadido una
28:02nueva capa de tensión. La mujer era un enigma, elegante, serena, con una mirada que parecía
28:11ver directamente a través de las personas. Amanda había buscado un encuentro a solas con Bárbara y
28:18ese momento había llegado. Se encontraron en los jardines traseros de la casa de huéspedes donde se
28:26alojaba Amanda. Gracias por venir, Bárbara. Dijo Amanda, su voz suave como el terciopelo. No tenía
28:35por qué. Su hijo ha dejado muy claro que no quiere saber nada de mí. Respondió Bárbara, con un toque
28:43de amargura. Amanda sonrió levemente. Leonardo es complicado. Lleva el peso del mundo sobre sus
28:52hombros. Un peso que no le corresponde. ¿Qué peso? Si me lo explicara, quizás podría entenderlo.
29:01Podría ayudarlo. Esa es la razón por la que quería hablar contigo. Dijo Amanda, inclinándose hacia
29:07adelante. Para pedirte que no te rindas con él, pero también para advertirte. Bárbara frunció el ceño.
29:17¿Advertirme? Mi hijo está en una misión muy peligrosa. Una que tiene que ver con su padre,
29:22con don Hernando, y con las verdaderas circunstancias de su muerte. La muerte de don Hernando, pero,
29:30fue un accidente de caza. Amanda soltó una pequeña risa, carente de alegría. En el valle
29:37salvaje, pocas cosas son lo que parecen, querida. Leonardo cree que su padre fue asesinado.
29:45Y cree que los Galvez de Aguirre están involucrados. La revelación dejó a Bárbara sin aliento.
29:54¿Asesinado? ¿Y José Luis involucrado? De repente, el comportamiento de Leonardo, su secretismo,
30:01su rechazo a acercarse a ella mientras ella misma estaba ligada a los Galvez,
30:05cobró un sentido terrible y peligroso. Por eso se aleja de mí, porque yo iba a casarme con el duque.
30:13Exactamente, confirmó Amanda. Te ve como parte del mundo que juró destruir,
30:19pero yo he visto cómo te mira cuando cree que nadie lo ve. Te ama, Bárbara, pero su sed de justicia es,
30:27ahora mismo, más fuerte que su corazón. Él cree que debe protegerte manteniéndote lejos. Amanda tomó
30:36la mano de Bárbara. Sus dedos eran fríos, pero su agarre era firme. No te estoy pidiendo que te
30:44involucres en su venganza. Eso sería demasiado peligroso. Solo te pido que tengas paciencia,
30:51que le demuestres que tu amor es incondicional, que no tiene nada que ver con los Galvez ni con
30:56ninguna otra familia. Que estás de su lado, del lado de Leonardo. Cuando todo esto termine,
31:03te necesitará más que nunca. Las palabras de Amanda fueron un bálsamo y una carga. Le dieron la esperanza
31:11que tanto necesitaba, la certeza de que el amor de Leonardo era real. Pero también le mostraron la
31:19profundidad del abismo en el que él se estaba sumergiendo. La conversación fue interrumpida
31:26por el sonido lejano pero inconfundible de un disparo, procedente de la dirección de la casa grande.
31:33Ambas mujeres se miraron, sus rostros tensos. La violencia nunca estaba lejos en el valle.
31:40Más tarde esa noche, el caos se había asentado en una tensa calma. Leonardo, que se había enterado
31:46del enfrentamiento entre Alejo y su padre, buscó a Bárbara. La encontró junto al río, mirando el
31:54fluir oscuro del agua. He oído lo que ha pasado. Dijo él, su voz grave en la noche.
32:02El valle se está desmoronando, Leonardo. Respondió ella, sin mirarlo. O quizás se está
32:08reconstruyendo desde las cenizas. A veces, la destrucción es necesaria. Se hizo un silencio,
32:16lleno de todo lo que no se decían. Bárbara se giró para enfrentarlo, sus ojos brillando a la luz
32:24de la luna. He hablado con tu madre. Leonardo se tensó. ¿Qué te ha dicho? Me ha dicho. Lo suficiente,
32:32lo suficiente para entender por qué me alejas. Lo suficiente para saber que no es por falta de
32:38amor. Él desvió la mirada, incapaz de sostener la suya. Verla allí, tan vulnerable y tan fuerte a la
32:47vez, sabiendo ahora una parte de su peligrosa verdad, rompió una pequeña grieta en su armadura.
32:55Bárbara, es demasiado peligroso para ti. Lo más peligroso para mí es perderte. Lo interrumpió ella,
33:02dando un paso hacia él. No me pidas que me rinda, Leonardo. No lo haré. No sé cuál es tu guerra,
33:10y no te pediré que me la cuentes hasta que estés listo. Pero quiero que sepas que estoy aquí. Y
33:16cuando decidas que ya no tienes que luchar solo, seguiré aquí. Él levantó una mano, como para tocar
33:23su rostro, pero la dejó caer. El conflicto en su interior era palpable. No puedo ofrecerte nada
33:31ahora mismo. Soy un don nadie, como tú dijiste. Haberlo dejado todo por mí no te convierte en un
33:37don nadie. Te convierte en el hombre más valiente que he conocido, susurró ella. Y no quiero nada de
33:45ti. Solo a ti. En un impulso que superó todas sus defensas, Leonardo acortó la distancia y la besó.
33:53No fue un beso de pasión desenfrenada, sino uno lleno de una desesperada ternura,
34:00de un anhelo contenido durante demasiado tiempo.
34:05Fue un beso que prometía un futuro, por muy incierto y peligroso que fuera el camino para
34:10llegar a él. Cuando se separaron, apoyó su frente en la de ella. Ten cuidado, Bárbara,
34:18susurró. Tú también, Leonardo, respondió ella. No era una solución, pero era un comienzo. Era una
34:28promesa a la luz de la luna. Y para ambos, en ese momento, era suficiente. El amanecer del día
34:36siguiente encontró al valle salvaje transformado. El aire estaba más limpio, la tensión rota,
34:44reemplazada por una frágil sensación de claridad. Era el comienzo de un nuevo capítulo, uno donde
34:52las máscaras habían caído y las lealtades se habían redefinido. El final feliz de un episodio
34:59tumultuoso, para Alejo, se encontraba en la pequeña enfermería de la casa pequeña, sentado junto a la
35:06cama de Luisa. Ella estaba despierta, aunque débil y dolorida. Le sonrió con ternura cuando él le tomó la
35:13mano. No debió hacerlo, señorito. Arriesgarse así por mí. Tú te has arriesgado cada día por nosotros,
35:21Luisa. Era lo mínimo que podía hacer. Mi padre no volverá a hacerle daño a nadie. Te lo prometo.
35:31Bernardo entró en la habitación. Miró a Alejo, y en sus ojos ya no había solo lealtad, sino un profundo
35:37respeto. Los jornaleros están con usted. Todos, saben lo que hizo, saben a quién se enfrentó.
35:47Lucharemos a su lado, señorito Alejo. Hasta el final, Alejo asintió, una determinación tranquila
35:54llenando su ser. No había matado a su padre. Había elegido un camino más difícil, pero más honorable.
36:02Había unido a su gente. Había encontrado su verdadera fuerza, no en la violencia, sino en la
36:10justicia y la unidad. Se sentía, por primera vez, digno del legado de su madre y de la tierra que
36:17amaba. Para Adriana, ella y Rafael caminaban por los campos al amanecer. El aire fresco de la mañana
36:26parecía limpiar los últimos vestigios de la traición y el dolor. La confrontación con Julio
36:32y Úrsula había sido liberadora. ¿Estás bien? Le preguntó Rafael, rodeando sus hombros con un brazo.
36:41Adriana respiró hondo, una sonrisa genuina iluminando su rostro. Estoy mejor que bien.
36:49Estoy libre. Durante mucho tiempo, he sentido el peso de la expectativa de Julio, de su idea de lo
36:55que debería ser mi vida. Anoche, ese peso desapareció. Siento que hayas tenido que pasar por eso. No lo
37:03sientas. A veces necesitamos que nos rompan el corazón para que la luz pueda entrar. ¿Y tú?
37:12Tú eres mi luz, Rafael. Se detuvieron y se miraron. Ya no había dudas, ni secretos, ni sombras entre ellos.
37:20Su amor, puesto a prueba por la intriga y la mentira, había salido fortalecido, más puro y
37:28resistente que nunca. Rafael la acercó y la besó suavemente, un beso de promesa, de paz y de un futuro
37:36compartido. Habían encontrado su refugio el uno en el otro, un valle de paz en medio del salvaje mundo
37:44que los rodeaba. Para Bárbara y Leonardo, aunque su camino seguía siendo incierto y plagado de peligros,
37:53el beso junto al río había sido un punto de inflexión. Habían establecido una nueva base para
38:00su relación, una basada en la paciencia, la fe y la promesa de un apoyo incondicional. Bárbara ahora
38:08entendía la carga de Leonardo, y él sabía que no estaba completamente solo en su lucha. Su felicidad
38:16no era completa, pero la esperanza, una fuerza poderosa y resistente, había echado raíces en sus
38:22corazones. El epílogo del caos. En la casa grande, reinaba un silencio sepulcral. José Luis se había
38:31encerrado en su estudio, bebiendo en solitario, humillado y consumido por una rabia impotente.
38:39La imagen de su propio hijo dispuesto a matarlo se repetía en su mente, un tormento del que no podía
38:45escapar. Victoria, por su parte, calculaba sus pérdidas. Su boda perfecta estaba en peligro,
38:53su imagen mancillada por el escándalo. Miraba a José Luis no con amor ni preocupación,
38:59sino con frío desdén. Se había aliado con un hombre que se había mostrado débil y vulnerable.
39:07Sus planes tendrían que cambiar. Julio había hecho las maletas. No podía soportar quedarse en
39:13el valle, enfrentarse a la mirada de decepción de Adriana, al desprecio de Rafael. Se marchaba,
39:21no como el héroe que había intentado ser, sino como un paria, derrotado por sus propias maquinaciones.
39:27Úrsula, abandonada y frustrada, rumiaba a su venganza, buscando un nuevo peón en su
39:35interminable juego de poder. La tormenta había pasado, dejando tras de sí destrucción, pero
39:42también claridad. Los héroes del Valle Salvaje, Alejo, Adriana, Rafael, Bárbara y Leonardo, habían
39:51enfrentado a sus demonios, tanto internos como externos. Habían sufrido, habían luchado, pero
39:59habían salido del fuego más fuertes, más unidos y con la determinación renovada. El final feliz no
40:06era el final de la historia, sino el final de un capítulo oscuro y el comienzo de una nueva aurora,
40:12llena de esperanza y de la promesa de que, incluso en el valle más salvaje, el amor, el honor y la
40:18justicia podían, al final, prevalecer.
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