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La Mirada de Cruz: El Retrato Viviente que Desata la Locura en La Promesa
El pasado nunca muere en La Promesa; a veces, regresa para atormentar a los vivos. Cuando un misterioso e imponente retrato de Cruz llega a palacio, no es un simple objeto de arte el que se instala en sus muros, sino una presencia helada, un recordatorio constante de su poder y su maldad. Para todos, es un mal presagio, pero para Manuel, es la reapertura de una herida que jamás cicatrizó. Hundido en el luto por Jana, ver ...
La Promesa, avance del capítulo 648: La Mirada de Cruz: El Retrato Viviente que Desata la Locura
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La Mirada de Cruz: El Retrato Viviente que Desata la Locura en La Promesa
El pasado nunca muere en La Promesa; a veces, regresa para atormentar a los vivos. Cuando un misterioso e imponente retrato de Cruz llega a palacio, no es un simple objeto de arte el que se instala en sus muros, sino una presencia helada, un recordatorio constante de su poder y su maldad. Para todos, es un mal presagio, pero para Manuel, es la reapertura de una herida que jamás cicatrizó. Hundido en el luto por Jana, ver ...
La Promesa, avance del capítulo 648: La Mirada de Cruz: El Retrato Viviente que Desata la Locura
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CortometrajesTranscripción
00:00La mirada de Cruz. El retrato viviente que desata la locura en la promesa. El pasado
00:10nunca muere en la promesa. A veces, regresa para atormentar a los vivos.
00:18Cuando un misterioso e imponente retrato de Cruz llega a Palacio, no es un simple objeto
00:23de arte el que se instala en sus muros, sino una presencia helada, un recordatorio constante
00:28de su poder y su maldad. Para todos, es un mal presagio, pero para Manuel, es la reapertura
00:37de una herida que jamás cicatrizó. Hundido en el luto por Yana, ver el rostro de la mujer
00:45a la que culpa de su desgracia es una forma de tortura silenciosa, un golpe psicológico
00:50que amenaza con romperlo en pedazos. La tensión se vuelve insoportable cuando el marqués, en
00:58una decisión incomprensible, prohíbe que nadie toque la pintura, otorgándole un lugar
01:03de honor que sólo sirve para magnificar su ominosa presencia.
01:09La mirada pintada de Cruz parece seguir a todos, un juez silencioso que envenena el
01:13ambiente, agrava viejas rencillas entre Martina y Catalina y sirve de telón de fondo para
01:18las impopulares normas de Cristóbal. El palacio entero se convierte en una olla a presión,
01:27donde los susurros y el miedo crecen a cada hora.
01:33Pero el verdadero horror está a punto de desatarse, llevando la superstición al límite
01:37de la realidad.
01:38Mientras contempla el cuadro, sintiendo el peso de sus ojos sobre ella, Martina cae fulminada
01:46al suelo, balbuceando una afirmación que hiela la sangre de todos los presentes. Asegura
01:52haber visto cómo el retrato se movía.
01:57¿Es una alucinación fruto del pánico colectivo que se ha apoderado de la casa? ¿O es que la
02:02maldad de Cruz es tan poderosa que ha logrado impregnar el lienzo, encontrando una forma de
02:07seguir vigilando y atormentando a sus enemigos desde la distancia? Prepárate para un capítulo
02:12donde el terror no necesita cadenas ni gritos, solo una mirada que podría llevar a todos
02:17a la locura.
02:21El aire en la promesa había adquirido una cualidad extraña en las semanas que siguieron
02:25a la desaparición y presunta muerte de Yana.
02:31Era una calma antinatural, una quietud que no traía paz, sino que pesaba sobre los hombros
02:36de sus habitantes como una mortaja invisible.
02:42El luto de Manuel, el joven marqués heredero, era el epicentro de esta melancolía.
02:50Se movía por los pasillos y salones que una vez recorrió con la esperanza pintada en
02:54el rostro como un espectro, un eco de sí mismo.
02:57Su dolor no era un torrente ruidoso, sino un océano profundo, oscuro y silencioso que
03:05amenazaba con ahogarlo desde dentro.
03:10Cada objeto, cada rincón del palacio, parecía susurrarle el nombre de Yana, recordándole la
03:16felicidad que le había sido arrancada con una crueldad inimaginable.
03:19Su padre, el marqués Alonso Luján, intentaba mantener una fachada de normalidad, una tarea
03:28tan hercúlea como tratar de contener la marea con las manos.
03:34Se aferraba a las rutinas, a los horarios, a la disciplina, como si el orden en el mundo
03:39exterior pudiera de alguna manera imponer orden en el caos que reinaba en el corazón
03:43de su hijo y, si era honesto consigo mismo, también en el suyo.
03:47La ausencia de Cruz, su esposa, exiliada por sus crímenes, era un alivio y una herida
03:56a partes iguales.
04:00La promesa respiraba mejor sin su presencia manipuladora, pero su marcha había dejado
04:05un vacío de poder y una estela de secretos que aún supuraban.
04:11Eleonora, la condesa de Grazalema, se había convertido en un pilar de silencioso apoyo.
04:17Observaba a Manuel con una preocupación que le oprimía el pecho, temiendo que el joven
04:23se rompiera en mil pedazos.
04:28Conocía la profundidad de su amor por Jana y, por ende, la magnitud de su sufrimiento.
04:36Veía cómo se consumía día a día, cómo la luz de sus ojos se había extinguido, reemplazada
04:41por una sombra perpetua.
04:46Fue en una mañana de un lunes que prometía ser tan gris y monótono como los anteriores,
04:51cuando esa frágil y pesada calma se hizo añicos.
04:57El sonido de un carruaje de reparto, inusual a esa hora, crujió sobre la gravilla del camino
05:02de entrada.
05:06Dos jornaleros, con el rostro enrojecido por el esfuerzo, descargaron una caja de madera
05:11de grandes dimensiones, un armatoste tosco y pesado que dejaron con un golpe sordo en
05:16el vestíbulo principal.
05:20Rómulo, el mayordomo, se acercó con el ceño fruncido, su expresión de eficiencia habitual
05:26teñida de curiosidad.
05:30¿Qué es esto?
05:31No esperábamos ninguna entrega de este tamaño.
05:34El transportista, un hombre rudo con las manos encallecidas, se secó el sudor de la
05:39frente con el dorso de la manga.
05:43Órdenes directas, señor, para el marqués de Luján.
05:47Viene de parte de la marquesa.
05:51Pagado por adelantado.
05:52La mención de la marquesa cayó como una piedra en un estanque.
05:58El silencio se espesó.
06:00Rómulo sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
06:04Un mal presentimiento que se anidó en la boca de su estómago.
06:10La marquesa, Doña Cruz, preguntó, aunque ella sabía la respuesta, esa misma.
06:15Hay que tener cuidado, es frágil, nos dijeron.
06:21Un cuadro o algo así.
06:23La noticia corrió por el palacio con la velocidad del fuego en un pájar.
06:29Desde la cocina hasta los salones nobles, la servidumbre susurraba.
06:33Un regalo de Cruz, desde su exilio, era impensable.
06:39Era una provocación.
06:40Era, sin duda, una nueva maniobra en su interminable juego de poder y control.
06:45Alonso fue avisado de inmediato.
06:50Bajó las escaleras con paso firme, pero sus ojos delataban una profunda inquietud.
06:55Se detuvo frente a la caja, observándola como si pudiera contener una serpiente, de Cruz.
07:04¿Están seguros?
07:05Completamente, señor marqués.
07:10Confirmó Rómulo.
07:11El transportista ha sido muy claro.
07:13El marqués apretó la mandíbula.
07:18¿Qué pretendía?
07:19¿Recordarle su existencia?
07:21¿Turbar la poca paz que habían logrado construir sobre las ruinas de sus maquinaciones?
07:25Por un momento, consideró ordenar que quemaran la caja sin abrirla.
07:30Que la devolvieran a su remitente.
07:31Que la arrojaran al río más cercano.
07:36Pero la curiosidad, o quizás un retorcido sentido del deber conyugal, le pudo.
07:41Abranla.
07:42Ordenó, su voz más ronca de lo habitual.
07:48Con cuidado.
07:49Salvador y López fueron llamados para la tarea.
07:51Con una palanqueta, comenzaron a forzar los tablones de madera.
07:57El chirrido de los clavos al ceder resonaba en el silencio expectante del vestíbulo.
08:05Catalina y Martina habían acudido, atraídas por el revuelo, y observaban desde una distancia prudente.
08:14Incluso Cristóbal, el nuevo gestor que el marqués había contratado para poner orden en las finanzas
08:19y que se había ganado la antipatía general por su carácter estricto, se asomó desde su despacho.
08:28Cuando la última tabla fue retirada, un pesado lienzo envuelto en tela de arpillera quedó al descubierto.
08:37Rómulo y Salvador lo levantaron con sumo cuidado y lo apoyaron contra la pared.
08:42El marqués asintió, dándoles permiso para retirar la tela protectora.
08:45Y entonces, ella apareció.
08:50Cruz, no la mujer de carne y hueso, sino su esencia destilada en óleo sobre lienzo.
08:58Un retrato de tamaño casi natural, de una calidad artística sobrecogedora.
09:03El pintor había capturado no solo sus rasgos, sino su alma.
09:06La barbilla altiva, los labios finos apretados en una sonrisa que no llegaba a los ojos, y esos ojos.
09:17Eran dos pozos de ambición y fría determinación.
09:22El artista había conseguido que su mirada siguiera al observador, que lo juzgara, que lo desnudara.
09:27Llevaba uno de sus vestidos más suntuosos, un terciopelo de color borgoña que parecía absorber la luz, y las joyas que lucía brillaban con un realismo casi insultante.
09:43Era cruz en su máxima expresión de poder y control.
09:46Era como si, a través de la pintura, hubiera encontrado una manera de volver a la promesa, de reafirmar su dominio.
09:52Un jadeo colectivo recorrió el vestíbulo.
09:59Catalina sintió una oleada de náuseas.
10:01Ver el rostro de su madrastra, la mujer que tanto había hecho sufrir a su familia y que había despreciado todo lo que ella representaba.
10:09Era como recibir una bofetada.
10:13Martina, a su lado, palideció, sintiendo esa mirada pintada como una advertencia directa,
10:19un recordatorio de su propia fragilidad y de los secretos que guardaba.
10:26Pero la reacción más devastadora aún estaba por llegar.
10:29Manuel bajaba las escaleras en ese preciso instante.
10:35Se había levantado tarde, como cada día desde la tragedia, arrastrando los pies y el alma.
10:40El ruido en el vestíbulo lo había sacado de su letargo.
10:46Al llegar al último tramo de la escalinata, sus ojos se posaron en la escena.
10:53Y la vio, el mundo se detuvo.
10:55El aire abandonó sus pulmones en una exhalación temblorosa.
10:58Por un instante, su mente no procesó que era una pintura.
11:05Vio a su madre, de pie, observándolo con esa suficiencia que él conocía tan bien.
11:13La madre que había tejido la red de mentiras que lo había atrapado.
11:17La madre cuya crueldad había sido el arma que, directa o indirectamente, había acabado con la vida de Yana.
11:23La herida, siempre abierta, siempre sangrante, se desgarró con una violencia brutal.
11:34El rostro pintado se superpuso a sus peores recuerdos.
11:37La manipulación, las amenazas veladas, el desprecio por sus sentimientos, la fría satisfacción en sus ojos cuando él sufría.
11:45Y sobre todo, la vio como la arquitecta de su infierno, la carcelera que le había negado la felicidad junto a la única mujer que había amado.
11:59No, el susurro fue apenas audible, un estertor ahogado.
12:03Alonso se giró de inmediato al oírlo.
12:08Vio la expresión de su hijo, el horror puro grabado en sus facciones, el color abandonando su rostro.
12:15Manuel, hijo, es solo un cuadro.
12:20Pero para Manuel no era solo un cuadro.
12:22Era un fantasma.
12:26Era una acusación.
12:27Era la personificación de todo su dolor.
12:30Se llevó una mano al pecho, como si intentara contener su corazón desbocado.
12:37Sus piernas flaquearon.
12:39Quiten eso de mi vista.
12:40Dijo, su voz temblando de una rabia helada.
12:46Quítenlo ahora.
12:47Se dio media vuelta y subió las escaleras a trompicones, huyendo de esa imagen como si le quemara.
12:56Eleonora, que había presenciado la escena desde el rellano superior, corrió tras él, con el corazón en un puño.
13:02Abajo, el silencio era denso, cargado de la tensión que Manuel había dejado a su paso.
13:10Catalina se acercó a su padre, con el rostro encendido por la indignación.
13:17Padre, tiene razón.
13:19¿Cómo puedes permitir esto?
13:21Es una crueldad, una tortura para Manuel.
13:23Debemos destruirlo.
13:24Su rostro era una máscara de conflicto, pero la decisión ya estaba tomada.
13:39Quizás por un retorcido sentido de la propiedad, quizás porque una parte de él aún se sentía atado a la mujer del retrato, o quizás, simplemente, porque en ese caos necesitaba imponer una orden, por ilógica que fuera, para sentir que aún gobernaba su casa.
13:55Se acercó al cuadro y lo observó fijamente, la mirada de la cruz pintada pareció desafiarlo.
14:06Este cuadro se queda, decretó, su voz resonando en todo el vestíbulo.
14:11Es una obra de arte y, nos guste o no, es un retrato de la marquesa de Luján.
14:16Rómulo, que lo cuelguen en el salón principal, sobre la chimenea, la orden cayó como una losa.
14:28Pero, señor, comenzó a protestar Rómulo.
14:31He dicho sobre la chimenea.
14:33Repitió Alonso, sin admitir réplica.
14:39Y una cosa más, se giró para mirar a todos los presentes, su mirada deteniéndose en cada uno de ellos.
14:46Nadie, absolutamente nadie, debe tocar este retrato.
14:52Quiero que se trate con el máximo respeto.
14:57¿Entendido?
14:58Nadie se atrevió a contradecirlo.
15:00La voluntad del marqués era ley.
15:02Con el corazón encogido, Rómulo asintió y llamó a dos mozos para que cumplieran la orden.
15:10Mientras levantaban el pesado lienzo, la mirada de cruz pareció barrer la estancia.
15:14Una reina silenciosa reclamando su trono.
15:20La sombra de la marquesa había vuelto a la promesa.
15:23Y su sola presencia, confinada en un marco dorado, prometía desatar una tormenta que nadie podía prever.
15:32Eleonora encontró a Manuel en su habitación, de pie junto a la ventana, dándole la espalda a la puerta.
15:37Sus hombros estaban tensos, y el leve temblor que los sacudía le indicó que estaba luchando por contener las lágrimas o la rabia, o ambas cosas a la vez.
15:52El aire en la estancia era gélido, a pesar de que fuera el sol comenzaba a calentar.
15:56Manuel, dijo suavemente, acercándose a él con cautela, como si se aproximara a un animal herido.
16:09Él no se giró, su voz, cuando habló, era un amasijo de dolor y veneno.
16:14¿La has visto?
16:15Es ella.
16:16La misma mirada, la misma sonrisa falsa, como si se estuviera riendo de mí, riendo de nosotros.
16:27Es solo pintura y lienzo, querido, no puede hacerte daño.
16:31Manuel soltó una risa amarga, un sonido hueco y roto.
16:37¿Que no puede hacerme daño?
16:39Se giró por fin para mirarla, y a Eleonora se le encogió el corazón al ver la devastación en sus ojos.
16:46Esa mujer, esa, pintura, representa todo lo que me ha destruido, me ha perseguido en vida, y ahora lo hace desde el exilio.
16:58Es su manera de decirme que nunca seré libre, que incluso con ella lejos, su veneno sigue aquí.
17:06¿Que ha ganado?
17:07Se pasó las manos por el pelo, desesperado.
17:10¿Tu padre?
17:11No lo entiendo, Eleonora.
17:16¿Por qué, por qué la cuelga en el salón como si fuera un trofeo?
17:20¿No ve lo que me hace?
17:21¿No le importa?
17:25Tu padre está, lidiando con esto a su manera, Manuel.
17:29A veces los hombres de su generación creen que la fortaleza consiste en ignorar el dolor.
17:33En seguir adelante como si nada.
17:38Está equivocado, por supuesto.
17:40Pero no creo que lo haga con mala intención.
17:43La intención no importa cuando el resultado es este.
17:46Replicó él, señalando vagamente hacia la puerta, como si el cuadro estuviera justo al otro lado.
17:51Es como si hubiera vuelto.
17:56Puedo sentir su presencia en toda la casa, observando.
18:01Juzgando, esperando a que cometa un error.
18:04Esperando a que me desmorone del todo.
18:05Eleonora se acercó y, con delicadeza, le tomó las manos.
18:12Estaban heladas.
18:14No vas a desmoronarte.
18:18Eres más fuerte de lo que crees.
18:20Has sobrevivido a lo peor.
18:22¿Sobrevivirás a esto?
18:23¿He sobrevivido?
18:24La miró, y sus ojos eran dos abismos de pena.
18:27No, Eleonora, yo no sobreviví.
18:33Una parte de mí, la mejor parte, murió con Yana.
18:36Lo que queda, es solo esto.
18:41Un cascarón vacío que se levanta por la mañana por pura inercia.
18:45Y ahora, ahora tengo que enfrentarme a su rostro cada vez que baje a desayunar.
18:49Es una tortura.
18:53Eleonora lo abrazó, atrayéndolo hacia ella con una fuerza maternal.
19:00Al principio, Manuel se mantuvo rígido.
19:03Pero poco a poco, sus defensas se derrumbaron y se aferró a ella.
19:07Su cuerpo sacudido por sollozos silenciosos y agónicos.
19:13Lloraba por Yana.
19:14Por su amor perdido.
19:16Por su felicidad rota.
19:17Y lloraba por la impotencia y la rabia de ver a su verdugo glorificado en el corazón de su propio hogar.
19:25Eleonora simplemente lo sostuvo.
19:27Meciéndolo suavemente.
19:29Sin saber qué palabras podrían consolar un dolor tan profundo.
19:35Sabía, con una certeza aterradora.
19:38Que el retrato no era solo un objeto inanimado.
19:43Era un catalizador.
19:44Y temía, profundamente, la reacción química que estaba a punto de provocar en el alma ya frágil de Manuel.
19:53Mientras el drama se desarrollaba en los salones nobles, la zona de servicio bulía con su propia tormenta.
19:58La noticia del retrato y la reacción de Manuel habían llegado a la cocina a través de María Fernández, quien lo había visto todo con sus propios ojos.
20:09Tenías que haberlo visto, Simona.
20:15Pobre señorito Manuel, se ha quedado blanco como el papel, como si hubiera visto a un fantasma.
20:24Y con razón, si es que esa mujer da miedo a esta pintada.
20:28Simona, que estaba cortando verduras con una energía furiosa, asintió con la cabeza.
20:33Esa arpía no descansa ni estando lejos.
20:39Siempre encuentra la manera de meter cizaña.
20:41¿Y el marqués? ¿Qué ha dicho el marqués?
20:46Ahí está lo peor, exclamó María, gesticulando.
20:52Ha ordenado que lo cuelguen en el salón principal, como si fuera la reina de Saba.
20:57Dice que nadie lo toque.
21:00Candela, que estaba fregando una olla, dejó de frotar y se apoyó en la pila.
21:05Eso no puede ser bueno.
21:09Es como invocar al diablo.
21:11Con lo tranquilo que estaba todo, bueno, tranquilo a nuestra manera.
21:17Lope, que preparaba la masa para el pan, suspiró.
21:21El señorito Manuel no se merece esto.
21:26Bastante tiene ya con lo suyo.
21:28Ponerle delante el rostro de su madre ahora mismo.
21:31Es de una crueldad que no tiene nombre.
21:36La conversación fue interrumpida por la entrada de Cristóbal.
21:39Su presencia siempre lograba congelar el ambiente.
21:45Caminaba con una rigidez que delataba su pasado militar y observaba a todo el mundo con una mirada escrutadora.
21:51Como si buscara constantemente fallos e ineficiencias.
21:54Veo que están todos muy ocupados con el cotilleo.
22:00Dijo, su voz plana y desprovista de emoción.
22:06Espero que la comida de hoy no se resienta por estas distracciones.
22:10Hubo un murmullo de disculpa y todos volvieron a sus tareas con renovado ahínco.
22:14Pero Cristóbal no había terminado.
22:19Hablando de la comida.
22:20He estado observando la dinámica de las comidas del servicio.
22:26Y he llegado a la conclusión de que es un sistema ineficiente y caótico.
22:30Simona dejó el cuchillo sobre la tabla.
22:32Perdón, don Cristóbal, caótico, llevamos comiendo así toda la vida.
22:40Exactamente.
22:43La costumbre no es sinónimo de eficiencia.
22:46Replicó él, con frialdad.
22:48Todos ustedes comen a la vez.
22:52Eso significa que durante casi una hora, la cocina y las labores de limpieza se detienen por completo.
22:57Si los señores requieren algo durante ese tiempo, la respuesta es más lenta.
23:06Es una pérdida de tiempo y recursos.
23:11Los sirvientes se miraron entre ellos, un mal presentimiento recorriéndolos.
23:16Por lo tanto, continuó Cristóbal, ajeno o indiferente a su creciente malestar.
23:21A partir de hoy, las comidas del servicio se organizarán por turnos.
23:27Un primer grupo comerá a la una, y el segundo a la una y media.
23:32De esta manera, siempre habrá personal disponible y la cocina nunca quedará desatendida.
23:40Rómulo tiene la lista de los turnos.
23:42Espero que se cumpla sin objeciones.
23:45Dicho esto, se dio media vuelta y salió de la cocina, dejando tras de sí un silencio atronador.
23:50Fue Salvador quien lo rompió, golpeando la mesa con el puño.
23:57Esto es el colmo.
23:58¿Turnos? ¿Es que somos soldados en un cuartel?
24:03Nos quiere quitar lo único que tenemos.
24:05Se lamentó Candela.
24:07La comida es el único momento del día en que podemos sentarnos todos juntos.
24:11Hablar de nuestras cosas, reírnos un poco.
24:14Olvidar que somos criados.
24:15Simona asintió, con el rostro sombrío.
24:21Tiene razón Candela.
24:22Ese rato es sagrado.
24:24Es cuando somos una familia.
24:28Este hombre, este, contable, no entiende nada.
24:32Solo ve números y minutos.
24:34No ve personas.
24:34Y seguro que nos ha separado a propósito.
24:40Añadió María Fernández, con los ojos llorosos.
24:45A ti y a mí, Simona.
24:47Y a Lope y a Salvador.
24:48Para que no podamos ni hablar.
24:50Es una forma de control.
24:52Dijo Lope en voz baja.
24:54Su expresión grave.
24:58Como el retrato de la marquesa.
25:00Son dos caras de la misma moneda.
25:02Nos están apretando las tuercas por arriba y por abajo.
25:07Quieren que no nos olvidemos de quién manda aquí.
25:10El malestar era profundo.
25:12La decisión de Cristóbal, que en cualquier otro momento habría sido simplemente una molestia.
25:17En el contexto de la opresiva atmósfera creada por el retrato, se sentía como una agresión directa.
25:23Era un ataque a su comunidad, a su pequeño refugio de humanidad en la rígida jerarquía de la promesa.
25:35La servidumbre, ya inquieta por la vuelta simbólica de Cruz, sentía ahora que su propio mundo, sus pequeñas tradiciones, también estaban siendo amenazadas.
25:44La tensión, lejos de disiparse, se filtraba por cada grieta del palacio, desde los lujosos salones hasta la humilde cocina.
25:57En el jardín, Catalina encontró a Martina sentada en un banco de piedra, arrancando pétalos de una margarita con un gesto ausente.
26:04La tensión entre ellas era un abismo que se había ido ensanchando con el tiempo, alimentado por malentendidos, secretos y caracteres fundamentalmente opuestos.
26:20Catalina, pragmática y directa, a menudo chocaba con la naturaleza más soñadora y a veces evasiva de su prima.
26:26Catalina se detuvo a cierta distancia. La presencia del retrato parecía haber enrarecido el aire también entre ellas.
26:40¿Se puede saber qué haces? Preguntó Catalina, su tono más brusco de lo que pretendía.
26:48Martina se sobresaltó y dejó caer la flor. Nada. Solo pensaba. Pensabas. Catalina cruzó los brazos.
26:56Espero que pensaras en la locura que acaba de cometer mi padre.
27:02Colgar a esa mujer en el salón es una declaración de guerra contra el sentido común.
27:09Y contra Manuel. Tu padre es el marqués. Catalina. Hará lo que considere oportuno.
27:17La respuesta, tan comedida, irritó a Catalina. ¿Y a ti te parece oportuno?
27:22¿Te parece bien que Manuel tenga que ver ese rostro cada día de su vida?
27:26¿Después de todo lo que ha pasado?
27:31Martina suspiró y se encogió de hombros. Un gesto que Catalina interpretó como indiferencia.
27:35Claro que no me parece bien. Pero, ¿qué podemos hacer? Enfrentarte a tu padre solo empeorará las cosas.
27:47A veces hay que saber elegir las batallas. Esa frase fue la chispa que encendió la pólvora.
27:52¿Elegir las batallas? Espetó Catalina.
27:58Acercándose. Eso es lo que tú siempre haces, ¿verdad? Escabullirte.
28:05No tomar partido. Flotar por el palacio como si nada te afectara.
28:09Pero todo te afecta, Martina.
28:11Y lo sabes. Martina se levantó, ofendida. No sabes nada de lo que me afecta o me deja de afectar.
28:23Y desde luego no eres quien para juzgarme. Tú solo ves el mundo en blanco y negro.
28:27O estás conmigo o contra mí. La vida es más complicada que eso.
28:34O, sí, es complicadísima.
28:37Replicó Catalina con sarcasmo.
28:41Especialmente cuando una tiene tantos secretos que guardar.
28:44Quizás por eso te da tanto miedo ese cuadro.
28:49Porque esa mujer, Cruz, era una experta en desenterrar secretos y usarlos para destruir a la gente.
28:57Y su mirada, parece que sigue haciéndolo desde el más allá.
29:02Martina retrocedió como si la hubieran golpeado.
29:07La mención de sus secretos la desarmó.
29:10No sé de qué hablas. No te hagas la tonta conmigo.
29:13La voz de Catalina se elevó.
29:17Sé que te pasa algo. Sé que tienes miedo.
29:20Y en lugar de confiar en mí, en tu propia familia, te encierras en ti misma y me tratas con esta frialdad.
29:27Como si yo fuera el enemigo.
29:31Tú no me lo pones fácil.
29:33Contraatacó Martina, su voz temblando.
29:38Siempre estás criticando, siempre juzgando.
29:41Crees que eres la única que sufre, la única que tiene problemas.
29:45Pues déjame decirte que no es así.
29:47Se miraron la una a la otra, el aire vibrando con palabras no dichas y rencores acumulados.
29:57Ambas estaban heridas, ambas se sentían solas, pero su orgullo y su dolor les impedían tender un puente.
30:03El retrato de Cruz, con su presencia invisible pero omnipotente, había actuado como un espejo, reflejando y magnificando las fisuras de su relación.
30:15En el fondo, ambas se sentían observadas por esa mirada pintada, y esa sensación las hacía sentirse más vulnerables y, por lo tanto, más hostiles.
30:27Bien, dijo Catalina finalmente, su voz helada.
30:34Si así es como quieres que sean las cosas, perfecto.
30:39Sigue con tus misterios, pero no esperes que esté aquí para recoger los pedazos cuando todo se venga abajo.
30:48Se dio media vuelta y se marchó, dejando a Martina sola, temblando, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.
30:58Martina volvió a mirar hacia el palacio, imaginó el cuadro colgado en el salón, la mirada de Cruz atravesando las paredes, alcanzándola incluso allí, en la aparente seguridad del jardín.
31:12Y por primera vez, sintió un miedo que no era solo racional. Era un miedo primario, supersticioso.
31:21La sensación de que algo terrible estaba a punto de suceder. La tarde se deslizó hacia la noche.
31:27El palacio de la promesa se sumió en un silencio tenso, poblado de sombras y susurros.
31:37El retrato de Cruz dominaba el salón principal, su presencia magnificada por la luz parpadeante de las lámparas y el fuego de la chimenea.
31:47Las sombras danzaban sobre su rostro pintado, dándole una apariencia de vida, de movimiento sutil, que erizaba el vello de cualquiera que osara mirarlo fijamente.
31:57Manuel no había vuelto a bajar, se había encerrado en su cuarto, negándose a cenar, sumido en sus propios infiernos.
32:09Eleonora velaba cerca, preocupada, mientras el marqués cenaba en un silencio sepulcral, evitando mirar hacia la chimenea, como si él también sintiera el peso de esa mirada.
32:19En la cocina, el primer turno de la cena del servicio había sido un asunto sombrío y callado.
32:27El segundo turno fue igual de deprimente, la nueva norma de Cristóbal había roto la camaradería, reemplazándola por una sensación de resentimiento y división.
32:39Las conversaciones eran breves, forzadas, la alegría habitual se había evaporado.
32:47Más tarde, cuando la mayoría de los habitantes del palacio ya se habían retirado a sus aposentos, Martina, incapaz de dormir, bajó a la cocina en busca de un vaso de leche caliente.
33:00La casa estaba en una quietud casi total, solo rota por el tic-tac de un reloj de pie en el pasillo y el crujido ocasional de la madera.
33:13Al pasar por delante del salón principal, cuyas puertas estaban entreabiertas, sintió una atracción fatal, una fuerza que la empujaba a mirar.
33:21Luchó contra el impulso, pero sus pies la traicionaron, se detuvo en el umbral, oculta en la penumbra del pasillo, y miró hacia el interior.
33:35El fuego de la chimenea proyectaba un resplandor anaranjado sobre el retrato.
33:40La cruz pintada parecía observarla directamente desde la distancia, su sonrisa de Mona Lisa llena de secretos inconfesables.
33:47Martina sintió un escalofrío, las palabras de Catalina resonaron en su cabeza.
33:55Esa mujer era una experta en desenterrar secretos.
34:01Sus propios secretos, las mentiras que había construido para sobrevivir, de repente se sintieron frágiles, transparentes.
34:08Se sintió expuesta bajo esa mirada pictórica, era una sensación irracional, lo sabía, pero no por ello menos aterradora.
34:21Dio un paso hacia el interior del salón, y luego otro, como una polilla atraída por una llama peligrosa.
34:27Se acercó lentamente, sin apartar los ojos del cuadro. Cuanto más se acercaba, más detalles percibía.
34:39La textura de la pintura, el brillo de las perlas en su cuello, la forma exacta en que sus labios se curvaban.
34:45Y los ojos, Dios, esos ojos. Se detuvo a pocos metros de la chimenea, con el corazón latiéndole desbocado.
34:58La miraba, estaba segura, no era sólo la habilidad del artista, era algo más, una presencia.
35:04Una energía maligna que emanaba del lienzo. Es sólo miedo, se dijo a sí misma. Es la tensión del día, la discusión con Catalina, la preocupación por Manuel.
35:20Fijó la vista en los ojos pintados, intentando desafiar su propio pavor, tratando de demostrarse a sí misma que sólo era pintura.
35:27La luz del fuego danzó, y por un instante, una sombra fugaz cruzó el rostro del retrato.
35:40Martina contuvo la respiración. Y entonces, sucedió. No fue un truco de la luz. No fue una sombra.
35:50Fue un movimiento, un movimiento minúsculo, casi imperceptible, pero innegable para sus ojos aterrorizados.
35:57La comisura derecha de los labios de Cruz pareció contraerse, acentuando la sonrisa en una mueca de triunfo.
36:08Y los ojos, los ojos se movieron, un deslizamiento lateral, un ajuste de enfoque, como si una persona viva estuviera reacomodando su mirada para observarla mejor.
36:21El cerebro de Martina se negó a procesar lo que estaba viendo. Era imposible, era una locura.
36:27Pero lo había visto, tan claro como se veía a sí misma temblando en medio del salón.
36:36Se, se ha movido, susurró, su voz un hilo de puro terror. Miró de nuevo, desesperadamente, esperando haberse equivocado.
36:44Pero la expresión del retrato ya no era la misma. La sonrisa era más ancha, más cruel.
36:55La mirada era más intensa, más depredadora. La pintura estaba viva. Un grito agudo se ahogó en su garganta.
37:02El mundo se inclinó bajo sus pies. El aire se volvió espeso, imposible de respirar.
37:13Sintió una presión helada en el pecho, y sus ojos se pusieron en blanco. Un velo negro descendió sobre su conciencia.
37:20Justo en ese momento, Catalina, que tampoco podía dormir y había decidido buscar a su prima para intentar hacer las paces, bajaba por el pasillo.
37:32Oye un ruido sordo procedente del salón, como un saco al caer. Martina, llamó, preocupada.
37:44Al no obtener respuesta, se asomó al salón, y la vio. Martina yacía en el suelo, desmayada, a los pies de la chimenea.
37:55Catalina ahogó un grito y corrió hacia ella. Martina, por Dios, Martina, despierta.
38:02La zarandeó suavemente, pero no hubo reacción. Estaba pálida, inerte. El corazón de Catalina se desbocó de pánico.
38:14Levantó la vista, buscando ayuda, y sus ojos se encontraron con el retrato de Cruz.
38:22La pintura la observaba desde lo alto, serena, impasible, con su eterna y enigmática sonrisa.
38:28Pero a Catalina, en ese instante de terror absoluto, le pareció que la sonrisa era diferente.
38:39Más satisfecha, más triunfal, como si la marquesa, desde la distancia del lienzo y el óleo, acabara de cobrarse su primera víctima.
38:47Socorro, gritó Catalina, su voz rompiendo el silencio sepulcral de la noche. Ayuda, por favor, alguien, ayúdeme.
38:58El grito resonó por todo el palacio, una alarma en la oscuridad, anunciando que la sombra del retrato no sólo había llegado para quedarse,
39:09sino que había empezado a reclamar su poder de la forma más siniestra e imaginable.
39:13La pregunta ya no era si se trataba de una ilusión provocada por el miedo.
39:21Para los habitantes de la promesa, la pesadilla acababa de empezar,
39:25y algo mucho más oscuro que un simple recuerdo acechaba ahora entre sus muros.
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