Tras la amenaza de tsunami generada en el Pacífico a raíz de uno de los peores terremotos jamás registrados -en la península rusa de Kamchatka, de magnitud 8,8-, varios de los países afectados, como Japón y EE.UU., han logrado recobrar la calma, mientras que en Centroamérica y Suramérica siguen vigilantes aunque las alarmas han sido levantadas en algunos casos.