Un padre inmigrante de primera generación fue transportado de vuelta a «ser un niño otra vez» cuando sus hijos le sorprendieron con un coche de Fórmula 1 de LEGO con el que sólo podría haber soñado mientras crecía. Jesús Cervantes, de 59 años y natural de Seaside (California), cuenta que, como muchos de los que se trasladaron a Estados Unidos, su infancia estuvo «llena de privaciones» y, aunque se alegró de tener lo esencial, nunca tuvo juguetes de pequeño. En la vida adulta, una de las aficiones de Jesús es madrugar para ver la Fórmula 1 con su hijo Junior y su hija Jessica. Hace aproximadamente un año, la otra hija de Jesús, Angelee, de 27 años, vio a su padre pasar junto a un coche de Fórmula 1 de LEGO y, en el fondo, sabía que su padre realmente lo quería. Jesús nunca se lo pidió, pero este año, en vísperas de su cumpleaños, Angelee y Jessica decidieron que sería el regalo perfecto con el que sorprender a su padre. El 12 de junio, tras obsequiar a Jesús con una tarta y cantarle el «Cumpleaños feliz», la familia le regaló el coche gigante de LEGO. Al abrir el regalo, se pudo ver a Jesús con una sonrisa de oreja a oreja, sentado a la mesa y golpeando la caja con las manos, asimilándolo todo.
