Una cariñosa hija sintió que estaba «curando al niño interior de su madre» cuando voló a través del país para sorprender a su madre con una fiesta de cumpleaños infantil. Alma Soqui, de 54 años, que vive en Mechanicsburg (Pensilvania), nunca tuvo una fiesta de cumpleaños sorpresa cuando era pequeña, cuenta su hija, Genevieve Torres, de 30 años. Genevieve vive en la otra punta del país, en San Diego, y como tenía pendiente una visita a casa de su madre, la treintañera decidió recuperar el tiempo perdido y sorprender a su madre con el cumpleaños que siempre había deseado. Genevieve buscó decoraciones de cumpleaños infantiles, incluidas las que incorporaban arco iris y unicornios, y le compró a su madre una muñeca Barbie. Según Genevieve, la muñeca tenía un significado especial, ya que cuando ella crecía en Mexicali (México), su madre había cambiado su propia muñeca Barbie por una galleta. La familia de Alma no tenía mucho dinero cuando ella crecía, por lo que pensó que estaba cambiando temporalmente la muñeca por un dulce, sólo para no volver a ver nunca más a su querida muñeca. Tras llegar a Pensilvania el 27 de marzo, Genevieve y su hermana decoraron en secreto la casa de su madre al día siguiente, mientras Alma desayunaba con una amiga. Cuando Alma volvió a casa, su nieta salió corriendo a saludar a su abuela, antes de guiarla al interior con Genevieve y su esposa para que viera la hermosa sorpresa. Al contemplar la vibrante decoración infantil que tenía delante, Alma empezó a emocionarse.