Cuando alguien del 'clan' deja de ser útil a la causa, acaba cayendo en desgracia.
Incluso, algo peor, pierde por completo el nombre y acaba siendo referido como alguien que pasaba por ahí.
Esto es lo que sucedió el fin de semana del 12-13 de julio de 2025 con uno de los mítines habituales de María Jesús Montero para promocionarse en Andalucía de cara a las elecciones autonómicas de 2026 como cabeza de lista del PSOE.
La todavía vicepresidenta primera del Gobierno Sánchez decidió 'borrar' los nombres de José Luis Ábalos y de Santos Cerdán, curiosamente sus dos últimos secretarios de Organización, uno enfangado en asuntos judiciales y el segundo, directamente, encerrado en la prisión de Soto del Real (Madrid).
Para Montero, esos dos políticos que tanto peso tuvieron dentro de la formación socialista ahora se quedan relegados a la condición de "esos compañeros":
Son miles de hombres, de mujeres que formamos la familia socialista. No podemos quedar ocultos en nuestro trabajo, en nuestra iniciativa, en nuestro compromiso. Porque algún compañero con rechazo por nuestra parte, con repugnancia por nuestra parte, utilice sus influencias para lucrarse o hable de las mujeres como si fuéramos mercancía.
Y volvió sobre la idea sin nombrar, por supuesto, ni a Ábalos ni a Cerdán, como si no hubieran existido en la historia de la formación de la calle Ferraz:
Porque este partido no va a permitir ningún comportamiento de nadie, por importante que sea, que ensombrezca el trabajo de nuestros concejales, de nuestros alcaldes, de nuestros diputados. Somos más grandes que eso.