Antonio Naranjo echó abajo la hipocresía de un Pedro Sánchez que quiso pasar el 5 de julio de 2025 como el político más feminista de la historia.
Y es que el presidente del Gobierno socialcomunista y secretario general del PSOE se vio pillado por el asunto de Francisco Salazar, hombre de confianza en La Moncloa y al que le iba a otorgar un papel relevante en el seno de la formación de Ferraz.
Pero justo antes de celebrarse el Comité Federal estalló la noticia adelantada por 'eldiario.es' sobre las presuntas actitudes de acoso a varias mujeres de este cargo político. La consecuencia fue, de repente, dejarle sin puesto y repudiado por los mismos que fueron capaces de defender su integridad a carta cabal.
Para el tertuliano del programa 'En Boca de Todos' (Cuatro), lo primero que le llamó la atención es que bastase una simple denuncia anónima para acabar con la carrera de Salazar:
A mí claro que me preocupa que cualquier persona pueda caerse de lo suyo con una denuncia anónima que no sabemos muy bien de dónde viene ni cuál es su gravedad, pero es que eso es lo que ha alimentado este Gobierno.
Naranjo se cuestionó por qué ahora, si los hechos denunciados venían de atrás y eran conocidos, sí se procedía a la decapitación política de este hombre de confianza del sanchismo:
Yo me pregunto, si era grave el sábado esas denuncias de esa naturaleza como para destituir a este señor del gabinete de La Moncloa, que no va a trabajar allí ya y además no entrar en la dirección del Partido Socialista, si ya era tan grave el sábado, ¿por qué cuando se enteró el presidente del Gobierno y el secretario general del PSOE muchos meses antes no era igual de grave?
Dejó claro que el inquilino de La Moncloa había actuado con una hipocresía de campeonato:
Es decir, lo que estamos viendo es como para Sánchez es o no grave en función del momento en el que se cuenta, no en función de la naturaleza de los hechos. Es decir, Sánchez si pensaba, y me parece muy legítima esa postura, que no era grave o que no era suficiente lo que decían de su amigo, confidente y socio Salazar hace meses, el sábado tenía que haber mantenido su nombramiento y haberle defendido. Y si el sábado era muy grave, antes también lo era.
Naranjo concluyó que Sánchez tiene los mismos principios que Groucho Marx, perfectamente intercambiables si la situación así lo amerita:
Lo que demuestra al final es el cinismo de una persona que no tiene ningún tipo de principios, que el viernes por la tarde es capaz de hacerse un acto menor con mujeres y presumir de feminista, pero que luego se calla cuando sabe que hay puteros o acosadores, si no trasciende y está dispuesto a protegerse y promocionarles, con lo cual el retrato final no es el de Salazar, una vez más es el de su jefe, que es un señor que, insisto, no tiene escrúpulos, le da igual 8 que 80.