Durante una ceremonia de graduación, un estudiante protagonizó un gesto inesperado.
Al recibir su diploma, se acercó sonriente a la cámara, se quitó el birrete —el tradicional sombrero académico— y reveló el escudo del FC Barcelona pegado en la parte superior.
Con orgullo, lo sostuvo, le dio un beso y se marchó riendo, dejando claro que su verdadera pasión es el Barça.
Un momento sencillo pero contundente que fusiona el orgullo académico con la devoción por los colores azulgranas.